Los dispositivos conectados al servicio de la salud
En la búsqueda de nuevas soluciones para mejorar tanto el cuidado de los pacientes como su desempeño económico, el mundo de la salud ha estado explorando durante muchos años las soluciones que ofrecen las nuevas tecnologías, especialmente los dispositivos conectados M2M/ IoT.
La salud digital, o e-Health, se basa en los avances en telemedicina, aplicaciones móviles, análisis de datos, big data y en las redes de comunicación. Recientemente, la aparición de dispositivos de salud conectados ha dado un nuevo impulso a este sector ya que contribuyen a mejorar el bienestar diario de las personas, pero también las prácticas de los médicos y, en el hospital, el cuidado de las personas dependientes.
Dispositivos conectados de salud disponibles para el gran público
Según la consultora Grand View Research, en 2020 habrá en el mundo 161 millones de dispositivos de salud conectados frente a los 73 millones que había en el año 2016.
Los dispositivos conectados dirigidos al gran público, destinados al bienestar y a la gestión de la salud personal, son hasta ahora los más populares: pulseras de actividad física, básculas conectadas, tensiómetros, dispositivos que controlan el nivel de exposición al sol, prendas conectadas para medir la frecuencia cardíaca, bodys para bebés cuyos sensores integrados avisan a los padres en el caso de una anomalía o sensores de sueño que registran la temperatura, el brillo y el ruido en una habitación.
Entre estos objetos, el 60% son ‘wearables’ entre los cuales las pulseras conectadas son las que han tenido mayor éxito entre el público.
Actualmente en España, un 26% de la población utiliza aplicaciones de salud recomendadas por algún especialista, sobre todo para controlar la alimentación, medir la actividad física o monitorizar el sueño.
Cada vez más, estos dispositivos tendrán una connotación médica mayor o servirán en el campo de la asistencia a personas mayores dependientes.
El mercado de la salud conectada está creciendo rápidamente con un volumen de negocio previsto para 2020 que alcanzará los 410.000 millones de dólares teniendo en cuenta los dispositivos IoT, software y servicios.
Este éxito de los dispositivos de salud conectados para el público en general no debe ocultar otros problemas, incluso más importantes, en términos de salud pública: el envejecimiento de la población mundial y el cuidado de las personas mayores.
Frédéric Salles, CEO de Matooma.
Salud conectada en los hospitales
Es en este campo donde Matooma tiene un papel destacado en el nicho de los brazaletes conectados de teleasistencia a personas mayores. Con un 90% del mercado de teleasistencia en Francia, Matooma colabora con empresas como Bluelinea apoyando el despliegue de sus dispositivos conectados dentro de los centros de salud con el suministro de tarjetas SIM multioperadores. Bluelinea hace hincapié en las ofertas conectadas orientadas a personas mayores a fin de asistirlas en cada etapa de su envejecimiento, tanto a domicilio como en centros de salud.
Las autoridades sanitarias también ven en el despliegue de dispositivos conectados la posibilidad de realizar un diagnóstico temprano de enfermedades además de ser una ayuda apreciable en las políticas de prevención o formación.
Estas aplicaciones se integran fácilmente en una estrategia de gestión global del paciente (tratamiento, presión arterial, frecuencia cardíaca, glucosa en sangre, etc.), incluido el control remoto, y también para personas disminuidas física y mentalmente.
Conectividad, almacenamiento seguro y big data
En conclusión, todas estas soluciones se fundamentan en tres aspectos clave: la conectividad, el almacenamiento seguro de los datos y el big data.
Referente a la conectividad, la disponibilidad de redes de comunicaciones de alto rendimiento, gracias al uso generalizado de 4G, ahora se complementa con redes de baja velocidad. Estas redes permiten disfrutar de una mejor cobertura de red para los dispositivos conectados.
El almacenamiento y análisis de datos (big data) se basa principalmente en plataformas desarrolladas por profesionales del software que deben garantizar altos niveles de servicio, particularmente en lo que respecta a la seguridad de la información transmitida. Ahora con la próxima aplicación del nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD) que entrará en vigor el 25 de mayo, este aspecto de la seguridad toma una especial relevancia con la obligación por parte de las empresas de establecer accesos seguros al sistema de la empresa y a sus bases de datos y a tomar medidas especiales para evitar la fuga de datos.
La salud digital, o e-Health, se basa en los avances en telemedicina, aplicaciones móviles, análisis de datos, big data y en las redes de comunicación. Recientemente, la aparición de dispositivos de salud conectados ha dado un nuevo impulso a este sector ya que contribuyen a mejorar el bienestar diario de las personas, pero también las prácticas de los médicos y, en el hospital, el cuidado de las personas dependientes