El santo grial de la digitalización
En un mundo que avanza demasiado deprisa, tecnológicamente hablando, no podemos detenernos a valorar o no si nuestras empresas pueden o no subirse al tren de la transformación digital…
- Primero: porque ni tan siquiera deberíamos estar ya hablando de transformación digital… Hoy por hoy, este es ya un concepto que pertenece al pasado. La transformación digital no existe porque ya no hay transformación. Actualmente estamos ya inmersos en la era digital y tu empresa, lo veas o no… ya se ha subido al carro: datos en tiempo real, relación digital con el cliente, presencia en redes sociales, etc.
- Segundo: porque no hay nada que plantearse. El cliente manda, y está (o debería estar) en el centro de tu organización. Y él ha elegido por ti… o estás en el mundo digital, o no existes. Quizá el empresario tenga dudas aún, pero aquellos que están en contacto directo con los usuarios, lo tienen muy claro.
Así las cosas, ¿cómo enfocar este cambio?
Es indudable que estamos sumergidos en la era digital… todo a nuestro alrededor se ha digitransformado, no solo las empresas, sino las propias personas. Y no hablo de la generación millennial… sino también de esa otra generación que supera los 70 años y manejan con soltura los smartphones o tienen una cuenta de Twitter…
Ahora, lo que debemos hacer es trasladar esa capacidad innata para el cambio que llevamos en nuestro ADN a nuestros negocios, y sacar el máximo partido empresarial a esta nueva era que estamos inmersos. Es sencillo, no hay que buscar el Santo Grial que nos ayude en este paso… solo hay que ser capaces de respirar el ambiente digitransformado que nos rodea y dejar que inunde cada espacio de nuestra empresa… Y es que, y esto sí es fundamental, el cambio ha de darse desde dentro, desde todos los poros de nuestra organización. No vale con aplicar cambios a nivel tecnológico, o adquirir las herramientas más innovadoras y pensar que así ya somos una empresa digital… El éxito está en que cada una de las personas que componen nuestro equipo sea digital, piense en digital y actúe en digital. Esto es el objetivo último y para ello, toda la empresa ha de impregnarse de este cambio.
¿Qué estamos ante un importante cambio? Sí… ¿y qué?… La vida es cambio constante y las personas están preparadas para ello, porque sin adaptación al cambio no hay avance. Y las empresas, que ante todo son personas… avanzarán sin miedo en esta nueva era en la que ya, lo quieran o no, están inmersas.