En la reunión ministerial del Comité de Agricultura de la OCDE celebrada en París

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación apela a la necesidad de mantener abiertos los mercados internacionales sin restricciones y a la transparencia en el intercambio de información para evitar movimientos especulativos.

España tiene cubiertas las necesidades de importación de cereales y oleaginosas, que se dedican sobre todo a la fabricación de piensos, y eso pese a las dificultades de exportación por parte de Ucrania, que en cualquier caso es un país al que se quiere seguir comprando. Este es el mensaje del ministro español de Agricultura, Luis Planas, que en declaraciones a la prensa este viernes en París insistió en que, a diferencia de algunos países en desarrollo, España no tiene problemas de abastecimiento, pero sí con el precio al que tiene que comprar.

“Las necesidades españolas están cubiertas“ porque durante el periodo en que Ucrania no pudo sacar grano por vía marítima, ”España se ha abastecido básicamente con compras en Canadá, en Estados Unidos y en Brasil. No ha habido un problema de cantidad. En todo caso, de elevación de precios”, indicó.

Luis Planas durante su intervención en la reunión ministerial del Comité de Agricultura de la OCDE que se ha celebrado hoy en París.

El responsable español, que participaba en una reunión de ministros de Agricultura de 48 países, entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y otros socios, precisó que desde que en agosto Ucrania pudo sacar su producción agrícola por vía marítima, España se ha convertido en su primer comprador. En concreto, de los 9,8 millones de toneladas de cereal y oleaginosas que han salido de los puertos ucranianos en cargueros entre el 1 de agosto y el 31 de octubre, gracias al acuerdo de Kiev y Moscú, auspiciado por la ONU y por Turquía, han ido a España 1,8 millones de toneladas, esencialmente maíz y colza para pienso.

Planas se mostró aliviado porque, después de que Rusia anunciara el sábado que suspendía su participación en ese compromiso que ha permitido salir a 476 buques, ayer dijo que restablecía su participación: “Eso da una mayor tranquilidad a los mercados internacionales de cereales y oleaginosas”. Antes de la guerra, España ya era uno de los grandes compradores de grano a Ucrania, con unos dos millones de toneladas anuales entre cereales y oleaginosas.

El ministro explicó que los operadores privados, que importan a través de los puertos de Tarragona y Cartagena, “están interesados en la continuidad de las operaciones con Ucrania”. Sobre todo, teniendo en cuenta que las necesidades en España (unos 35 millones de toneladas de cereales anuales) también dependen de la producción propia, que este año se ha visto mermada por la sequía, que la ha reducido de unos 20 millones de cereales anuales normalmente a 18,3 millones en 2022.

El problema del abastecimiento en alimentos ha sido uno de los platos fuertes de la reunión de dos días de la OCDE en París, con el foco puesto en los problemas de aprovisionamiento de algunos países en desarrollo y pobres, que eran muy dependientes de las importaciones de Ucrania o de Rusia.

Planas replicó a las críticas de Moscú a los países desarrollados de ser los que verdaderamente se están aprovechando de la reanudación de las exportaciones de Ucrania por vía marítima. “No es verdad -afirmó-. Los mercados de cereales y oleaginosas son mercados mundiales y cada uno tiene que comprar en algún lugar y todo grano acaba en algún lugar. Por tanto, no se puede contraponer, como ha intentado Rusia, los intereses de los países africanos con los de países de la UE. Es un tremendo error”.

A su juicio, de la vuelta del grano ucraniano al mercado “nos beneficiamos todos”, también el Programa Mundial de Alimentos para los países pobres: “Que funcionen bien los mercados internacionales es un factor de normalidad, de estabilidad, de disminución de precios y de aseguramiento del abastecimiento”.

Por otro lado, Luis Planas ha trasladado la preocupación por los altos precios de los fertilizantes, debido a su dependencia del gas, que dificultan el mantenimiento de la producción en la Unión Europea. El ministro ha abogado por la necesidad de que se adopten medidas para facilitar a los agricultores la disposición de estos productos, promover un uso más eficiente de los mismos, y buscar otras alternativas de fertilización.

España no comparte la posición crítica de la OCDE con las ayudas públicas al sector agrícola, a las que acusa de distorsionar los mercados, favorecer a los grandes productores y en muchos casos ser dañinas con el medio ambiente.

“Si hay unas subvenciones en el mundo bien empleadas, son las que apoyan a nuestros agricultores y ganaderos, que yo les llamo apoyos, porque son necesarios, a diferencia de la producción de coches o de televisores”, ha afirmado Luis Planas. “Respeto el punto de vista de la OCDE y de su secretario general (el australiano Mathias Cormann), pero no lo comparto”, ha dicho.

Planas ha insistido en que “todos los países del mundo, llámese Política Agraria Común (PAC) u otros instrumentos, tenemos mecanismos de apoyo al sector agrario”, y ha citado el caso de India, que ha puesto en marcha un programa para subvencionar la compra de fertilizantes y que está dotado con una partida equivalente al 1% de su producto interior bruto (PIB).

Cormann lamentó ayer que sólo un 13% de los subsidios públicos para el sector agrícola a nivel mundial se dediquen a inversiones en innovación, un porcentaje que incluso ha disminuido respecto a hace dos décadas, cuando el gran reto del sector es acelerar el ritmo de incremento de su productividad para alimentar a una población mundial creciente con un menor impacto medioambiental. Sobre todo, cargó contra unas ayudas que considera muy elevadas (unos 800.000 millones de dólares anuales para los países de la OCDE) que, a su parecer, distorsionan los mercados en buena parte, favorecen sobre todo a los grandes agricultores y son dañinas en términos medioambientales.

El ministro español ha aprovechado la reunión en París para mantener encuentros bilaterales con los ministros de Turquía, Canadá, Israel y Australia; y ha hecho hincapié en que, en términos comparativos, España está entre los países punteros del sector. “Somos -ha asegurado- un país eficiente en nuestro sistema productivo agroalimentario y estamos claramente entre los países de cabeza del mundo en materia de agricultura de precisión y en la utilización de tecnología”. Ha agregado que España e Israel son “los dos países más avanzados del mundo” en tecnología del agua y ha recordado que España es el cuarto exportador de productos agroalimentarios de la UE y el séptimo del mundo, con 64.400 millones de euros en los últimos doce meses.