Cerviglas impulsa su línea de vidrio curvado de grandes formatos sin distorsión
Desde cúpulas a soláriums, puertas giratorias, o fachadas exteriores de los edificios, el vidrio curvo se ha convertido en un elemento habitual para la arquitectura moderna, que busca mejorar el aislamiento, reducir el consumo energético y eliminar las barreras visuales con el exterior. Cerviglas ha concentrado las inversiones en equipamiento y tecnología de última generación para fabricar vidrio curvado y dar respuesta a estas necesidades y convertirse en el aliado que necesitan constructoras, ingenierías, fachadistas, interioristas y arquitectos.
Cerviglas lleva más de una década desarrollando su capacidad productiva de vidrio curvado con su línea de productos Cervicur que, recientemente, se ha reforzado con la incorporación de un nuevo horno Pujol LAMP-PRO Jumbo. La nueva maquinaria no sólo permite laminar vidrio de hasta 6,5 x 3,21 metros, sino que también cuenta con una cámara de curvado con flecha de hasta 1.200 milímetros.
Con este nuevo equipamiento, que se suma a los tres hornos de curvado, con una capacidad de producción de 4.4 x 2.8 metros, y con un radio máximo de 1.000 milímetros, amplía la gama de productos en vidrio curvo Cervicur.
Los vidrios curvos maximizan la cantidad de penetración de la luz natural, al tiempo que se convierten en un aliado para los arquitectos que requieren en sus proyectos de alta resistencia a la carga, fuerza mecánica y durabilidad.
Cerviglas es una compañía con más de 40 años de experiencia y presencia en mercados de todo el mundo. En su factoría de 20.000 m2, ubicada en Turís (Valencia), se lleva a cabo todo el proceso de diseño y producción en vidrio para atender proyectos a medida para todo tipo de construcciones, desde edificios singulares y grandes obras, hasta proyectos a medida como el balcón y pasarela del Hotel Riu Plaza España de Madrid.