Cuando la seguridad debe formar parte del proyecto educativo de los centros
La forma en que se accede al conocimiento y cómo enseñamos a nuestros hijos es radicalmente distinta a cómo aprendieron muchas generaciones hace no tantos años. Las nuevas castas no conciben aprender y desarrollarse sin las nuevas tecnologías. Y para muestra un botón, pues el 90 % de los niños utilizan materiales de aprendizaje digital en sus casas, mientras que el 42% de los profesores afirma que se utiliza por lo menos un dispositivo digital cada día en el aula. Y esto solo va en aumento.
¿Es mejor? La respuesta probablemente sea afirmativa si por mejor entendemos que existe un mayor acceso al conocimiento, que éste se encuentra más accesible para todos y que se hace una aplicación didáctica de las tecnologías, no en vano, el 79% de los profesores cree que la tecnología marca una importante diferencia para hacer que el aprendizaje sea más interesante. Pero si se tienen en cuenta los riesgos asociados al mundo cibernético… la respuesta puede no ser tan positiva.
Como en todo, en el equilibrio está el punto medio. Y es aquí donde no se deben escatimar esfuerzos por promover la seguridad en los entornos educativos y trabajar para concienciar en el uso responsable de las TI entre alumnos y el personal docente.
Carlos Vieira, country manager de WatchGuard Technologies para Iberia.
Los retos a superar son múltiples, ya que administrar los sistemas de TI en cualquier institución educativa no es tarea fácil. Hoy, los centros de enseñanza cuentan con una base de usuarios formada por estudiantes y personal dispersos en amplias instalaciones, que se conectan a través de redes cableadas e inalámbricas por distintos tipos de dispositivos. Recordemos que los dispositivos móviles también están transformando la educación y, por tanto, que los centros necesitan ofrecer acceso a los estudiantes a Wi-Fi de alta velocidad para proporcionarles una abundante cantidad de recursos educativos y herramientas de aprendizaje online. En muchas redes, la seguridad Wi-Fi llega tarde, pero en las escuelas las redes cableadas e inalámbricas requieren lo mismo, es decir, la implementación de soluciones de protección sólidas. Al mismo tiempo, se deben mantener controles adecuados para ofrecer una experiencia en Internet segura y apropiada teniendo en cuenta la edad, pues no debemos olvidar que muchos colegios tienen menores bajo su cuidado.
En definitiva, hablamos de entornos complejos, donde las exigencias a las infraestructuras de TI en términos de rendimiento y seguridad son de lo más alto, pues deben tomarse precauciones para evitar potenciales ciberataques o un mal uso de las tecnologías o la información personal, así como de otro tipo de riesgos que minen una gestión educativa óptima y con garantías para el desarrollo de los estudiantes. Avalar un acceso seguro a Internet y los recursos online, es parte de la estrategia de ciberseguridad que toda institución docente ha de incorporar a su proyecto educativo.
Afortunadamente, y como no podía ser menos, la respuesta a estos desafíos se encuentra también en las TI. Las herramientas y recursos para una seguridad de red más inteligente, rápida y efectiva son ya una realidad y permiten a los profesionales de seguridad de TI algo más que satisfacer las necesidades presentes y futuras de los entornos educativos.
Tecnologías más sofisticadas que aportan una protección inteligente e integral, así como la visibilidad de defensa en profundidad necesaria para proteger a los jóvenes estudiantes y al personal docente, pero a su vez, más fáciles de implementar y gestionar, son uno de los pilares sobre los que se asienta la seguridad de los entornos tecnológicos dentro del mundo de la enseñanza actual conectada que requiere un enfoque unificado para la protección de sus arquitecturas de red.