La crisis del COVID-19 acelera la transformación tecnológica en la administración pública
Profundizar en la respuesta dada a la situación planteada por la crisis sanitaria y en las líneas de trabajo que se perfilan en un futuro ‘post-COVID’ en la Administración Pública fue el objetivo principal del debate organizado por el Observatorio del Sector Público de IECISA entre representantes de la Administración Pública y expertos de la consultora tecnológica y que ha sido recogido en el informe 'El trabajo en las Administraciones Públicas durante la crisis de la COVID-19'.
En este debate realizado por primera vez en abierto, online y con preguntas de los asistentes, participaron Ester Manzano, directora general de Administración Digital en el Departamento de Políticas Digitales y Administración Pública de la Generalitat de Catalunya; María Pérez Naranjo, directora general de Transformación Digital en la Consejería de Hacienda, Industria y Energía de la Junta de Andalucía; Óscar Robledo, subdirector general TIC en el Ministerio de Hacienda desde 2009 y Sergio Rodríguez, responsable de la Estrategia de Empleado Público Digital en IECISA. Un encuentro moderado por Víctor M. Izquierdo, presidente del Observatorio del Sector Público de IECISA, cuyas conclusiones están recogidas en el último informe publicado por el OSPI.
La respuesta de las Administraciones Públicas
Los participantes en el debate -todos ellos con importantes responsabilidades en las diferentes administraciones españolas- coinciden en que, desde el inicio de la crisis, se combinaron actuaciones tecnológicas que protegieran la salud de los empleados públicos con la continuidad de la prestación de servicios públicos esenciales. De cara al exterior, se habilitaron procedimientos electrónicos para la ciudadanía y se ampliaron las líneas telefónicas de los ámbitos más afectados, como los de empleo, salud y políticas sociales.
La rápida respuesta por parte de las AAPP y el esfuerzo de los equipos profesionales por adaptarse lo antes posible a la nueva situación han sido claves. La transformación cultural y organizativa que ha vivido la sociedad ha conseguido introducir en pocos días unos cambios que de otra manera podrían haber tardado años en implementarse. Para la Administración Pública, según coinciden los expertos reunidos por el OSPI, este escenario ha ofrecido además la oportunidad de renovar el modelo de gestión y a la vez de ofrecer mejores servicios a los ciudadanos, que reclaman un nuevo modelo de administración.
Teletrabajo sí, pero regulado
Entre las cuestiones planteadas en este debate destaca la mirada al futuro. La introducción del teletrabajo, tal como afirmaron los responsables de las diferentes AAPP presentes en este encuentro, es un gran reto en las organizaciones: exige más confianza en las personas y supone un cambio cultural en la organización del trabajo que deberá estar bien regulado. Para la introducción del trabajo a distancia es necesaria la formación del personal en diferentes ámbitos como los riesgos laborales, la ciberseguridad, la gestión del trabajo por objetivos o la gestión del tiempo. Tampoco se pueden dejar de lado los mecanismos de evaluación y seguimiento que buscan mejorar la actividad.
El foco debe ponerse -según los expertos- en la confianza en las personas, pero también en la necesidad de una regulación. Es necesario disponer de una normativa adecuada en la que todos los aspectos queden ordenados y destacan algunos factores fundamentales para el éxito del teletrabajo:
- Definición de las condiciones personales de cada empleado
- Regulación basada en objetivos y orientación a proyectos.
- Desde el punto de vista tecnológico, necesidad de un perfilado de usuarios y un ejercicio de racionalización.
- Formación y acompañamiento al empleado.
Tecnología al servicio de un propósito en la organización
La nube, la inteligencia artificial, la automatización de procesos y el trabajo colaborativo se perfilan como las grandes tendencias tecnológicas en las que la administración avanzará en el corto plazo. En el apartado de la ciberseguridad, destacan los ponentes de este encuentro, la necesidad de una "ciberconciencia” y la formación al empleado.
Los nuevos proyectos puestos en marcha para dar respuesta al COVID-19 han refrendado la utilidad de aquellos que ya existían con anterioridad, pero que “no terminaban de despegar”, debido a que ha desaparecido el obstáculo principal, el cultural. También porque sus beneficios se han comprobado con casos de uso reales.
En la situación actual, la Administración asume un avance en las grandes líneas tecnológicas como son la nube, la inteligencia artificial y automatización, el trabajo colaborativo y la ciberseguridad, que permiten optimizar los procesos y automatizar las tareas repetitivas que no aportan valor. Sin embargo, y en eso también coinciden los participantes en este foro, no solo se trata de tecnología: el principal factor del cambio son las personas que deben asumir una mentalidad de avance para poder identificarse y adaptarse a todos los procesos que facilitan su día a día.
La transformación cultural y organizativa que ha vivido la sociedad ha conseguido introducir en pocos días unos cambios que de otra manera podrían haber tardado años en implementarse. Para la Administración Pública este escenario ha ofrecido además la oportunidad de renovar el modelo de gestión