Entrevista a Kurt Josef Zalto, copropietario y director creativo de Josephinen
Kurt Josef Zalto es el genio creativo de Josephinen, considerado el vidriero más talentoso de nuestro tiempo. La compañía de copas de lujo llega a España de la mano de la distribuidora de bebidas premium Primeras Marcas, que se convertirá en su importador en exclusiva en nuestro país. Josephinen se distingue por la perfección en la elaboración artesanal de copas, algo que nos explica su director creativo en esta entrevista.
Háblenos de su historia y de Josephinen, una de las fábricas de cristal más destacadas del mundo.
Estudié en la escuela técnica de vidrio en Kramsach y trabajé como becario en la empresa Nachtmann antes de modernizar la cristalería de mi padre con 21 años. En el año 2000 hice mi primera colección de copas de vino, que eran muy finas y de un nivel superior a lo que había estado haciendo hasta entonces. En 2009 cambié de rumbo y adquirí una cristalería de prestigio en Austria, que acabé reconvirtiendo en fabricante de copas.
Aunque Josephinen fue fundada en 1842 en la histórica región de Silesia, yo me incorporé en 2019, cuando decidí relanzarla en Berlín con dos socios. Tras varios años investigando, creamos la nueva serie Josephine.
Kurt Josef Zalto, copropietario y director creativo de Josephinen.
¿Cómo definiría el estilo de sus copas?
Cada vez que creo una copa nueva, intento encontrar su estilo propio. La pienso, la diseño y la fabricamos cuando estamos convencidos de que es la mejor versión posible. Mi objetivo es encontrar nuevas formas que encajen con lo que necesita el mercado. No creo en la cantidad, sino en la calidad porqué solo hacemos productos top. Esa es nuestra filosofía: pocas copas pero de la mayor calidad posible.
Entonces, ¿qué tienen de especial las copas de Josephinen?
El diseño es lo más especial, es único y elegante. Cuando la gente ve nuestras copas se queda sorprendida, es algo totalmente diferente a lo que están acostumbrados a ver. Su doble curva tiene una doble intención, pues está pensada para combinar forma y función. Además, el diseño permite solucionar un problema muy común en los restaurantes, la rotura de la copa por el tallo. Hemos estudiado cómo darle mejor resistencia y lo hemos conseguido con el material adecuado. Además, la estabilidad y la elasticidad de nuestro vidrio es otro punto. Y, por último, la ligereza y su poco peso.
Háblenos del proceso de elaboración de las copas.
Cada copa es producida a mano y soplada a boca por artesanos expertos; por lo que todo el proceso es de elaboración artesanal. Para fabricar estas copas se siguen una gran cantidad de pasos que necesitan de una dilatada experiencia, destreza y mucha concentración por parte de nuestros maestros artesanos. Para cada copa se necesita un equipo de 6 artesanos.
El vidriero sopla el vidrio líquido a temperatura muy alta con mucha delicadeza, introduciéndolo en el molde de madera de haya torneado de dos piezas, mientras va rotando constantemente el tubo soplado. Así se crea el delicado y finísimo cáliz –la cuppa– de la copa de vino. Después, el tallo se extrae del cáliz con tenazas sobre el que se aplica una masa de vidrio líquido a partir de la cual se modela la base, utilizando tijera con dedales de madera.
Aunque yo me encargue del diseño inicial de la copa, trabajamos con productores de vino y sumilleres que a través de ensayos de prueba-error, nos dicen cuál es el mejor diseño. Las copas que no satisfacen nuestros requisitos de precisión o no son lo suficientemente ligeras, son refundidas y recicladas.
¿Cuál es el perfil de sus clientes y qué buscan cuando se deciden por sus productos?
Son productores de vino que necesitan nuestras copas para sus catas y degustaciones; restauradores de alta gastronomía y clientes privados. Algo curioso es que muchos de nuestros clientes privados son comensales de restaurantes que tienen nuestras copas que, sorprendidos por sus resultados, quieren tenerlas. Por nombrar algunos, nuestras copas están en restaurantes alemanes como el Guesthouse Klaus Erfort o en el Peter Brunel, ambos con 3 Estrellas Michelin; en el Nobelhart & Schmutzig o en el 100/200 Kitchen, con 1 Estrella Michelin cada uno.
Si nos centramos en el vino, ¿qué relación tiene este con la copa?
La proporción entre altura y diámetro, el contorno del cáliz, el cono de la base que termina en punta en el tallo… Nada es casual en una copa, todo contribuye a desplegar sensaciones, a despertar el olfato y el gusto. Nuestras copas permiten que el vino se exprese, se oxigene y evolucione para que quien lo beba sienta todos los componentes del vino.
