Asepal cree que el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores acabará con muchas empresas 'oportunistas'
La Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (Asepal) considera que el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores a partir del 26 de junio hará disminuir la demanda de estos productos, lo que supondrá la desaparición de muchas empresas ‘oportunistas’ que entraron durante la pandemia en este sector, que facturó 900 millones de euros anuales en España en 2019.
Desde la patronal —que representa al 90 % de las empresas de fabricación y distribución de EPI— consideran que el pico de demanda que hubo a principios del año pasado “no es sostenible” y que con el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores “el nivel de pedidos va a bajar”. Además, en la actualidad existe un exceso de oferta.
“Un número muy elevado de empresas entraron en el sector de las mascarillas de manera oportunista, con cierto nivel de intrusismo y ausencia de un mínimo nivel técnico. En varios casos lo hicieron con buena intención, aportando un granito de arena durante el momento de desabastecimiento. Pero muchas de estas nuevas empresas pensaban que entraban en un negocio que era una gallina de los huevos de oro, y que el nivel de precios y el nivel de demanda iba a mantenerse en el tiempo. Ahora la gran mayoría saldrá de manera rápida del sector”, sostiene Muñoz.
A juicio de la Asepal, la demanda se irá “poco a poco” aproximando a la que existía en 2019, aunque no llegará a alcanzar ese nivel. El principal demandante de mascarillas quirúrgicas volverá a ser el sector sanitario mientras que el industrial será el principal sector comprador de mascarillas autofiltrantes (FFP2 y FFP3). Sin embargo, seguirá existiendo un consumo a nivel particular de mascarillas durante los próximos años.
“En lugares cerrados, como aviones o trenes, los ciudadanos seguirán usando mascarillas durante un tiempo”, apunta Muñoz. Por ello, la supervivencia de las empresas del sector estará principalmente condicionada “por su conocimiento, experiencia, fiabilidad, trayectoria y capacidad de aportar valor con las máximas garantías”.
“Solamente las mejores podrán sobrevivir”, matiza el presidente de Asepal.
Asepal, patronal representativa desde hace 30 años
En este sentido, la patronal manifiesta que todos los nuevos agentes son bienvenidos “siempre y cuando tengan compromiso con la seguridad, con un profundo conocimiento técnico, con la conformidad de productos y la ética profesional”.
“Fabricar y distribuir EPI es algo muy serio, ya que protege la vida de las personas. Muchos fabricantes de mascarillas quirúrgicas, que no son consideradas EPI, están teniendo grandes dificultades para certificar correctamente y con las garantías necesarias mascarillas del tipo FFP2 o FFP3”, explica el presidente de Asepal.
Así, la asociación seguirá denunciando “las malas prácticas y los productos no conformes”. Sólo en 2020 Asepal reportó más de un centenar de productos fake a las distintas autoridades de vigilancia de mercado.
Muñoz subraya que Asepal —nacida en 1989 con la aparición de la primera legislación relativa a la comercialización de EPI— lleva más de 30 años trabajando para construir “confianza” en un sector en el que se incluye a todos los productos destinados a la protección frente a la covid19, como son las mascarillas FFP2 y FFP3.
“Asepal está constituida por más de 100 empresas, la mayoría con muchas décadas de especialización en torno a la protección personal y la seguridad, con generaciones de trabajo riguroso y fiable. Esta trayectoria está avalada por un alto reconocimiento en toda Europa a la alta calidad de los EPI españoles. No debemos permitir que la situación actual vaya en detrimento de todo este trabajo. Vamos a continuar trabajando para que Asepal sea una marca que traslade confianza, rigor y seguridad al mercado”, remarca.