Wi-fi6 vs. 5G: ¿por qué hay que elegir?
Javier Jiménez, director general Extreme Networks
20/06/2019Ahora que la tecnología 5G está ya lista para usar y Wi-Fi celebra su 20 aniversario en el mercado, asistimos en los foros tecnológicos al debate de si 5G reemplazará la tecnología Wi-Fi. Es cierto que no faltan comentarios un tanto hiperbólicos e incluso apocalípticos tales como “¿Sabías que 5G reemplazará el Wi-Fi en un futuro cercano?”. Sin embargo esto está muy lejos de ser cierto, y convendría llevar el debate a un justo término medio. Lo cierto es que ambas tecnologías inalámbricas poseen sus características propias y coexistirán en un futuro previsible.
Este debate recuerda un poco al que tuvo lugar hace unos años cuando surgieron las tecnologías ‘cloud’. También entonces se decía que la nube reemplazaría por completo la computación local. Pero esto no ha sucedido. Cada tecnología tiene sus entornos de aplicación óptimos y no hay un juego de todo o nada. Lo mismo ocurre con 5G y Wi-Fi: no hay una solución única para cada necesidad de conectividad y para cada entorno. Veamos esto en detalle.
Diferentes tareas requieren diferentes herramientas, y hay una serie de áreas donde cada tecnología sobresale. Imaginemos un entorno de área local, de alta densidad de dispositivos, como puede ser un centro educativo o un hospital. En este entorno, equipar cada dispositivo con tecnología 5G no tendría sentido. Además, si se necesita hacer un uso intensivo de ancho de banda, como transmisión de contenidos multimedia o archivos de gran tamaño, Wi-Fi nos va a dar más fiabilidad y rapidez. Todo esto sin mencionar el enorme coste que supondría dar de alta líneas de telefonía para cada dispositivo.
Otros beneficios de Wi-Fi no provienen de la tecnología en sí, sino de otras posibilidades que ofrece, como por ejemplo la posibilidad de realizar análisis de tráfico y recabar información muy valiosa para el departamento de TI e incluso para el negocio: desde optimizar el funcionamiento de las aplicaciones hasta detectar, corregir e incluso anticiparse a incidencias en la red, pasando por obtener información sobre los patrones de navegación de los usuarios y desarrollar productos y servicios que se adapten a sus necesidades. Todo esto no es posible hacerlo con 5G, ya que la red es propiedad del operador. Por último, mencionar la seguridad, claramente reforzada con la incorporación del estándar WPA3, un requisito previo para Wi-Fi 6.
Javier Jiménez, director general Extreme Networks.
Por otro lado, no se puede negar que 5G va a ser el cimiento de muchas de las revoluciones tecnológicas que veremos en los próximos años, desde el coche inteligente a las ‘smart cities’. Cualquier cosa que requiera conectividad en áreas geográficas extensas requerirá 5G para funcionar: un coche inteligente no puede conectarse a una red pública Wi-Fi gratuita. La velocidad, el rendimiento y la densidad de cobertura que ofrece 5G servirá para conectar ciudades enteras, y esa infraestructura subyacente será la base para todo tipo de innovaciones ‘inteligentes’.
El ser propietario de la red, como en el caso de Wi-Fi, hemos visto que tiene sus ventajas, pero también tiene sus desventajas. Con 5G externalizamos la conectividad inalámbrica en una operadora de telecomunicaciones o proveedor de servicio, y recibimos un servicio de alta calidad sin necesidad de soportar los costes de mantenimiento, gestión y actualización de la infraestructura.
Por último, hay que mencionar que a día de hoy, Wi-Fi no consigue alcanzar a la telefonía es en la calidad del servicio de voz. Es cierto que la creciente capacidad de Wi-Fi ha permitido mejorar la calidad de las llamadas de voz, pero el móvil se diseñó desde el principio para comunicaciones de voz en tiempo real, y 5G ha venido a mejorarlo. Wi-Fi ofrece buena calidad de voz en entornos de área local, pero la tecnología móvil es la única que puede ofrecer calidad en todas partes.
Wi-Fi y 5G coexistirán para ofrecer el máximo valor al usuario
Una vez despejado todo el ruido que se genera en el mercado alrededor de esto, está claro que ambas tecnologías aportan valor a las organizaciones, y ese valor se incrementa si se hace un uso inteligente de ellas. Por ejemplo, la demanda de 5G está obligando a los operadores a rediseñar sus operaciones de backhaul, y si bien la fibra es la opción actual, un informe reciente de Ericsson que dice que para 2023 se espera que el 40% de las conexiones de backhaul se basen en tecnología inalámbrica.
La combinación de estas dos tecnologías va a sentar las bases de muchas innovaciones que veremos en los próximos años; realidad virtual, reconocimiento facial y de voz avanzado, robótica y muchos otros. Es cierto que 5G va a ser en muchos aspectos una tecnología rompedora y con un potencial inmenso, pero eso no debe dejar en segundo plano el papel que juega y seguirá jugando la tecnología Wi-Fi. Nuestro mundo es ya inconcebible sin Wi-Fi, y las voces que proclaman que 5G sencillamente reemplazará esa tecnología son poco realistas. La inmensa mayoría de los escenarios que podamos imaginar involucrarán ambas, y complementándose en muchos casos.