Cepesca alerta sobre el fuerte incremento de las importaciones de panga vietnamita en 2008
La Confederación Española de Pesca, Cepesca alerta sobre el fuerte incremento de las importaciones de panga (Pangasius spp.) producidas en Vietman en 2008, que crecieron un 28% hasta llegar a 46.236.840 kilos, cifra que multiplica por cinco a las importaciones registradas hace apenas cinco años, desplazando del mercado español a especies salvajes y de acuicultura más tradicionales y nutritivas como el fletán, el abadejo, la merluza, el lenguado, el rape, la corvina, la pescadilla, la trucha, la dorada o la lubina.
Pese a su popularidad, sobre todo entre la población infantil, los filetes de panga se caracterizan por un elevado grado de humedad, entre el 80% y el 85%. Tienen un bajo contenido en proteínas y en lípidos. Además, posee un elevado contenido en sodio (274 mg) debido al tripolifosfato de sodio que se utiliza para retener la humedad, algo que contradice uno de los objetivos marcados por la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS) que pretende reducir el aporte de sodio en la dieta. Los niveles de magnesio, fósforo y yodo son escasos en el panga, al igual que la presencia de omega3 y vitaminas A, D y E.
El Secretario General de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, ha destacado que teniendo en cuenta que en Europa entran alrededor de 225.000 toneladas de panga entero al año, y que la población europea asciende a 500 millones de habitantes, podemos deducir que cada europeo consume al año en torno a medio kilo de esta especie, lo que supone un 2,5% del consumo per cápita total de productos pesqueros comunitario (19 kg. por habitante y año).
En España, principal mercado importador de panga vietmanita de la UE, el consumo per cápita ronda los 858 gramos, lo que supone el 2,4% del total de productos pesqueros consumidos y el 19% de los productos congelados, según los datos de un Estudio de la consultora Canaest sobre la distribución del panga en España.
Garat ha hecho hincapié en que este pescado de acuicultura se consume principalmente en el canal de la hostelería y la restauración, con especial presencia en la restauración colectiva dirigida a colegios y hospitales, por sus facilidades a la hora de consumirlo, “aunque, desatendiendo el objetivo de velar por una dieta sana y saludable en un público con unas necesidades específicas de aporte nutricionales, que favorezcan la recuperación, en un caso, y el crecimiento en otros”.
En este sentido, desde Cepesca se pondrán en marcha acciones informativas dirigidas a los restauradores, a los consumidores y a la comunidad educativa para dar a conocer las diferencias en los aportes nutricionales de las distintas variedades comerciales de pescado frente a las escasas propiedades del panga vietmanita.
Así mismo, se instará a la Comisión Europea, a los Estados miembros de la Unión Europea y a España a que incrementen los ensayos de laboratorio en los Puestos de Inspección Fronteriza sobre el panga procedente de Vietman, a fin de evitar que puedan entrar partidas con presencia de listeria o cólera, o de residuos de sustancias no permitidas en el mercado comunitario, como el antibiótico cloranfenicol o el fungicida conocido como verde malaquita, utilizado por los acuicultores vietmanitas y detectadas el pasado año en los análisis realizados por Anfaco-Cecopesca sobre una muestra aleatoria de filetes de panga vietmanita.
También se pedirá a la Comisión Europea que analice las condiciones de producción del panga vietmanita, que a juicio de Cepesca, “podrían vulnerar los principios de sostenibilidad, respeto al medioambiente y al bienestar animal y podrían ignorar las normas higiénico-sanitarias impuestas a cualquier producción de origen animal comunitaria, por lo que entrarían en el mercado común en condiciones de dumping social y medioambiental”, ha afirmado Garat.
Garat ha recordado que el panga vietnamita se cría en las aguas del río Mekong, que es uno de los diez más contaminados del mundo, con unas densidades que llegan a las 300 toneladas por hectárea y cosecha de pescado, en cerca de 6.000 hectáreas de aguas semi-estancadas donde se cultivan en torno a 1,8 millones de toneladas de pescado y que vierte sin control todos los deshechos a las mismas aguas del Mekong.
Por último, llama mucho la atención la información publicada en los medios de comunicación sobre el uso por parte de los productores de Vietnam de hormonas de orina deshidratada de mujeres embarazadas para aumentar de forma exponencial la fertilidad de las hembras del panga.