La protección de los terminales móviles adquiere especial importancia
Los riesgos que esconde 5G: la velocidad sin seguridad no es una opción
María Penilla, Technical Account Manager, Business Development Unit de Exclusive Networks Iberia
06/09/2019Llevamos meses oyendo hablar de que la llegada de la tan ansiada tecnología 5G va a abrir un abanico de posibilidades y mejoras en muchos campos como el de la medicina, comunicaciones, automoción o logística. ¿Y qué decir a nivel empresarial? Sus capacidades mejoradas en cuanto a velocidad (hasta 10 Gbps) y latencia (de entre 1 y 2 ms) con respecto a 4G van a facilitar un nuevo modo de conexión que permitirá extender la red a nuevos elementos, ubicaciones o servicios. ¡Una auténtica revolución!
Sin embargo, y antes de lanzarnos de cabeza a la incorporación de esta nueva tecnología, es importante reflexionar sobre cómo será su implantación y si dicha adopción impactará de modo alguno en la estrategia de ciberseguridad corporativa. ¿Puede 5G abrir nuevos frentes que deban ser analizados antes de su introducción? ¿Deben ser replanteadas las estrategias de seguridad para ser adaptadas a esta tecnología? ¿Están preparadas las soluciones de seguridad actuales para atender las necesidades que plantea esta nueva generación de comunicaciones móviles?
María Penilla, Technical Account Manager, Business Development Unit de Exclusive Networks Iberia.
Conexiones a velocidad de vértigo
Las ventajas asociadas a la velocidad y al tiempo de transmisión de datos son el principal reclamo de 5G, máxime cuando las necesidades de conexión viven su punto más álgido en la actualidad. Por tanto, es de esperar que esta quinta generación cambie la forma en que los usuarios se relacionan con la tecnología, pero también, que, por sus especiales características, evidencie carencias en un terreno especialmente sensible para las empresas, el de la ciberseguridad.
En este contexto, y como primera medida, adquiere especial importancia la protección de los terminales móviles. Ciertamente, si los usuarios van a utilizar estos teléfonos para acceder a apps de negocio y a datos confidenciales, la definición de una política de seguridad estricta por parte de la empresa es de obligada implantación.
Algo similar ocurre en entornos como IoT e IIoT, donde 5G facilita la conexión a elementos que, hasta ahora, eran de difícil conexión. En el mundo industrial, por ejemplo, donde las redes son críticas, potencialmente inseguras y, en muchos casos, no cuentan con una política de seguridad corporativa, los pasos seguidos hacia la implantación de 5G deberían medirse con cautela.
Las mejoras en velocidad y latencia tienen también otra consecuencia importante relacionada con la capacidad de las infraestructuras de seguridad. En verdad, las empresas deben conocer si sus soluciones de seguridad están dimensionadas para soportar dicha velocidad y latencia y si, de continuar con las políticas actuales de inspección de tráfico de Internet (cosa muy necesaria, por otro lado), la infraestructura de seguridad no quedaría colapsada originando un cuello de botella…
Sea como fuere, no hay duda: la tecnología 5G introduce un nuevo paradigma en lo que a las conexiones móviles se refiere. Sin embargo, en el flanco negativo, también abre las puertas y ventanas a un crecimiento instantáneo y exponencial de la superficie de ataque, que se ve sobredimensionada.
Por tanto, y aunque las ventajas de esta nueva tecnología son claras y potencialmente evidentes, antes de implantar 5G en los sistemas corporativos y ofrecerlo a los usuarios, los departamentos de TI y Seguridad empresariales deben evaluar los potenciales riesgos de ciberseguridad que esta quinta generación entraña. De este modo, y además de elaborar un plan Director de Seguridad, y adecuar tanto las redes como las infraestructuras de seguridad a las nuevas reglas de juego, el respaldo de un socio tecnológico, cuyo ADN está ligado a la evolución, ayudará a evitar o, al menos a minimizar, las consecuencias de posibles incidencias de seguridad.