Construcción de una cubierta ecológica extensiva

El Grupo Burés, dentro de su línea de investigación y desarrollo ha prestado con este proyecto especial interés a la implantación de zonas verdes en nuestro entorno urbano a través de cubiertas ecológicas, como pueden ser azoteas de edificios industriales, de casas, de bloques de pisos, de zonas comunitarias, sobre aparcamientos y sobre vías de tránsito cubiertas, adaptando las técnicas de construcción y diseño a nuestras condiciones climáticas, como única manera de asegurar la viabilidad y éxito del proyecto.

La tendencia al aprovechamiento urbanístico de la mayor parte del terreno deja poco margen a las zonas de recreo y esparcimiento de las grandes urbes. Se tiende a construir costado con costado dejando para el último acabado la creación de un reducto de naturaleza, en ocasiones suficiente pero en la mayor parte de los casos no.

Sumergidos dentro de esta tendencia nos hallamos con la necesidad de crear nuevas zonas donde la naturaleza pueda instaurarse y donde podamos disfrutar de ella alejados del entorno puramente urbano que nos rodea. Habilitando zonas muchas veces en desuso y aportando alternativas al embellecimiento de los espacios, creemos en la implantación de sistemas biológicos y naturales. Se pueden hallar diferentes ejemplos de lugares donde instaurar una zona verde como azoteas de edificios industriales, de casas, de bloques de pisos, de zonas comunitarias, sobre aparcamientos y sobre vías de tránsito cubiertas.

Aunque en las ciudades es donde este fenómeno es más necesario, no debemos limitar su alcance. Su aplicación puede extenderse a todos los hábitats (urbanos, rurales, costeros, litorales) porque sus ventajas traducidas en ahorros energéticos, conservación y aumento del nivel de vida son necesarios en todos los ámbitos.

Este movimiento ampliamente instaurado y consolidado en muchos países europeos como Alemania y Suiza, está entrando de forma tímida en nuestro país. Gran parte de las experiencias que nos llegan proceden de estos países. Aunque aportan información y base, no dejan de ser zonas muy diferentes climáticamente a las nuestras de ambiente mediterráneo. Este hecho hace que surja la necesidad de adaptar las técnicas de construcción y diseño a nuestras condiciones como única manera de asegurar la viabilidad y éxito del proyecto.

Por este motivo Burés S.A. ha querido iniciar una línea de investigación y desarrollo dentro de este campo, partiendo de principios de jardinería básicos (los cuales no dejan de ser pilares importantes en el conocimiento) que aplicados a las nuevas corrientes y técnicas dan como resultado la creación de sistemas más firmes y consolidados.

Nuestro punto de partida, la construcción de una cubierta ecológica extensiva

El término cubierta ecológica extensiva proviene de la traducción literal del término alemán que define este tipo concreto de cubiertas. En la actualidad se podrían diferenciar dos tipos de ajardinamientos, el intensivo y el extensivo. Para ofrecer una idea sencilla y clara de estos dos términos, se podría decir que una cubierta intensiva, es aquella que requiere de un mantenimiento continuo, en cambio en una cubierta ecológica extensiva, el mantenimiento tiende a ser mínimo. A partir de aquí surgen un seguido de diferencias de construcción, forma, elementos integrantes que no deben llevar a engaño y confundirse, porque estética y funcionalmente las dos formas de ajardinamiento son capaces de ofrecer todo lo que esperamos de un espacio verde.

El por qué de diseñar una cubierta ecológica extensiva y no intensiva, fue condicionado por el objetivo del proyecto que no era otro que establecer un ensayo con diferentes sustratos y diferentes tipos de plantas. La realización de una cubierta ecológica extensiva implica trabajar bajo unos criterios de sostenibilidad y equilibrio con el medio circundante, que llevan a crear un espacio verde que evoluciona bajo mínimos cuidados, sin dejar de ofrecer por ello todo aquello que uno busca en un jardín. Qué mejor marco que someter a los elementos a sus mínimas condiciones para probar su eficiencia.

