El corcho como materia prima para la impresión 3D
Este año el Institut Català del Suro, ICSuro, comenzará un proyecto de economía circular con 3D Spider Print con el objetivo de crear un nuevo producto con base de corcho útil para la impresión 3D, la extrusión, la inyección y la manufactura, llamado 3Dcork. “Será un material nuevo con más de un 20% de composición en masa de corcho y biodegradable, por lo que será ecosostenible”, explica Maria Verdum, del departamento de I+D+i de ICSuro. “El bosque de alcornoques es típicamente mediterráneo. A sus 35-40 años es cuando puede realizarse la primera extracción de corcho que, sin embargo, no tienen la calidad suficiente para utilizarse en los tapones de botella. Y es que no es hasta pasados unos 60 años cuando el corcho tiene la calidad necesaria, lo que genera un problema para los gestores de los bosques. Así, dar un nuevo uso al corcho ‘no apto’ para tapones les supone una solución económicamente razonable”.
Este proyecto enlaza con la presentación de Maria Verdum como miembro del departament de I+D+i de la entidad realizó a finales de 2016 en Viena, en el workshop 'Nuevas cadenas de valor de un bosque multifuncional' organizado por EIP-AGRI (The Agricultural European Innovation Partnership). En él se presentó el caso de estudio 'High value 3D printed products from low quality cork raw materials' donde planteaba el uso del subproducto de la industria corchera como materia prima para la impresión 3D. “En los últimos tiempos se han lanzado al mercado las bobinas poliméricas para impresión 3D que combinan una base plástica y un soporte vegetal. Algunos ejemplos de bobinas duales son las bobinas combinadas con madera, coco o fibra de carbón. En ellas se han utilizado PLA como polímero de unión puesto que es fácil de usar y está bien caracterizado para la impresión 3D”. Desde ICSuro recuerdan que el corcho “es un material natural y renovable, biodegradable, con una combinación de propiedades que lo convierten en único y versátil”, como pueden ser la baja densidad, la elevada resistencia mecánica y al fuego, la baja conductividad térmica y eléctrica además de ser un buen aislante térmico y acústico y destacar por su gran elasticidad. “Estas propiedades pueden aportar mucha versatilidad para las tecnologías de impresión 3D y competir con otros productos de base plástica, que tienen un impacto ambiental mayor”.