En muchos restaurantes, la gente pide un vino muy caro, pero lo consume en copas de mala calidad porque el restaurador considera que ya es suficiente, pero no lo es. Imagina consumir un gran vino en una copa que permita su máxima expresión… Es una experiencia completa y, lo más importante, divertida. Y aquí es donde entra en juego el buen sumiller que tiene en cuenta todos estos detalles. Es una cuestión de respeto para el productor del vino, para el consumidor y para el propio restaurante.
Conozcamos un poco más su gama de copas. ¿Con qué productos cuentan?
La gama Josephine está formada por cinco productos: 4 copas y 1 vaso.
La Josephine nº 1, con una altura de 24 cm y un diámetro de 8,2 cm, es una copa de vino blanco que encaja con muchos vinos alemanes tipo Riesling, porque puede albergar los vinos más complejos, pero es muy sencilla a la vez. Es perfecta para vinos jóvenes, espumosos y muy sofisticados. Mantiene fresco cualquier vino, pero también permite sacar el máximo partido de vinos con cuerpo ligero y gran acidez. Su precio es de 31,95 €.
La Josephine nº 2 (altura de 24 cm y diámetro de 8,6 cm) es la copa universal, para cualquier ocasión. Un Riesling joven, un Albariño, un Chardonnay, un Cava… En esta copa, cualquier vino alcanza su desarrollo óptimo. El precio es de 31,95€
La Josephine nº 3 (altura de 24 cm y diámetro de 11 cm) está diseñada para los vinos tintos, pero también encaja muy bien con grandes blancos de cualquier lugar del mundo. La copa permite que los vinos con cuerpo, con altas cantidades de alcohol y fruta, se desarrollen ampliamente y emitan sus aromas a la perfección. Si se usa en una cata, en esta copa es donde mejor evoluciona el vino. Es la copa que más nos costó diseñar, especialmente porque quisimos potenciar las curvas voluptuosas y la punta del cono de la base. Precisamente esas curvas son las que crean un efecto chimenea que permite entender tan bien los matices del vino cuando se bebe. Precio: 32,80 €.
La Josephine nº 4 (altura de 24 cm y diámetro de 8,5 cm) es especial para Champagne. A primera vista, es la más complicada de aceptar porque es muy diferente… Pero cuando bebes espumosos en esta copa, se te van todas las dudas. La creamos como la copa que se utiliza en momentos de celebración por el modo en que se concentra el perlage y por cómo transporta el buqué hacia la nariz. El precio es de 31,95 €.
La Josephine nº 5 (altura de 12 cm y diámetro de 6,3 cm) es un vaso de agua que destaca por su diseño llamativo, pero es discreta a la vez. Estamos a punto de fabricarla en varios colores, para tener una gama más amplia. La gracia de este vaso es que puede combinarse perfectamente con otras copas de todo tipo.Su precio es de 23,50 €.
Por orden: Josephine 3, 4, 1 y 2.
Conociendo ya su gama, ¿cómo diría que tiene que ser la copa de vino perfecta?
Esa es una pregunta muy complicada… Pero diría que la copa depende del vino, que es un elemento vivo que va cambiando. Depende de su edad, de sus características… Por eso es tan importante el trabajo del sumiller, porque sabe conectar el continente con el contenido.
En estos momentos, ¿en qué países trabajan?
Empezamos por Alemania, nuestro país base, pero estamos en distintas zonas del mundo: Italia, países escandinavos, Hong Kong, Shanghái, Estados Unidos… Y ahora entramos en España. El boca a boca nos ha permitido crecer porque quien prueba nuestras copas, nunca se decepciona.
¿Por qué motivo ha decidido entrar en el mercado ¿español?
Nuestra intención es estar presentes en todos los mercados de Europa, pero España es uno de los grandes países vitícolas del mundo y es imprescindible estar aquí. Aunque es uno de los mayores productores de vino a nivel internacional, no tiene tradición de fabricar sus propias copas de gran calidad y nosotros podemos aportarlas. España cuenta, hoy en día, con grandes vinos tintos y con los mejores cavas… Tener copas de calidad es un must.
Además, es un país muy interesante por la combinación con la gastronomía y vuestra cultura de la restauración. Os gusta salir a comer, a cenar… Tenéis muchísimos restaurantes de alta gastronomía, por lo que creemos que es importantísimo que nuestras copas estén en vuestras bodegas y restaurantes.
¿Cuáles son sus perspectivas y objetivos en nuestro país?
Queremos darnos a conocer entre los grandes productores de vino porque nuestras copas no son solamente una herramienta de cata más, son un gran producto de marketing y de imagen. Por otro lado, esperamos estar presentes en breve en los restaurantes de alta gama, especialmente aquellos con Estrella Michelin.
