El fabricante alemán OCS ha encontrado en este sector la oportunidad de demostrar y demostrarse que sus equipos cuentan con la versatilidad que se les supone
Control de calidad para el tapón de corcho
Alberto Gómez, Ventas y Marketing OCS Checkweighers Ibérica10/05/2012
Las soluciones tecnológicas diseñadas específicamente para los tapones de corcho han supuesto un desafío cuyo resultado permite asegurar y controlar la calidad de este producto, de gran importancia en la maduración de vinos y espumosos. OCS Checkweighers se ha aliado con los dos principales productores de corcho de ámbito mundial, España y Portugal, contribuyendo con ello al éxito de sus clientes en los estrictos controles de calidad.
Cuando se trata de producción y calidad, y cuando el producto a controlar es el tapón de corcho, la adaptación a las especificaciones del cliente es crucial. La producción del tapón de corcho se realiza a altos rendimientos –hasta 18.000 unidades/hora– y su forma cilíndrica supone un claro desafío para cualquier sistema control en dinámico. A la vista de estas características, la industria del corcho necesitaba optimizar sus controles de calidad, a través de una solución a la medida de sus necesidades: pesar un producto muy ligero a velocidades altas, evitando movimientos no deseados, turbulencias y rechazos incorrectos.
El fabricante alemán OCS, que acumula más de 20 años aportando soluciones de pesaje dinámico de calidad y dando respuesta a muy diferentes problemáticas del entorno de producción, ha encontrado en este sector la oportunidad de demostrar y demostrarse que sus equipos cuentan con la versatilidad que se les supone. Desde sus inicios la compañía germana se ha diferenciado por su adaptabilidad, flexibilidad y la capacidad de entender la necesidad que tiene ante sí, y ésta posición se ha capitalizado en proyectos como los desarrollados para este sector, donde las especificaciones están claramente diferenciadas respecto de otras soluciones técnicas.
El control de los tapones de corcho plantea una problemática directamente relacionada con la propia naturaleza del material y de su proceso de producción. El control de peso se instala normalmente tras un vibrador, que alimenta a la pesadora con los tapones. Las vibraciones producidas por esta estación deben ser reducidas prácticamente a cero, ya que la precisión de la pesada debe ser máxima. Las bandas de este tipo de equipos han sido diseñadas de forma que absorben estas turbulencias, permitiendo que el producto haga el recorrido hacia la banda de pesaje de forma totalmente estable.
Otro factor que se ha conseguido controlar es el referente a la forma cilíndrica de los tapones y el consecuente difícil control de su movimiento durante el transporte. Las bandas utilizadas, que han recibido un tratamiento especial y a las que se les ha dado forma de cuna, recogen el producto y lo transportan en el centro de la superficie evitando que rueden o se muevan mientras son transportados.
El correcto control depende además de la precisión y resolución del corazón del sistema: la célula de carga. OCS fue pionero y actualmente es productor puntero en células de carga dinámicas de alta precisión basadas en el principio de compensación de fuerza electromagnética (EMFR). Esta tecnología permite a las células devolver el valor de la pesada en un cortísimo tiempo de respuesta, una extraordinaria precisión, y una gran repetibilidad (autotara a 0 para volver a pesar el siguiente producto). Esto a su vez permite altas cadencias y rendimientos (por encima de 300 productos por minuto). Resulta fácil inferir que estas características son más que apropiadas para un producto como el tapón de corcho.
El control de los tapones de corcho plantea una problemática directamente relacionada con la propia naturaleza del material y de su proceso de producción
¿Cómo trabaja el EMFR?
El principio básico de las células de pesaje OCS basadas en la restauración de la fuerza electromagnética puede compararse con un balancín. El producto a pesar se coloca en un lado del balancín, su peso llega a la bobina provocando su salida del campo magnético (imán permanente). Un sistema óptico detecta hasta las deflexiones más pequeñas y las comunica a un controlador de posición de alta precisión, que usa la corriente de la bobina para controlar la contrafuerza electromagnética, lo que equilibra el balancín. Todo esto tiene lugar en milisegundos, lo que significa que la deflexión máxima es inferior a unos nanómetros. La fuerza iniciada por la fuerza aplicada se compensa así por la corriente de la bobina. Al mismo tiempo, la fuerza de la corriente de la bobina es proporcional al peso. Esta fuerza-corriente se puede medir con una derivación de medición, digitalizada por un convertidor analógico-digital, y se sigue procesando hasta conseguir un resultado directo como valor de peso digital.
EC-FS-AVC series. Célula de carga OCS.
También es habitual la clasificación del producto según composición y naturaleza, diferenciando así por calidades (trefí, aglomerado, gemelo, …). Aquí un buen control de peso puede convertirse en el mejor aliado. Estos equipos hacen posible establecer hasta cuatro límites diferentes, pudiendo discriminar por calidades y destinar el producto a diferentes producciones. Para ello se integran en la pesadora dos sistemas de expulsión por aire comprimido que envían el producto a cajones de rechazo independientes habilitados al efecto. Además, la configuración por el cliente –operador– está pensada para simplificar el trabajo, permitiendo crear rápida y cómodamente referencias para los diferentes momentos de producción.
Todos los datos del proceso de pesaje son almacenados en el sistema, y el cliente puede decidir qué datos quiere mostrar en la pantalla, de manera que las estadísticas pueden ser consultadas rápidamente e incluso extraerse en memorias portátiles para su posterior análisis.
En cuanto al entorno de producción propio del sector, suele preocupar cómo responden los equipos ante el polvo y residuos que flotan en el aire y que acaban posándose sobre las máquinas. El fabricante germano resuelve este inconveniente mediante la instalación de carcasas protectoras especialmente diseñadas, así como encapsulando sus células y servomotores contra el polvo.
Soluciones tecnológicas como las ideadas por OCS permiten controlar el 100% de la producción, aprovechando al máximo el producto y optimizando todo el proceso. Lo más probable es que a corto plazo encontrar este tipo de equipos sea algo más que frecuente entre las líneas de producción del sector corchero.
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