España “perderá niveles importantes de inversión y empleo” sin un marco regulatorio que incentive a la eólica
13 de diciembre de 2012
En sus conclusiones, el informe indica que “la industria eólica confirma en 2011 su importancia para la economía española, pero reduce por tercer año consecutivo su aportación al PIB. El potencial del sector para contribuir al crecimiento económico del país está claramente infrautilizado”. Y añade: “Esta situación ha sido provocada por decisiones políticas (la falta de un marco retributivo para nuevas instalaciones más allá de 2012, la moratoria que suspende los incentivos renovables, etcétera) que amenazan la permanencia de la industria eólica en España: se está perdiendo una oportunidad histórica de liderar un sector industrial de vanguardia a nivel global”.
Una de las consecuencias de estas decisiones es la pérdida de 14.319 empleos desde finales de 2008, lo que sitúa en 27.119 los trabajadores (directos e indirectos) del sector a finales de 2011. En ese año, se perdieron 2.085 puestos de trabajo directos y 1.543 indirectos (en total, 3.628), una tendencia que se ha agravado en 2012 por la moratoria para nuevas instalaciones.
La eólica en 2011 sustituyó 8,3 millones de teps en importaciones de combustible fósil, por valor de 1.919 millones de euros. Asimismo, evitó la emisión de 21,97 millones de toneladas de CO2, valoradas en más de 282 millones. Si se comparan las primas percibidas por la eólica durante el periodo 2005-2011 (9.028 millones) con el impacto económico que supone evitar importaciones de combustibles fósiles y emisiones de CO2 (12.101 millones), se observa que el ahorro para el país ha sido de 3.073 millones, según el informe.
El esfuerzo de la industria eólica española en I+D+i durante el ejercicio 2011 fue de 118 millones de (el 7,25% de la contribución sectorial al PIB, frente al 1,35% que representa la I+D+i total sobre el conjunto del PIB español). Las exportaciones del sector fueron de 1.893 millones de euros, tras caer un 14,2%.
Deloitte destaca que fuera de España existen oportunidades derivadas del aumento de capacidad instalada que se producirá en los próximos años: la Agencia Internacional de la Energía estima que a nivel mundial la potencia eólica instalada en 2020 alcanzará los 582 GW, de los que 213 GW estarán en la UE. “Ello constituye una importante oportunidad para la empresas del sector, que podría desaprovecharse si se produce un desmantelamiento de la industria nacional derivado de la falta de proyectos en nuestro país (se perderían las capacidades y experiencias acumuladas de los últimos años) y no se contaría con la referencia de una industria nacional líder”, dice el informe.
Ante esta situación de crisis, Deloitte recomienda al Gobierno la puesta en marcha de un marco regulatorio apropiado y estable a largo plazo en el que no exista incertidumbre con respecto a la evolución futura de las reglas del mercado. Y a las empresas, el replanteamiento de los modelos de negocio para permitir aprovechar las capacidades desarrolladas y el conocimiento adquirido.
Durante la presentación del informe, Rocío Sicre, presidenta de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), ha reforzado este mensaje: “El sector necesita un marco regulatorio que le dé visibilidad a largo plazo para poder hacer su trabajo”, afirmó, y “la eólica está dispuesta a dialogar con el Gobierno para ello”.
Asimismo, señaló que el sector entiende que acabar con el déficit de tarifa sea una prioridad para el Ejecutivo, pero debe entender que “las primas a la eólica no son responsables del déficit”.
Para consultar el Estudio del impacto macroeconómico del sector eólico en España en 2011, pincha aquí.