Oviaragón pone en marcha un grupo de trabajo para la prevención y control del pedero
El equipo veterinario de la cooperativa Oviaragón ha puesto en marcha ‘EVO Pedero’, un nuevo programa de trabajo para la prevención y control del pedero ovino con el objetivo de afrontar esta enfermedad infectocontagiosa muy extendida, bastante conocida y complicada de erradicar. Está producida por la bacteria Dichelobacter nodosus, que se aloja en el interior de las pezuñas de los rumiantes produciendo lesión y dolor y dificultando la movilidad de los animales y, con ello, el consumo de alimentos.
Si bien es más frecuente en zonas húmedas o de montaña donde se encuentran los casos más graves, no son raros los brotes puntuales en terrenos más secos a partir de la compra de animales o por las extremas condiciones de aridez del suelo, seguidas de épocas de lluvias.
Tampoco es extraño encontrar rebaños en los que la enfermedad se mantiene durante años. “Lo primero que ralentiza su control es que la bacteria causante se aloja en zonas profundas de la pezuña donde los tratamientos podales apenas penetran y allí se multiplica. Lo segundo es que es una enfermedad que se extiende fácilmente, ya que las ovejas infectadas dejan un rastro en las zonas de paso y de estancia frecuente, que es el foco de infección para otros animales, multiplicándose el problema en pocos días”, destaca el equipo veterinario de Oviaragón.
Ejemplares de Rasa Aragonesa en una granja ovina.
Por todo esto, es importante actuar a tiempo y de forma planificada. Realizar un buen diagnóstico inicial, seguido de una evaluación de la gravedad, del origen y de las posibles medidas a tomar, son algunas de las acciones que quiere afrontar Oviaragón.
Con la implantación de ‘EVO Pedero’, se pueden ir controlando los gastos y pérdidas que supone la enfermedad para una explotación.
Aplicación práctica del programa
- Diagnóstico diferencial. Existen muchas enfermedades podales que cursan con sintomatología parecida. Conocer el origen del problema ayudará a hacer un pronóstico adecuado y a poner las medidas de control de forma precisa.
- Diagnóstico clínico. Mediante una serie de preguntas y un muestreo de los animales afectados, se observa la dimensión de la enfermedad, su origen y gravedad.
- Recomendaciones. Seleccionar, de entre todas las medidas a tomar, las que más se adapten a las posibilidades de cada explotación y tengan más garantía de éxito. También se hará una valoración económica que ayudará a tomar decisiones.
- Seguimiento. El control de los indicadores y la valoración periódica de las medidas puestas en marcha son fundamentales.