Arranca el proyecto Picasso, cofinanciado por la Unión Europea, para mejorar la seguridad marítima
El pasado 10 de noviembre se celebró en Bruselas la reunión de comienzo del proyecto Picasso, cofinanciado por la Comisión Europea.
Este proyecto, cuyo fin es la mejora de la seguridad marítima, a través de la formación y el desarrollo de nuevas tecnologías, cuenta con 14 socios de 9 países (Chipre, España, Grecia, Israel, Italia, Malta, Reino Unido, Suecia y Portugal), y está liderado por Salvamento Marítimo.
El nombre, además de recordar al pintor malagueño, es un acrónimo en inglés que resume la meta del proyecto: Prevenir incidentes y accidentes para unos barcos más seguros en los océanos.
Picasso cuenta con un presupuesto de 3,8 millones de euros y está enmarcado en el objetivo global de desarrollo de las autopistas del mar en la Unión Europea, en línea con las políticas de transporte marítimo comunitarias.
Ha sido aprobado en julio de 2016 y está previsto que finalice en julio de 2018.
La acción se desarrollará principalmente a través de tres actividades:
-Seguridad en tierra y a bordo de buques: Desarrollo de herramientas tecnológicas para mejorar la seguridad de la actividad marítima a través del intercambio de información entre los agentes portuarios y buques o el desarrollo de vehículos a control remoto.
-Simulación de emergencias: Aplicación de soluciones para que la reacción ante una emergencia sea más rápida y eficiente. Se realizarán ejercicios de evacuación masiva en puerto.
-Formación y factor humano: La formación del personal es un elemento clave a la hora de prevenir accidentes marítimos. Para ahondar en este aspecto se utilizarán nuevas herramientas y se desarrollarán cursos especializados.
-Lucha contra incendios a bordo de buques: Gestión de situaciones de crisis en el ámbito portuario, entre otros. En esta actividad tendrá un papel muy relevante el Centro de formación Jovellanos, dependiente de Salvamento Marítimo.
Asimismo se pondrá en marcha un sistema pionero para realizar búsquedas automáticas en casos de “hombre al agua”. Para ello se embarcará en aeronaves un sensor con un algoritmo integrado que permitirá detectar de forma automática objetos de pequeño tamaño que se encuentren en la superficie del mar, enviando en tiempo real a los centros de coordinación de salvamento los posibles blancos detectados.