Aportaciones de Janus a la seguridad marítima de los pequeños buques
Por: Manuel Casal Pita, es doctor ingeniero naval y CEO de Janus Systems
Cada año se producen en España alrededor de 21.000 accidentes marítimos protagonizados por embarcaciones, de los que más de 20.000 son de recreo. En cuanto a las actividades económicas, la de mayor índice de siniestralidad corresponde a las de la industria pesquera, por lo que se deben adoptar urgentemente medidas para mejorar las condiciones de seguridad de sus buques (cerca del 85 % de los accidentes marítimos acaecidos en nuestro país en la actualidad afectan a buques pesqueros). La pesca encabeza constantemente la lista de muertes, debido, en parte, a entornos de trabajo desafiantes con mal tiempo y aguas turbulentas. Pero sobre todo porque los armadores no la dotan de instrumentación de seguridad marítima. Los buques navegan a “ojo de buen marinero”, y este ojo falla demasiado como se ha demostrado infinidad de veces.
A falta de un estudio sobre los accidentes en España y en Europa, se han considerado las conclusiones recogidas en el estudio “2020 Recreational Boating Statistics” elaborado por el U. S. Coast Guard:
- Los mares fríos o con aguas habitualmente revueltas presentan menos accidentes.
- La falta de atención es el principal factor que favorece las incidencias.
- Las estadísticas de los accidentes más frecuentes que causan víctimas mortales son: vuelcos, inundación de compartimentos, colisiones, vías de agua y varadas.
- La mayoría de los accidentes se producen en navegación.
- El factor principal entre la maquinaria y equipo que contribuye a los accidentes es el fallo en el motor.
Pues bien, las aportaciones del Sistema Janus a la seguridad marítima y a la eficiencia de los pequeños buques, se recogen en los siete módulos que abarca el mismo:
Recientemente hemos recibido el encargo de tres armadores para estudiar la seguridad marítima de un pesquero y dos yates, a pesar que según la normativa de la OMI no tienen la obligación de llevar Calculadores de Carga. Los armadores quieren prever en lo posible incidentes marítimos, porque son conocedores de que no existe la obligatoriedad porque los países pobres (que son mayoritarios) votan sistemáticamente en contra de cualquier reglamentación para este tipo de buques.
A estos dos tipos de buques pequeños les hemos recomendado como imprescindibles los módulos I, II y III. Los I y III son exigibles por la OMI en buques grandes. El módulo II corresponde a los cálculos de estabilidad de segunda generación (combinación de cálculos y mediciones de inclinómetro, anemómetro, calados, etc.) que lleva varios años pendiente de aprobación, porque a pesar de los módulos I y III muchos buques se hunden por mares de popa, y/o por inestabilidades dinámicas de movimientos de roll, particularmente los que tienen líneas de agua relativamente llenas y popa elevada.
Por otro lado, hay que acabar con la idea de que es una mala marinería usar instrumentos para medir y simular, porque simular y medir es “saber”. Por supuesto, el “ojo de marinero” aumentará el margen de seguridad si se usa junto con herramientas e instrumentos de medición y cálculo. Algunos marinos usarán éstas como una muleta y nunca desarrollarán un buen ojo, pero otros usarán cualquier ayuda disponible para obtener información más precisa, no solo para hacer el trabajo, sino también para ajustar y calibrar su «ojo de marinero». Sobre todo, cuando hay una discrepancia entre la forma en que se comporta el buque y la que se espera que se comporte. Por ejemplo, si el GM calculado es bueno, pero el buque parece estar colgando demasiado tiempo al final de un balanceo o tiene una escora de viento excesiva, entonces hay que investigar la causa del desajuste (mal cargado, entrada de datos incorrecta, fuga entre tanques, vía de agua en el casco, etc.).
También les hemos recomendado como conveniente el módulo VII, por el gran número de accidentes que se producen por fallos en el motor, sobre todo porque ya existen en el mercado sensores no intrusivos a un precio económico. Se trata de dotarlos de un monitoreo avanzado para predecir problemas antes de que ocurran, reduciendo el tiempo de inactividad y aumentando la disponibilidad de los buques, pero sobre todo para tratar de evitar siniestros.
Como módulos optativos están los módulos IV, V y VI. El IV proporciona respuestas de emergencia en aquellas averías que afectan a compartimentos de más de un mamparo estanco, ya que el módulo III solamente contempla las averías reglamentarias fijadas por la OMI. En el caso de los módulos V y VI es conveniente la instalación de equipos de medición y sensores específicos, con el fin de controlar y optimizar el consumo real de combustible, además de calcular y optimizar la eficiencia del buque en su conjunto.
No existe la seguridad marítima absoluta, pero Janus Systems con estos módulos contribuye a que sea la mejor posible.
Cuando finalizaba este artículo me llegó la noticia del hundimiento del pesquero gallego “Villa de Pitanxo” en Terranova (Canadá), con 10 muertos y 11 desaparecidos por el naufragio. Nuestra condolencia a los familiares, pero de poco sirven los lamentos si no se dotan a los buques de instrumentos de medición, control y simulación. Los armadores deben invertir en seguridad y no dejar al azar la vida de los marineros.