Valovitis, la fuerza de los viñedos del macizo pirenaico
A pesar de la implementación de muchos conservatorios de variedades en los últimos años, la perdida de este inestimable recurso natural está sucediendo. Las variedades que crecen en estado salvaje, o sólo están representadas en un conservatorio o en viejas parcelas podrían ayudar a responder a un tipo de demanda de ciertos nichos de mercado, lo que generaría un alto valor añadido. También podrían aportar complejidad en los vinos ‘genéricos’ mediante operaciones de cupaje. Algunas de estas variedades podrían también ser especialmente adecuadas para las nuevas condiciones climáticas.
Para averiguar todo esto nació el proyecto Valovitis, que une a tres socios -Institut Français de la Vigne et du Vin (IFV), Universidad de Zaragoza (LAAE) y Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA)- y varias bodegas asociadas y trabaja desde 2016 hasta 2019 para dinamizar la innovación y la competitividad.
Su objetivo ha sido identificar de manera exhaustiva, a través de un enfoque participativo, todos los recursos genéticos de los territorios del Piedemonte Pirenáico -mediante un censo a partir de bases de datos bibliográficos, prospecciones y trabajos de conservación-, evaluar su estado sanitario y asegurar el mantenimiento de variedades en peligro de extinción gracias a sus introducciones en conservatorios y parcelas de estudio.
Así, ha pretendido evaluar el potencial agronómico, tecnológico y aromático de las variedades minoritarias de vinificaciones de vinos blancos, tintos y rosados junto con la transferencia de los conocimientos a las bodegas, los viveros y los profesionales de la selección de la vid. Por último, ha querido resaltar la emergencia de estas variedades desconocidas y contribuir a su desarrollo. Estas variedades innovadoras dan una ventaja competitiva a las empresas de la zona POCTEFA, lo que permitirá mejorar su competitividad en los mercados, incluyendo la exportación y también mantener el dinamismo económico y social en las zonas rurales afectadas por el proyecto.
De este modo, el proyecto ha buscado favorecer el desarrollo de variedades innovadoras que permitirán a todas las bodegas de la zona diferenciarse para obtener una ventaja comercial y mejorar su competitividad en los mercados, especialmente los de exportación.
El proyecto en Aragón
En 2016 se evaluaron 36 variedades en las parcelas de La Alfanca y Cariñena (55 vinificaciones: 11 blancos, 9 rosados y 35 tintos) y en 2017, 27 variedades (48 vinificaciones: 11 blancos, 12 rodados y 25 tintos). De todo ello, se han seleccionado 5 variedades minoritarias interesantes para Francia y España, se han generado fichas técnicas con rutas optimizadas de producción, se han introducido las variedades innovadoras en los conservatorios franceses y españoles y se han implementado 2 nuevas parcelas de estudio.
Por su composición química y su aroma, la Universidad de Zaragoza, con su Laboratorio del Análisis del Aroma y Enología, ha seleccionado varios siguientes vinos por su interesante utilización de las variedades seleccionadas. Los vinos se han elaborado a partir de variedades de uva en peligro de desaparición, que han sido recuperadas gracias a la colaboración ciudadana y al conservatorio de variedades del Gobierno de Aragón.
El análisis genético de las cepas encontradas ha permitido confirmar el hallazgo de nuevas variedades, mientras que el análisis sensorial y químico de las mismas ha encontrado que muchas de ellas tienen un interesante potencial enológico. Características aromáticas muy apreciadas por los consumidores como fruta tropical o flores en vinos blancos y clavo o pimienta negra en los tintos han aparecido en algunas de las variedades. No sólo el aroma ha sido sorprendente, también algunas de estas variedades autóctonas demuestran un valioso potencial para resistir el cambio climático:
- Jarrosuelto (blanco, España)
- T34 ‘Arag-09-01’ (tinto, España)
- Magdeleina Noire (tinto, Francia)
- San Antoni (tinto, Francia)
- Guillemot (blanco, Francia)
- Plant de Fronton (rosado, Francia)
El proyecto ha estado cofinanciado en un 65% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) mediante el Programa INTERREG V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020).
Vid salvaje
La vid salvaje, también llamada vid silvestre, es uno de los más cercanos parientes de la vid cultivada.
Se trata de una planta rara y en peligro de extinción hoy en España y en Europa que está oficialmente protegida desde 1995. Las poblaciones de vid salvaje sufrieron una fuerte reducción con el avance de la agricultura, la decadencia de los bosques durante el periodo medieval y el drenaje de los humedales. Las enfermedades introducidas desde los Estados Unidos en el siglo XIX (principalmente el mildiú, el oídio y el filoxera) han contribuido a hacer más frágiles (incluso a destruir) las poblaciones que sobrevivieron.