Tres de cada cuatro niños utilizan dispositivos electrónicos como complemento habitual
Los niños nacidos a partir de 2010 constituyen la denominada Generación Alfa, y se caracterizan por haber nacido en un mundo totalmente digitalizado que determina su manera de aprender, jugar y relacionarse. Según un estudio de Lingokids (startup española especializada en contenidos digitales infantiles en inglés) en el que han participado 600 familias españolas con niños menores de 12 años, para tres de cada cuatro niños (74%), los dispositivos electrónicos son ya un complemento habitual de sus tareas escolares. Los utilizan para acceder a contenidos educativos, buscar información para realizar trabajos escolares y comunicarse con sus profesores y compañeros de clase.
“La comunidad educativa está dando cada vez más protagonismo a los contenidos digitales como parte de las dinámicas escolares. Los profesores encuentran en ellos nuevas posibilidades para reforzar los conocimientos de los niños y fomentar capacidades complementarias. Sin duda, el atractivo que despierta la tecnología en los menores contribuye a captar su interés por las tareas y se obtienen mejores resultados de aprendizaje”, sostiene Rhona Anne Dick, directora de Experiencia de Aprendizaje de Lingokids.
Hábitos de uso de los dispositivos
Según este mismo estudio, el dispositivo favorito de los niños es el teléfono móvil (33%), seguido de la tablet (30%), la consola de videojuegos (22%) y el ordenador (15%). Casi la mitad (48%) utiliza alguno de estos dispositivos a diario, el 31% entre tres y cinco días a la semana, y el 18% sólo los fines de semana. El día que los utilizan, la media de tiempo de uso para la mitad de los niños es de una a tres horas. El 28% emplea en ello más de tres horas, y un 22% menos de una hora.
En cuanto a qué dedican el tiempo de uso, el principal objetivo es el entretenimiento (40%), seguido de las tareas escolares y el aprendizaje (33%). Un 17% prioriza el contacto con amigos, y un 10%, ver y compartir fotos y vídeos en redes sociales. Por tipo de contenidos digitales, los juegos son los más consumidos (31%), seguidos de contenidos educativos y de aprendizaje (27%). Un 21% consume vídeos y música, un 10% películas y series, y un 11% redes sociales.
Momentos del día y situaciones de uso
Consultados sobre el momento del día en el que más utilizan los dispositivos electrónicos durante una jornada lectiva, un tercio de los padres (34%) afirma que el uso se concentra por la noche, cuando terminan sus tareas escolares y extraescolares. Y casi tres de cada diez (29%) indican que cogen el dispositivo por la tarde, nada más llegar del colegio. Un 13% lo usa a mediodía, cuando va a comer a casa, y un 10% por la mañana, antes de ir al cole. Finalmente, un 7% responde que el niño lleva el móvil al colegio y lo usa cuando quiere, y otro 7% tiene mochila digital, por lo que utiliza el ordenador en clase.
Si hablamos de las comidas, más de la mitad (53%) de los progenitores consultados no consiente a sus hijos el uso de dispositivos en la mesa, aunque eso significa que el 47% restante sí lo hace. En los casos en los que la familia sale a comer a un restaurante, el porcentaje de padres que prohíben su uso en la mesa desciende al 36%, y cuatro de cada diez son más permisivos que en casa, para tenerles entretenidos.
Uno de los lugares donde aprovechan para pasar un rato de ocio digital es la cama. El 28% de los padres reconocen que normalmente les permiten ver algún vídeo o jugar a algo antes de dormirse, mientras que un 36% lo hace de forma esporádica. El 36% restante no permite a sus hijos usar dispositivos electrónicos en la cama. Asimismo, para los trayectos en coche u otros vehículos se han convertido en compañero habitual y fuente de entretenimiento para casi seis de cada diez niños (58%).
El móvil como herramienta de castigo
El 30% de las familias consultadas por Lingokids entiende que el uso que hacen sus hijos de los dispositivos electrónicos es bastante limitado y controlado. Sin embargo, un 45% admite que los teléfonos, tablets, ordenadores y consolas ejercen sobre los niños una atracción que está por encima de cualquier otra actividad.
Esto se traduce en que la prohibición de uso de estos dispositivos es esgrimida en muchos casos como herramienta de castigo. Así lo admite un 75% de las familias que participan en este estudio y que afirma utilizar la prohibición de usar estos dispositivos como medida coercitiva cuando sus hijos hacen algo mal, si bien el 45% de ellos también se sirve de otras prohibiciones relacionadas con otras aficiones o actividades. Ante un castigo que les limita el uso de estos aparatos, la mitad de los niños (53%) reacciona con enfado, pero de una forma controlada, mientras que un 14% llega a mostrarse agresivo y violento. El 33% restante acepta la medida con naturalidad.
De acuerdo con Rhona Anne Dick, “es importante fomentar un uso responsable de los dispositivos electrónicos desde edades tempranas, estableciendo límites claros y supervisando su uso. Esto garantiza su efectividad como herramientas educativas y de entretenimiento, y minimiza sus posibles efectos negativos. Además, se deben promover actividades alternativas que fomenten el desarrollo físico y social de los niños, para lograr un equilibrio adecuado entre el uso de la tecnología y el desarrollo integral de los más pequeños”.