García Costas coge el timón de Barreras con el apoyo de Ignacio Lachaga
El vicepresidente y accionista de Barreras, José García Costas, ha tomado finalmente el timón del astillero con el apoyo del también accionista y presidente de la armadora Albacora, Ignacio Lachaga, según informa Faro de Vigo.
Los poderes que poseían José Francisco González Viñas, y otros directivos del astillero han sido revocados mediante escritura notarial. De este modo, García Costas compartirá con Ignacio Sáez de Ibarra, consejero delegado de Albacora el control de la empresa hasta la salida del concurso de acreedores, la entrada de nuevos accionistas y la constitución del nuevo consejo de administración.
El cambio de poderes –que ya figura en el Registro Mercantil– significa un importante cambio de rumbo en el astillero cuyo objetivo es tener carga de trabajo cuanto antes, una vez que el astillero salga del proceso concursal, lo que se intentará acelerar lo máximo posible.
El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, José Manuel Fernández Alvariño, ha expresado su intención de convertirse en uno de los nuevos accionistas de Barreras con un 7% del nuevo capital que se prevé sea de 6 millones de euros, aunque la cifra no está cerrada. Esto supondría un desembolso de 420.000 euros aproximadamente. Alvariño señaló que su apuesta por el astillero "es un respaldo personal a José García Costas y a su proyecto y en apoyo de una empresa emblemática de la ciudad".
Alvariño aseguró que esta inversión no es para obtener beneficios "porque el astillero tardará muchos años en darlos".
Pero, el principal escollo del astillero está en que los acreedores acepten la propuesta de concurso que contempla una quita de un 95%. La deuda se eleva a 75 millones, y que de aceptarse la quita el astillero tendría que hacer frente a 3,75 millones pagaderos en los próximos seis años. A finales de abril, el astillero tiene que contar con una respuesta afirmativa de los acreedores porque de lo contrario entraría en liquidación.
Por otro lado, el plan de viabilidad contempla una reducción de la plantilla que pasaría de 130 trabajadores que tiene en la actualidad –que se encuentran inmersos en un ERE– hasta los 80. Además recoge una reducción de sueldos que van entre el 81 y el 21% de los salarios, dependiendo de las categorías.