I-Grape, la alianza europea para una viticultura de excelencia
El Laboratorio Ibérico internacional de Nanotecnología (INL) ha desarrollado con la ayuda de socios de Italia, Alemania, Francia o Chile un mecanismo óptico que se incrusta en el racimo de la vid y ofrece datos para recolectar la uva en el momento adecuado y obtener así mejores vinos.
Se trata del proyecto europeo I-Grape, que cuenta con una financiación superior a los 3 millones de euros, y que, tras una investigación de 4 años, ha desarrollado un prototipo óptico que ofrece datos sobre los grados de azúcar y acidez de la uva o sus compuestos fenólicos.
El coordinador de esta iniciativa del INL, con sede en Braga (Portugal), es el profesor Paulo Freitas, que avanza a EFE que el prototipo ya está patentado, apenas mide un centímetro cuadrado y están analizando un estudio de mercado para su comercialización a bajo coste, con un precio aproximado de 10 euros.
Mediante el prototipo que colocan en el racimo al principio de su nacimiento, cuando aún es muy pequeño, se proyectan luces de 4 colores que iluminan las uvas dentro del racimo a través de cuatro fotodetectores. Esta luz que emite la uva se transfiere, mediante un sistema electrónico, a una antena que manda los datos a un servidor. “Hemos comprobado que diariamente recibimos los datos que nos sirven para saber el estado de la uva”, explica Freitas.
La gran utilidad de este prototipo es que viticultores y enólogos se ahorran practicar análisis químicos que tienen un elevado coste y no son inmediatos. Con este nuevo sistema, “el viticultor es autónomo, ya que recibe la información a diario” y sabe con exactitud si debe alargar o no la cosecha y, por tanto, la calidad de la uva será siempre mucho mejor, según Freitas.
Otro de los objetivos, aunque aún no está tan desarrollado, será el de controlar el estrés hídrico de la vid.