La construcción tuvo lugar sobre la azotea de la empresa de Productos Energéticos y Abonos S.A. (Prodeasa), ubicada en Gerona y dedicada a la producción y comercialización de tierras y sustratos.

La primera etapa del proyecto fue el diseño sobre el papel de las diferentes capas que forman una cubierta vegetal, conjugando sus propiedades para que el conjunto alcanzara el equilibrio.

Se analizaron propiedades de materiales de drenaje, de protección, se realizaron cálculos constructivos y se configuró el diseño que iba a presentar la cubierta. En base a las condiciones se diseñaron una serie de sustratos que fueron analizados en laboratorio e informáticamente, con el objeto de definir un grupo capaz de aportar todo lo que la vegetación necesita sobre una cubierta, sin perder sus propiedades y estructura.

Algunas de las propiedades que deben tener los sustratos para su buen funcionamiento en cubiertas establecidas en nuestra zona son:
· Características de retención de agua adecuadas
· Alta estabilidad en sus propiedades
· Baja salinidad y alcalinidad
· Ausencia de patógenos y malas hierbas

La selección del material vegetal se realizó mediante el estudio climático, las condiciones del lugar y bajo el criterio de utilizar planta mediterránea tapizante autóctona.

A la hora de realizar la elección también se tuvo en cuenta su:
· Gran capacidad de regeneración y desarrollo rápido.
· Poco o nulo mantenimiento.
· Elevada capacidad de resistencia a períodos de sequía.
· Resistencia a fuertes radiaciones y elevadas temperaturas.
· No provocar riesgo de incendio.
· Elemento estético.

La segunda etapa fue poner en práctica toda la teoría. Es aquí donde se empezó a construir físicamente la cubierta ecológica extensiva.

Como el objetivo era experimental la configuración última de la cubierta fue su estructuración en diferentes parcelas de idénticas dimensiones, que serían las unidades de estudio y seguimiento. Se estableció un diseño experimental que implantaba los sustratos al azar en las parcelas. Una vez colocado el soporte tuvo lugar la plantación dentro de cada una de las parcelas siguiendo el mismo orden de colocación mitigando de esta manera el número de factores no controlables y aumentar la fiabilidad del resultado. Se estableció un programa de mantenimiento mínimo adaptado a las condiciones basado en el abonado inicial y un programa de riego. En el clima mediterráneo el cuidado en las primeras fases de crecimiento es uno de los factores a tener en cuenta si queremos que nuestra obra tenga éxito. Mantenimientos que se irán haciendo mínimos a medida que las plantas estén bien instauradas en su medio.

El proyecto acabó con una tercera fase, durante la cual se combinó el seguimiento continuo de la cubierta, que se fue espaciando a medida que el medio iba evolucionando y consolidando, con el análisis posterior de los sustratos en laboratorio.
Los datos obtenidos llevaron a unos resultados que acababan resumiéndose en el aspecto visual que se veía sobre la cubierta. La vegetación implantada iba cubriendo la cubierta y se iba desarrollando sin ningún tipo de problema. Se confirmó el éxito en la formulación de sustratos y la acertada selección del material vegetal.

En la actualidad la cubierta ha llegado al equilibrio con el entorno que la rodea, sin ningún tipo de mantenimiento (no riego).

A partir de estos estudios, Prodeasa ha puesto en el mercado sustratos específicos para cubiertas ecológicas extensivas, fruto de la investigación propia.

En el programa de investigación de Burés S.A., estos ensayos, serán la base de estudios posteriores y el punto de inicio para el análisis de los múltiples elementos que intervienen en el diseño y desarrollo de una cubierta.

Queremos que a partir de una base experimental la cubierta nos enseñe todos aquellos aspectos que muchas veces sobre el papel son difíciles de predecir, ver y entender.