El futuro de la gestión de turnos en sanidad

En España, los profesionales de la salud, especialmente enfermeros y médicos, se enfrentan a un desafío constante. Quienes trabajan en hospitales, centros de salud y residencias llevan una vida laboral marcada por largas jornadas y guardias de 24 horas que no solo dificultan la conciliación familiar, sino que también afectan la seguridad de los pacientes. Este tipo de condiciones, sumadas al contacto diario con personas en situaciones difíciles, desgastan profundamente a los profesionales.

Este problema se agrava aún más debido al déficit histórico de enfermeros en el sistema sanitario español: contamos con 6,57 enfermeros por cada 1.000 habitantes, en comparación con la media europea de 8,3, según datos de la OCDE. Esta carencia, unida al hecho de que hasta 10.000 enfermeras han emigrado en la última década, deja al sector bajo una presión insostenible.

Joaquim Borras, consejero delegado de Sisqual.

La realidad es que esta carga laboral acaba afectando la calidad de los cuidados y el bienestar de los propios enfermeros. Si alguien se despierta cada día sin ilusión, sin sentirse valorado ni motivado, es normal que su rendimiento y empatía se vean mermados. Esta falta de compromiso, aunque entendible, lleva a bajas constantes, rotación de personal y, en última instancia, a una baja productividad. Y al final, el precio es alto, tanto para el propio trabajador como para el sistema de salud y la sociedad.

Para la mayoría de los enfermeros, cuidar es una vocación. Requiere no solo habilidad, sino también una verdadera pasión por ayudar y servir. Pero, además de las dificultades inherentes a su labor, les añadimos la carga de unos horarios y turnos que pocas personas aceptarían en otros sectores.

Gestionar equipos en un entorno sanitario no es tarea fácil. Los cuidados son necesarios las 24 horas del día, todos los días del año. Planificar turnos “a mano”, con cuadrantes o en hojas de cálculo, suele dejar poco espacio para la flexibilidad o para que los profesionales adapten su vida personal a su vida laboral. Con frecuencia, se imponen turnos, se dificulta la solicitud de cambios y se cometen errores en el pago de jornadas extraordinarias. En casos de baja, a veces, incluso, se asigna a una enfermera de una especialidad distinta, lo cual puede generar serias complicaciones para todos, desde los profesionales hasta los pacientes.

Sin embargo, la tecnología puede ser una herramienta esencial para resolver estos problemas, tanto técnicos como humanos. Los sistemas avanzados de gestión de personal (Workforce Management) no solo automatizan tareas repetitivas, sino que facilitan la planificación personalizada de turnos, algo que hasta ahora era prácticamente imposible con métodos tradicionales. Con estos sistemas, los enfermeros pueden ver sus horarios en dispositivos móviles, solicitar cambios, intercambiar turnos con compañeros y reservar fechas para eventos importantes. Esta flexibilidad contribuye directamente a una mejor conciliación laboral y personal, algo fundamental para la retención y satisfacción de los profesionales.

Además, los sistemas de gestión actuales incluyen algoritmos que optimizan la asignación de turnos en función de las preferencias de los trabajadores y las necesidades del centro, permitiendo una cobertura eficiente sin necesidad de recurrir a jornadas extenuantes. Estos algoritmos son capaces de analizar los patrones de demanda y ajustar los turnos en tiempo real para adaptarse a situaciones imprevistas, minimizando el riesgo de sobrecargar a los profesionales y asegurando que haya siempre el personal adecuado disponible.

Estas tecnologías permiten automatizar tareas repetitivas y planificar los turnos de manera personalizada, algo que resultaría prácticamente inviable de gestionar manualmente. Esto no solo incrementa la eficiencia y reduce el absentismo, sino que también favorece la conciliación laboral, disminuye el estrés y contribuye a humanizar el entorno de trabajo, mejorando significativamente el clima laboral en los centros sanitarios. Mejorar las condiciones laborales y profesionales en el sector sanitario es esencial para frenar el éxodo de enfermeros y recuperar la estabilidad del sistema, porque no solo es una cuestión de números, sino de dignificar la labor de quienes, con vocación y esfuerzo, sostienen nuestro sistema de salud día a día.