Cerramientos eficientes: contribución de las ventanas y puertas a la eficiencia energética
En el siguiente artículo, Deceuninck, referente internacional en el sector de los cerramientos, marca las pautas para contar con puertas y ventanas que permitan mejorar el nivel de eficiencia energética de nuestras viviendas, poniendo una vez más de manifiesto la gran relevancia que tienen estos productos a la hora de mejorar nuestro confort y reducir el gasto de nuestra factura energética.
Comenzamos definiendo la eficiencia de la ventana. ¿Qué es una ventana eficiente? Podemos decir lo siguiente: una ventana eficiente es una ventana que ahorra y brinda confort.
Pero tras esta primera definición nos enfrentamos al dilema de seleccionar una ventana eficiente, especialmente si no tenemos claro determinados criterios o pautas para hacerlo. Hay que reconocer que no es tarea fácil dado que, como usuarios, miramos a través de la ventana pero rara vez nos fijamos en ella.
Para ello podemos comenzar por tres parámetros básicos de la ventana:
- Permeabilidad al aire (A),
- Estanquidad al agua (E),
- Resistencia al viento (V).
La permeabilidad al aire, A, nos indica el caudal de aire que pasa a través de la ventana ante un determinado diferencial de presión, por lo que es lógico pensar que a menor caudal, mejor ventana. Aspecto muy relevante dado que el intercambio de aire entre el exterior y el interior de la ventana afecta directamente a las prestaciones térmicas y acústicas de la misma. Una ventana eficiente debiera tener una clasificación al aire de Clase 3 o Clase 4.
Por su parte, la estanquidad al agua, E, mide la capacidad de la ventana para evitar que entre el agua de la lluvia al interior de la habitación. Por ello, es lógico desear que nuestras ventanas, por ejemplo practicables, tengan una clasificación a partir de 8A.
Por último, la resistencia al viento, V, mide la capacidad de la ventana para controlar la deformación de sus componentes ante la acción de este agente atmosférico. Misión nada despreciable dado que una correcta resistencia al viento asegurará que los dos criterios anteriores se cumplan. Es más, dado que hoy en día es difícil imaginar que una ventana no lleve un vidrio con al menos una cámara, la clasificación al viento de la misma debiera ser Bx o Cx, nunca Ax. Siendo A (1/150), B (1/200), y C (1/300) la flecha máxima admisible permitida.
A estos tres criterios básicos hay que sumar una atenuación acústica adecuada al entorno en el que se encuentra el edificio, teniendo en cuenta que, a pesar de las excelentes prestaciones que nos ofrecen los cristales diseñados para este fin, no hay que olvidar el aislamiento acústico del cajón de persiana. A título ilustrativo, el capialzado Protex de Deceuninck alcanza una atenuación acústica de Rw = 48 (-1;-2) dB.
Y no menos importante es el mantenimiento de la ventana. Que sea de materiales de bajo mantenimiento, ojalá tan sólo agua y jabón para mantenerlas limpias, como ocurre con las ventanas de PVC.
Transmitancia de la ventana
La transmitancia, Uw, es una medida de la energía que se pierde a través de la ventana por unidad de superficie y por cada grado de diferencia de temperatura entre el exterior y el interior de la misma. Por ello, el valor Uw de la ventana debe ser lo más bajo posible.
Y no se confunda el usuario o el profesional al pensar que es despreciable una décima de diferencia en la transmitancia de las ventanas que compara. Si consideramos una ventana tipo de 1.300 x 1.300 mm, su superficie es de 1,69 m2 por lo que una simple décima de diferencia en las transmitancias (0,1 W/m2·K) se ve amplificada por superficie en un 69%. Si ahora consideramos su emplazamiento y una temperatura de confort interior de 21°C, en Burgos por ejemplo, con una temperatura media exterior en invierno de 0°C, la diferencia de una décima en la pérdida de energía a través de la ventana se ve nuevamente amplificada por un factor de 21. Si la misma ventana la situamos en Sevilla y con la misma temperatura de confort interior, la ventana puede estar expuesta al sol en verano a más de 60°C, por lo que el gradiente térmico sería superior a los 39°C. Un 86% más exigente que en un clima frío. De ahí que una buena ventana no sólo es necesaria en climas fríos. Desde el punto de vista energético y económico, es más necesaria en climas cálidos por un mayor gradiente térmico y porque generar frío es más caro que generar calor.
¿Es posible ahorrar tanto a través de la ventana? Claramente, sí. A través de soluciones tecnológicamente innovadoras, respetuosas del medio ambiente y de esmerado diseño, es posible convertir el cambio de ventanas en una operación económicamente rentable y amortizable.
Y con un impacto directo en la consecución de los objetivos 20-20-20, en los que las ventanas eficientes tienen un rol primordial en la realización de dos tercios de los objetivos de la UE: reducir un 20% el consumo energético y reducir un 20% las emisiones de CO2 equivalente.
Si consideramos un piso tipo con 12 m2 de ventanas de aluminio sin rotura de puente térmico, como es el caso de millones de viviendas en España y cuyo combustible es gasoil, el cambiar las ventanas, por ejemplo, por ventanas de PVC con el sistema de perfiles Deceuninck Zendow#neo Premium, el ahorro económico y de reducción de emisiones de CO2 queda patente en las gráficas siguientes.
Por supuesto que hay más medidas para lograrlo, pero sustituir las actuales ventanas por unas ventanas eficientes es la medida más efectiva, rápida y con mayor retorno para ahorrar energía y aumentar el confort interior.
Podríamos trasladar esta explicación y ejemplos a otro cerramiento que es clave para mantener el nivel de eficiencia energética óptimo: las puertas. Deceuninck, con el lanzamiento de iSlide#neo, consigue que un sistema deslizante de gran valor tecnológico obtenga los máximos niveles de aislamiento, diseño y ahorro. A continuación, enumeramos sus principales características:
- Prestaciones térmicas excepcionales, un coeficiente térmico Uw=1,2W/m2·K. Bienestar garantizado, sin que importen las condiciones meteorológicas.
- Prestaciones lumínicas y solares; transmisión lumínica TLw>0,5; factor solar Sw>0,3
- iSlide#neo deja entrar la luz, controlando la energía gratuita procedente del sol.
- Diseño fino y elegante, sólo 35 mm de sección central vista.
- Aislamiento acústico de 28 a 33dB, según el acristalamiento.
- Permeabilidad al aire reforzada, Clase 4, la máxima según norma.
- 60 colores y 3 texturas a elegir, con una garantía de 5 años, Y por supuesto, 100% reciclable.
iSlide#neo, un producto innovador que combina luminosidad, diseño, gran apertura y rendimiento térmico que supera con creces las expectativas de los proyectos tanto en obra nueva como en rehabilitación.