“Cuando se desarrollan nuevas aplicaciones, los costes pueden llegar a dispararse”
La nube ha cambiado drásticamente la tecnología empresarial (y no va a dejar de hacerlo)
Iván Menéndez, Country Manager, Nutanix Iberia
16/12/2019No hay duda de que el cloud computing está teniendo un fuerte impacto en las infraestructuras de TI empresariales. Esto se debe, en parte, a que hay ejecutivos cautelosos que ahora lo ven como un atajo rápido y fácil para la transformación digital. Sin embargo, mientras que para algunos puede ser una buena opción, para otros, el nuevo mundo del cloud computing está lejos de ser una solución perfecta. De hecho, muchos de los ejecutivos con los que hablo se ven atrapados en lo que Gartner llama el 'abismo de desilusión', ya que desplegaron tecnología demasiado rápido sin saber al 100% lo que estaban comprando.
Se trata de la nube
Existen, por supuesto, muchas buenas razones para llevar a la nube al menos algunas cargas de trabajo, siendo el mayor atractivo el modelo de entrega on-demand en el que se basan la mayoría de los servicios.
Antes, los equipos de infraestructuras cloud locales tenían que pasar meses comprando -y justificando- el hardware, el software y los servicios que necesitaban; una tarea que se hacía aún más ardua al tener que adivinar esa necesidad con años de antelación, lo que obligaba a pedir más de lo imprescindible 'por si acaso', siempre con el temor de tener que pasar por el proceso nuevamente si se equivocaban.
En la nube todo esto es historia. ¿Qué se necesita un par de servidores virtuales? o ¿un ejemplo de base de datos? o ¿un servidor de correo electrónico alojado?, ¿la próxima semana, mañana, o ahora? En la nube pueden estar funcionando en cuestión de minutos, junto con todo el almacenamiento y la conectividad de red necesarios, y sin tener que invertir más dinero. Incluso, disponiendo de muchas plataformas en la nube, solo hay que pagar por los recursos que realmente se consumen, lo que -al menos en teoría- convierte a la nube en la plataforma de computación ideal para alojar cargas de trabajo digitales.
Pero en la mayoría de los casos esta consideración es 'en teoría', ya que, la nube pública es una solución demasiado rápida y fácil, y requiere una planificación cuidadosa para obtener los beneficios informáticos que muchos esperan de ella. Además, si nos equivocamos, puede ser mucho más difícil de corregir de lo que nos podríamos imaginar.
Iván Menéndez, Country Manager, Nutanix Iberia.
Multitud de oportunidades
Uno de los mayores retos de la nube es la gran cantidad y variedad de plataformas y servicios que ofrece. La última vez que lo verifiqué, solo AWS tenía más de 150 productos agrupados en 20 categorías diferentes, desde conceptos básicos como computación, almacenamiento, bases de datos y plataformas de desarrolladores, hasta análisis de negocios vanguardistas y herramientas de Inteligencia Artificial. Si a esto le sumamos portfolios similares de otros proveedores y la facilidad con la que se pueden comprar productos de nube pública, tendremos la receta perfecta para crear una bolsa mixta de plataformas, servicios y aplicaciones que, si bien son efectivas y perfectamente manejables por derecho propio, no son buenos compañeros de cama.
Los bajos costes de compra también complican las cosas, lo que facilita que los directores adquieran productos de nube pública con poca o ninguna supervisión por parte de los equipos de TI corporativos (lo que se denomina Shadow IT). No sería tan malo, excepto porque, a diferencia de la infraestructura local donde es posible mirar en el data center para ver qué está sucediendo, la visibilidad de gestión en la nube puede variar considerablemente entre los proveedores y los productos, lo que hace que sea difícil saber lo que tienes, y mucho menos mantener el control.
Nuevas complicaciones para viejos problemas
No me malinterpreten, estoy totalmente a favor del cloud computing, pero, aunque la nube fue considerada como una forma de solucionar los problemas relacionados con las infraestructuras TI locales, cada vez escucho más sobre nuevos problemas asociados al cloud. Uno de las más comunes es que, si bien la nube proporciona una plataforma rentable para el desarrollo de nuevas aplicaciones, cuando éstas se ponen en marcha los costes pueden llegar a dispararse.
Más allá de eso, los ejecutivos con los que hablo se quejan de que es mucho más difícil hacer un seguimiento de los costes cuando las aplicaciones se trasladan a la nube que cuando se llevan a cabo despliegues locales. De hecho, muchos admitirán en secreto que tienen poco más que una vaga idea del gasto total, además de no entender si eso es 'normal' o qué pueden hacer al respecto.
Otra preocupación común es la capa adicional de complejidad añadida por una solución ampliamente promovida como una forma de simplificar la tecnología. Y es que en lugar de simplificarla las empresas a menudo terminan teniendo que crear equipos de soporte especializados adicionales, en muchos casos para cada plataforma en la nube, más allá de los necesarios para la infraestructura local.
Y, por último, está el pequeño problema de la expansión de la nube con silos aislados de datos aún más comunes y mucho más difíciles de eliminar en los lugares donde está involucrada la nube.
Todo se puede arreglar
Desafortunadamente, estos problemas no son algo que los proveedores de cloud puedan abordar, al menos a corto plazo. Por eso, para recuperar cierto grado de control, muchas organizaciones están abandonando su intención de basar su infraestructura de TI solo en la nube para adoptar un enfoque híbrido que abarca tanto las plataformas locales como las de cloud. Al mismo tiempo, también quieren que el despliegue local sea tan rápido y fácil de escalar como lo es la nube, razón por la cual, mientras se pronostica que las ventas de servidores y SAN tradicionales caerán en los próximos años, el interés en las plataformas hiperconvergentes está avanzando junto con el crecimiento de los servicios de nube pública.
También es la razón por que ha habido una gran actividad en torno a las herramientas y las tecnologías -no solo para dar poder a los altos directivos- también para controlar los costes y favorecer que los equipos de TI muevan las aplicaciones y equilibren las cargas de trabajo en las plataformas, independientemente de la tecnología, el proveedor o la implementación llevada a cabo. Estas herramientas de orquestación son el eslabón perdido en la ecuación para 'reparar' la infraestructura de TI empresarial al permitir que la empresa aproveche al máximo lo que la nube puede ofrecer en sus propios términos.