¿Para cuándo un ministerio de la mar?
Por: Juan Díaz Cano, presidente de la Real Liga Naval Española
Organizado por la Real Liga Naval Española en colaboración con el Clúster Marítimo Español, hace casi dos años tenía lugar en la ciudad de Cartagena la celebración del III Congreso Marítimo Nacional. Finalizando el mismo se anunció la celebración de un nuevo congreso en Madrid en mayo de 2018. La razón de ser de dar una cierta periodicidad a estos congresos reside en la oportunidad de comprobar la evolución del sector a lo largo de un determinado período. Llegados al mes de mayo de 2017 la Junta de Gobierno de la Liga Naval decidió posponer el siguiente congreso hasta 2019, comunicando esta decisión al Clúster Marítimo.
Los motivos de esta decisión eran evidentes: no había nada nuevo bajo el sol del sector marítimo español digno de resaltar en un congreso marítimo. Ha transcurrido año y medio de languidez y abulia en los que nuestra Marina mercante sigue exportando tonelaje a banderas de conveniencia, nuestra Marina deportiva sigue sufriendo el yugo fiscal del impuesto de matriculación, nuestras terminales portuarias pasan preocupantemente, una tras otra, a manos de capitales extranjeros, nuestros astilleros ven cómo el nuevo tax lease obra el milagro indeseado de su aplicación más allá de nuestras fronteras, cómo nuestra Armada sigue sufriendo las consecuencias de poco justificadas restricciones presupuestarias, y cómo nuestro sector pesquero se desangra ante la indolencia de un Ministerio más preocupado por la alcachofas y las emisiones contaminantes que por exigir mayores cuotas de capturas para nuestra flota pesquera.
Buscar los motivos que explican el mantenimiento de este modelo marítimo rígido y de baja productividad, fruto de una fuerte interacción de lo público sobre lo privado, nos sitúa en la tesitura de aceptar que, en el fondo, a nadie interesa el cambio de modelo. No interesa a unos empresarios cómodamente asentados en un mercado pequeño, pero rígidamente controlado, no interesa a unos sindicatos que recientemente con el conflicto de la estiba han mostrado su fortaleza, y por supuesto no interesa a una clase política siempre ajena a los problemas de la mar.
Desde hace mucho tiempo en la Liga Naval venimos predicando en el desierto la necesidad de un cambio de paradigma a través de la creación de un Ministerio de la Mar que agrupe los intereses del sector. Sería ésta la piedra angular que permitiese a España recuperar los ya olvidados caminos de la mar. Sin embargo, comprobamos cómo ninguno de los principales actores del sector muestra el más mínimo interés en ello. De cualquier manera, inasequibles al desaliento, seguiremos alzando nuestra voz para que los poderes públicos españoles acaben tomando en consideración esta propuesta. Y lo haremos porque nuestra voz sólo responde a la lógica que rige en países como por ejemplo Estados Unidos, Japón o Noruega en los que prima la coordinación de una política marítima integrada a través de un organismo concreto centralizado, que en nuestro caso bien podría ser el Ministerio de la Mar.
Si alguna vez nuestra iniciativa fuese tenida en cuenta por algún gobierno sólo cabe esperar que éste no proceda a nombrar una comisión para su estudio, porque ya lo advirtió Julio César: la mejor manera para que todo siga igual no es otra que nombrar una comisión, cuanto más numerosa mejor.
