Entrevista a Gil Gidrón, presidente de la Cámara de Comercio e Industria España Israel

A pesar de su pequeño tamaño y problema políticos, Israel destaca en muchos ámbitos. Es uno de los países más avanzados del mundo en el desarrollo de nuevas tecnologías disruptivas, donde numerosas start-ups destacan por su notable capacidad de atracción de inversiones internacionales. Es asimismo la economía más importante de Oriente Medio. La Cámara de Comercio de Israel en España trabaja, desde hace diez años, para fortalecer las sinergias entre los dos países. Al frente se encuentra Gil Gidrón, que nos cuenta cuál es el grado de relación entre ambos países.

Israel es un país muy pequeño, con mucha innovación, pero poca capacidad productiva. España, con un gran territorio, está asentado en la Unión Europea, mantiene lazos con Latinoamérica, cuenta con un gran nivel de producción pero tiene déficit de innovación. Eso hace que, en sectores como internet, movilidad, ciberseguridad –y también en otros como la agricultura y el agua–, haya mucho interés en España por conocer ese progreso, y en Israel por ofrecerlo.

En cuanto al comercio bilateral, muestra sus mejores cifras históricas. Entre enero y abril de 2017, España exportó a Israel por valor de 511 millones de euros, mientras las importaciones de este país alcanzaron un valor de 252 millones de euros. Nuestras exportaciones están muy diversificadas, aunque automóviles y productos químicos son los principales bienes exportados.

Los coches pequeños españoles se venden muy bien en Israel y, aunque no sean marcas españolas, se incluye en exportación. Al revés es básicamente tecnología, como la que han desarrollado para el reciclado del agua, por ejemplo. La necesidad de ésta ha sido lo que ha motivado esta innovación, de la que España podría tomar nota para las épocas de sequía.

Todo el mundo habla del milagro israelí, aunque la realidad es que se ha trabajado duro, incluso con muchos errores cometidos de los que han aprendido.

El éxito de Israel y lo que queremos emular en España, es que se ha creado todo un ecosistema de innovación, que proviene, básicamente, de cuatro aspectos importantes: financiación, ciencia y tecnología de calidad, cultura de emprendimiento e innovación y políticas fiscales favorecedoras para ello.

En 2016 invirtieron en innovación privada 5.000 millones de euros, mientras que en España tan solo 500 y es 8 veces más grande que Israel. Ese año se dieron 10.000 millones en ‘exists’ (startups que salen a Bolsa o se venden a un tercero), de inversiones que se hicieron 4 ó 5 años antes.

Por otro lado, las universidades israelís siempre se encuentran entre las cien mejores del mundo, un aspecto que en España tenemos que potenciar más. Además, hay una cultura de emprendimiento e innovación, que incluye también cultura del fracaso. Eso es algo que en España tenemos que mejorar. Aunque con la crisis ha habido más emprendimiento, falta innovación, al igual que nos hacen falta políticas fiscales que lo potencie. En Israel se invierte el 4,5% del PIB en I+D, en España alrededor del 1%, aunque depende de cada Comunidad Autónoma.

En la Cámara somos pocos, pero nos movemos bastante. Tenemos algunos proyectos que queremos lanzar este año. Un tema que en Israel se hace muy bien son las Oficinas de Transferencia Tecnológica de Universidad en la Empresa. Es muy importante la relación entre la Universidad para desarrollar tecnología e Innovación. En Israel, por ejemplo, una de las universidades ingresa por royalties en innovación mil millones al año, y en las universidades españolas no pasa de varios millones. Eso no solamente es bueno, sino que además estos fondos van a mejorar la Universidad. Queremos lanzar un proyecto para ver cómo están haciendo en Israel y aprender. Es un proyecto sin ánimo de lucro, como todos los que hacemos, pero creemos que puede ayudar a desarrollar el ecosistema.

Por otro lado, hay varios países que han creado un modelo de innovación abierta entre ellos, como Reino Unido, con Israel, y queremos hacer lo mismo con España. En otros países se ha hecho con dinero público, aunque en España creo que va a ser difícil, pero estamos hablando con la Administración Pública para ver cómo se podría hacer. Eso permitiría a las empresas medianas y pequeñas llegar rápidamente a la innovación, sobre todo en algunos sectores específicos.

Israel ha sacado un programa, que me gustaría traer a España, de innovación en sectores tradicionales como el del azulejo, por ejemplo, allí ha funcionado muy bien. En Israel había una industria textil moribunda y desde el gobierno invirtió en esas nuevas membranas de respiración que utilizan marcas deportivas en sus camisetas.

Un tema donde creo que puede haber mucho futuro es en Fintech porque España es una potencia en el sector financiero; e Israel en tecnología financiera.

En los últimos meses hemos visto mucho interés en España por invertir en tecnología israelí, y ya hay alguna empresa del Ibex que lo ha hecho, como Telefónica en su día. Estas empresas están invirtiendo en startups que tienen tecnología disruptiva que piensan que podrán utilizar de cara al futuro. Incluso se está creando un fondo de capital-riesgo (Venture capital) español para invertir en Israel. Esto es importante porque va abrir un nuevo canal de comunicación. Anima el mercado porque son los particulares los que invierten, y también porque en el futuro vendrán fondos israelíes a España. Esto significa que no va a haber solo comercio bilateral, sino que habrá inversión bilateral en tecnología, que es el siguiente paso.

El SMS o la memoria USB son ejemplos clásicos de desarrollos israelís. Más reciente es la doble cámara de los teléfonos móviles y la nueva generación 3D de las cámaras de 360º, que veremos próximamente en transmisiones de deporte.

También se da mucho desarrollo en todo lo que es sensórica, Inteligencia Artificial, Visionary Machine, etc. Un ejemplo llamativo es la "nariz electrónica" para detectar fuga de gas o explosivos; y también está en vanguardia en el campo de los drones, entre otros muchos.

Historia común, futuro compartido

La Cámara de Comercio e Industria España-Israel es una institución sin ánimo de lucro, nacida de y para la colaboración entre las empresas y administraciones públicas españolas e israelíes. Abre sus puertas en Septiembre de 2005, tras 20 años de fructíferas relaciones comerciales bilaterales, queriendo dar cobertura a todos los sectores de actividad. Dando acogida a toda persona jurídica o física que, en España o Israel, ejerza actividades empresariales, comerciales o culturales y que esté valorando la posibilidad de expandirse.

Siendo Israel el segundo país entre los 15 más innovadores del mundo según el Índice de Competitividad Global publicado por el Foro Económico Mundial, la Cámara anhela abrir desde una perspectiva de innovación y desarrollo vías de colaboración a las empresas españolas que desean seguir creciendo y generar nuevas oportunidades de negocio.

Como misión de la Cámara, el construir un punto de encuentro entre España e Israel, en un sentido amplio, dentro de los ámbitos comercial tecnológico, económico, científico, industrial, turístico y sociocultural, es fundamental. Asimismo incrementar la presencia de empresas españolas en Israel y de empresas israelíes en España, y asesorar y promover la consecución de nuevos apoyos institucionales que favorezcan las relaciones entre ambos países.

La institución ofrece a sus socios el apoyo y la información necesarios para exportar, importar e invertir de forma sencilla y eficaz.

“Existen varios países que han creado un modelo de innovación abierta entre ellos, como Reino Unido, con Israel, y queremos hacer lo mismo con España”