Científicos del IEO proponen un plan para la sostenibilidad de las pesquerías de las Islas Baleares
La Unión Europea (UE), en el marco de su nueva Política Pesquera Común (PPC), se ha marcado como objetivo que, en el año 2020, todas las poblaciones (o stocks) de recursos marinos explotados estén en una situación de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS). Este objetivo es especialmente importante en el Mediterráneo, donde el 93% de los stocks evaluados se encuentran sobrexplotados.
Un ejemplo de la preocupación de la UE por la situación en el Mediterráneo es la campaña MEDFIS4EVER («Pescado del Mediterráneo para siempre»), lanzada por el Comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, con el objetivo de mejorar el estado de explotación de las pesquerías. Revertir esta situación es factible, tal y como se ha demostrado en el Atlántico, donde una mejora de la gestión pesquera basada en el conocimiento científico ha permitido reducir el número de stocks sobrexplotados del 94% en 2003 al 41% en 2012.
En la nueva PPC también se establece que el objetivo de la explotación sostenible debe ser alcanzado mediante planes de gestión multianuales (PMA), elaborados con la participación de los principales agentes involucrados en la pesca: pescadores, organizaciones no gubernamentales (ONG), gestores de la administración y científicos.
Por todo ello, la UE ha financiado el proyecto científico MYFISH («Maximising yield of fisheries while balancing ecosystem, economic and social concerns»), cuyo objetivo final ha sido la elaboración de un marco operacional de implementación de los principales objetivos de la nueva PPC (RMS y PMA), como herramienta para la futura gestión de los stocks pesqueros europeos. La dimensión social ha constituido una parte importante del proyecto, por lo que la cooperación entre los diferentes sectores involucrados en la pesca ha sido fundamental para asegurar que las medidas de gestión propuestas puedan ser aceptables para todos estos sectores. El proyecto ha cubierto los principales mares europeos, desde el mar Báltico al Mediterráneo.
En el caso del Mediterráneo Occidental, el proyecto se ha centrado en las Islas Baleares. El estudio, desarrollado por el grupo de investigación «Ecosistemas Bentónicos y Recursos Demersales» del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en el Centro Oceanográfico de Baleares, ha tenido una duración de cuatro años (2012-2016) y sus principales resultados se han hecho públicos ahora. El informe completo del proyecto constituye un plan regional de implementación para las principales pesquerías demersales del Archipiélago, tanto la flota de arrastre como la de artes menores.
El trabajo comienza con una descripción general de estas pesquerías, sus principales áreas de pesca y evaluaciones del estado de explotación de los stocks, con el objetivo de conocer la situación actual y poder establecer medidas de gestión que ayuden a mejorarla. En segundo lugar, se evalúan diferentes escenarios de gestión, por medio de modelos bio-económicos, dirigidos a maximizar tanto la captura como los beneficios de los pescadores, a la vez que se tienen en cuenta objetivos sociales, para evitar en lo posible medidas que no sean asumibles para el sector. En tercer lugar, se propone un conjunto de medidas de gestión para mejorar la situación actual de las pesquerías, en base a los principales resultados de los modelos utilizados y discusiones con los actores involucrados. Finalmente, se diseña un plan de seguimiento, con el objetivo de valorar los resultados de la puesta en práctica de las medidas de gestión propuestas y avanzar hacia una gestión adaptativa del mar y sus recursos.
«El estudio pretende dar respuesta a uno de los objetivos de la nueva PPC y a los intentos de la Comisión Europea para mejorar el estado de explotación de los recursos vivos y la sostenibilidad futura del sector pesquero. El trabajo que hemos desarrollado durante los cuatro años del proyecto MYFISH, es un claro ejemplo de co-gestión en el Mediterráneo, ya que los resultados que se iban obteniendo se discutían con los agentes involucrados (representantes de pescadores y la administración pesquera balear), con el objetivo de consensuar medidas que el sector pudiera aceptar», señala Antoni Quetglas, primer autor del estudio e investigador responsable del proyecto en el IEO.