“En nuestro país no podemos permitirnos el lujo de ignorar las ventajas de la biomasa”
Entrevista a Daniel Solé, director general de LSolé
Daniel Solé, director general y CEO de LSolé, empresa especializada en soluciones de energía limpia para uso industrial —vapor y agua fría y caliente—, es un firme defensor de la biomasa para la generación de energía. “El rendimiento de las plantas de combustión de biomasa de última generación puede equipararse al de una caldera de gas moderna. Se reduce a una cuestión de precio, y el factor de decisión es sólo un criterio financiero de rentabilidad”, explica.
Háblenos de las ventajas y las desventajas de la biomasa. ¿Qué puede hacer la biomasa por la sociedad y el entorno?
El cambio a biomasa se fundamenta en tres ejes principales: economía, sostenibilidad y sociedad. En cuanto a la economía, si hacemos el enfoque que desde LSolé hemos hecho siempre, el térmico, se puede observar que el MWh (unidad de energía) más económico es el que se produce con la valorización energética de la biomasa, por ejemplo con una caldera de agua caliente o de vapor.
¿Y desde un punto de vista medioambiental?
La combustión de biomasa dispone de lo que denominamos un “balance neutro de CO2”. Esto significa que la biomasa, procedente de limpieza forestal, de subproductos agroalimentarios o de cultivo energético, entrega la misma cantidad de CO2 en su combustión que la que fija (que capta) en su crecimiento. Así, el balance resultante es cero. Al contrario, cuando se quema un combustible fósil (diésel, gas natural...) se libera un “CO2 fósil”, que se añade al contemporáneo. Es importante decir que en nuestro pipeline hay varios proyectos que no sólo obedecen a un deseo de reducir costes energéticos. Tenemos clientes cuyo deseo de reducir su huella de carbono es el principal factor de decisión en el cambio a biomasa.
¿Y en cuanto al tercer eje que menciona, la sociedad?
Desde un punto de vista social, cabe decir que, de las renovables, la biomasa es la que genera más empleo, buena parte de él en las zonas rurales, y favorece la conservación del medio natural. En nuestro país simplemente no podemos permitirnos el lujo de ignorar las ventajas de la biomasa.
Ustedes llevan 40 años produciendo energía para la industria mediante biomasa, sin embargo, parece que es ahora que se toma en consideración esta opción. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado?
Efectivamente, en las renovables hasta hace poco quien no generaba electricidad no parecía ser nadie. Para el redescubrimiento de la biomasa, deben considerarse dos factores: por una parte, el competidor más cercano al MWh térmico producido con biomasa ha sido siempre el gas natural y las cogeneraciones. Éstas se han visto golpeadas seriamente por la reforma energética.
¿Cuál es el segundo factor?
Lógicamente una crisis profunda como la que hemos vivido —desgraciadamente en demasiados sentidos sigue viviéndose— obliga a la búsqueda de la eficiencia. Sería como un darwinismo energético donde el que no se adapte desaparece. Esto hace que cualquier industrial expuesto al precio de la energía busque alternativas para hacerse más competitivo. Obviamente, la biomasa ofrece una excelente oportunidad.
Los pellets están elaborados a partir de serrín natural seco.
Durante estos años, el sector ha evolucionado mucho, sobre todo desde un punto de vista tecnológico. ¿Qué desarrollos destacaría?
Es cierto. Por una parte, el desarrollo de los software CFD (Computational Fluid Dynamics) han permitido modelos numéricos que han ofrecido una reducción de costes, mejores rendimientos en la combustión y menores emisiones a la atmósfera. De la misma forma, esto ha permitido no sólo valorizar biomasa leñosa clásica (astillas de madera, serrín, pellets, etc.) sino también biomasas que denominamos complejas, por ejemplo, con puntos de fusibilidad —facilidad para fundirse— de cenizas bajos, con elevados contenidos de ceniza, con componentes que pueden suponer un reto en su combustión, etc. En este sentido, LSolé ha hecho grandes esfuerzos en I+D+i cuyos frutos ya empezamos a ver en forma de nuevos productos que vamos e iremos introduciendo en el mercado.
¿Cuál es el rendimiento de este tipo de instalaciones? ¿Son hoy competitivas con respecto a las instalaciones convencionales?
Las plantas de combustión de biomasa de última generación pueden equipararse al rendimiento de una caldera de gas moderna. Se reduce a una cuestión de precio, y el factor de decisión es sólo un criterio financiero de rentabilidad. A la pregunta de la sustitución, la respuesta es evidente y sencilla para todas las áreas de una compañía. Desde la dirección general, pasando por la financiera, ingeniería y mantenimiento, todos salen ganando. Y además los empleados, el entorno con la gestión de bosques, paisaje, así como el déficit de la balanza comercial en el capítulo de la energía para el conjunto de un país.
¿Qué tipo de combustible puede emplearse como biomasa? ¿Cuál es el más efectivo?
