La flota marisquera española abandonará el caladero mauritano si no se respetan las medidas técnicas del acuerdo

Los 24 buques que componen la flota marisquera española que faena al amparo del acuerdo Euro-Mauritano se han visto obligados a renunciar a la renovación de sus licencias a partir del 1 de julio próximo ante el endurecimiento de las medidas técnicas acordadas en el mencionado convenio, de forma unilateral por parte de las Autoridades Pesqueras de Mauritania.

Las autoridades mauritanas han comunicado su intención de prohibir el uso de la cadena quisquillera, un accesorio del aparejo necesario para la flota marisquera de arrastre dedicada a la gamba y al langostino, vulnerando lo pactado con la Comisión Europea en marzo de 2008, en el marco de la Comisión Mixta del Acuerdo Pesquero entre la UE y Mauritania.

El presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques de Pesca Congeladores de Marisco (ANAMAR), Angel Muriel, denuncia que esta prohibición es contraria al acuerdo de mantener el uso de este accesorio del aparejo hasta que el comité científico conjunto UE-Republica Independiente de Mauritania, creado al efecto, evalúe su impacto.

Muriel ha destacado que las conclusiones del estudio desarrollado por el Instituto Español de Oceanografía y su homólogo mauritano, el IMROP, señala que no consta impacto negativo del uso de la cadena quisquillera en el fondo marino, puesto que se trata de fondos arenosos fangosos. Sin embargo, su prohibición, además de hacer disminuir un 20% y un 40% las capturas de gamba y langostino respectivamente, duplica la cantidad de descartes en cada lance.

La flota marisquera ha pedido al Gobierno español y a la Junta de Andalucía que traslade a Bruselas la necesidad de resolver este conflicto, ya que de lo contrario, a partir del 1 de julio, 24 buques quedarán parados y con ellos los 384 tripulantes que llevan a bordo y los 1.920 empleos indirectos que genera esta flota en Andalucía, fundamentalmente en Huelva, y en Galicia.

De mantenerse la situación esta flota se vería abocada al desguace, por lo que el sector marisquero pide que se prevean ayudas económicas y sociales para paliar el impacto de la desaparición de este segmento.

Muriel ha insistido que este endurecimiento de las medidas técnicas llevado a cabo por Mauritania obedece a una estrategia clara de presión de cara a la renegociación del acuerdo pesquero con la Unión Europea previsto para el año que viene, ya ni en la FAO ni en la Unión Europea se ha cuestionado el uso de la cadena quisquillera, que sólo está prohibida en Mauritania y Madagascar.

El Secretario General de Cepesca, Javier Garat, ha pedido el máximo impulso político a todos los niveles para garantizar la actividad de la flota pesquera española que faena al amparo de acuerdos pesqueros con terceros países y ha mostrado especial preocupación por las dificultades que estamos encontrando para renovar acuerdos imprescindibles y tradicionales como el de Guinea Bissau, Marruecos y, ahora, Mauritania.

Garat ha recordado que el próximo 15 de junio se extingue el convenio pesquero entre la UE y Guinea Bissau, cuya renovación está bloqueada y que dejará sin posibilidad de faenar a 36 buques entre marisqueros, atuneros, cefalopoderos y palangreros.

A las dificultades técnicas en Mauritania y el final del acuerdo con Guinea Bissau, se une la corriente contraria a la renovación del acuerdo pesquero con Marruecos en el seno del Parlamento Europeo, que actualmente está prorrogado por un año. Esta tendencia amenaza claramente a una parte importante de la flota pesquera española que se vería abocada al desguace mermando los recursos de importantes regiones altamente dependientes de la pesca, sobre todo en Andalucía, Galicia y Canarias.