Bien, esta es justamente una de las bondades de la biomasa y uno de los retos a que los fabricantes debemos responder: la diversidad de fuentes y la heterogeneidad de la biomasa. En LSolé decimos frecuentemente que el gas es gas aquí y en la China, y que el gasóleo lo es aquí y en cualquier otro sitio. Sin embargo, la biomasa son variables: humedad, dimensión, cenizas, composición, comportamiento, etc. Y esto puede ser una gran oportunidad. Antes se encontrará cerca o en la propia industria un “yacimiento” de biomasa que de gas.
Podremos encontrar desde biomasa procedente de limpiezas forestales, con más o menos impurezas, hasta múltiples subproductos procedentes de procesos agroalimentarios.
¿Por ejemplo?
Bagazo de caña de azúcar, cáscara de arroz o de otros cereales, huesos de frutas, pulpas de fruta, grano exhausto procedentes por ejemplo de la producción de cerveza u otras bebidas, EFB (Empty Fruit Bunches procedente de la palma africana), el orujo y todo el subproducto procedente del mundo del olivar, etc. Sin mencionar la biomasa energética procedente del cultivo ad-hoc cuyo potencial es enorme. Sin embargo, de una forma muy resumida podríamos decir que en el sector doméstico y terciario el pellet es un excelente candidato y que la biomasa procedente de limpiezas forestales es la típicamente usada en la industria.
Ustedes afirman que su tecnología puede aprovechar lo que otros no pueden quemar. Por favor, explíquenoslo.
Este es un punto clave en el cambio a biomasa y repercutirá en la larga vida útil del sistema. Lo cierto es que LSolé ha sido siempre una empresa con una fuerte vocación exportadora. Esto ha hecho que encontráramos en nuestra trayectoria muchos tipos diversos de biomasas. En síntesis, nuestra tecnología permite afrontar con éxito unas condiciones objetivas de la biomasa con un abanico muy amplio de PCI (Poder Calorífico Inferior), dimensiones, humedad y contenido y comportamiento de cenizas.
Una ventaja para el cliente…
Sí, esto le permite ampliar las opciones de suministro (no depender de uno u otro suministrador) y así disponer de precios más bajos de cara al futuro. Como resultado de esta visión y tecnología, desarrollamos sistemas que sólo obedecen a estos criterios de fabricación: flexibilidad (en el combustible aceptado por la parrilla), rendimiento (lo que significa buena combustión y mínimas emisiones), disponibilidad (hasta 8.200 h/año contractuales) y bajos costes de mantenimiento.
Supongamos que yo quiero instalar en mi casa o en mi negocio una caldera de biomasa. ¿Qué necesito? ¿Cuáles son los requerimientos?
En el sector doméstico, el cual no está en nuestro portafolio, existen excelentes soluciones desde estufas de pellets hasta calderas de agua caliente. En la industria, y de forma básica, deben identificarse los espacios disponibles, estudiar los consumos del cliente, verificar los aspectos legales desde el punto de vista de permisos administrativos y verificar asimismo las exigencias en cuanto a emisiones. Son raros los casos en los que no se puede proponer una mejora sustancial al cliente mediante la biomasa.
¿Qué aspecto reviste mayor dificultad a la hora de diseñar una instalación de este tipo? ¿Y a la hora de instalarla?
Debe tenerse en cuenta que LSolé normalmente desarrolla sistemas cuya potencia mínima es de 2 MW y hasta 30 MW. En este sentido, los espacios disponibles son tal vez el mayor reto.
A su entender, ¿qué futuro le espera a la biomasa?
Toda actividad industrial fuertemente expuesta al coste energético necesitará realizar el switch a biomasa. Y, créame, está todo por hacer.
Sobre LSolé
LSolé es una empresa familiar con más de 26 años de experiencia, especializada en la generación de energía mediante plantas de biomasa para el uso industrial y de servicios de calor, frío o electricidad. Fundada en 1985, ha instalado en 20 países más de 500 plantas de generación de energía (con potencias promedio de 20 MW térmicos y 2 MW eléctricos) mediante su red internacional de distribución y exporta más del 75% de su facturación, superior a los 9,6 millones de euros en 2012 (́9,4 en 2011).
Con sede central —fábrica y oficinas— en Girona y oficinas en Honduras para Latinoamérica, LSolé en la actualidad cuenta con más de 40 empleados (incluyendo Latinoamérica), un especializado portafolio de soluciones y una selección estratégica de marcas representadas. La sede corporativa central de LSolé se encuentra en Girona (Massanes) y dispone de cerca de 1.000 metros cuadrados donde realiza las actividades de investigación, diseño y fabricación; la empresa mantiene una importante actividad exportadora, sobre todo en Latinoamérica, y cuenta además con oficinas de representación —y también fábrica— en Honduras, República Dominicana y Chile. LSolé promueve las siguientes áreas de negocio:
- Ingeniería de combustión
- Fabricación industrial
- Ingeniería de plantas
- Servicio de mantenimiento
- Fincas energéticas
- Externalización integral de energía y soluciones en venta de energía: (ESE/ESCO).