Cielos libres de contaminación lumínica con Artesolar Iluminación
La contaminación lumínica es un problema recurrente que provoca daños en ecosistemas nocturnos, inseguridad vial y molestia visual, además del gasto energético y económico “como consecuencia intrínseca del alumbrado ineficiente”, apuntan fuentes de Artesolar Iluminación.
Desde la compañía se citan cuatro diferentes tipos de contaminación lumínica:
1.- Resplandor celeste. Es el tipo de contaminación lumínica más conocida. Es el halo lumínico que aparece en el cielo de las áreas urbanas iluminadas.
2.- Invasión lumínica. Emisión de la luz hacia zonas innecesarias.
3.- Deslumbramiento. Molesto y peligroso para los conductores.
4.- Exceso de iluminación. Iluminación por encima de los niveles recomendados.
La contaminación lumínica, aseguran fuentes de la compañía, está producida "por el mal diseño de las luminarias y la falta de dimensionamiento en instalaciones. El mal diseño de las luminarias provoca que el haz de luz no sea focalizado hacia la zona necesaria a iluminar. Esto puede traducirse en que la luz se disperse dentro de la luminaria, como ocurre en las conocidas luminarias esféricas, y emita flujo hacia el hemisferio superior o que queden iluminadas zonas innecesarias”.
Este desperdicio de luz no focalizada da como resultado una pérdida de eficacia de la luminaria y un gasto económico innecesario. Por su parte, la falta de dimensionamiento en instalaciones referente a la altura, interdistancia, número de luminarias y características de la vía, producen sombras y mala uniformidad de la iluminación. La mala solución para paliar estos efectos es aumentar la potencia, dando como consecuencia luz intrusa, reflejos y sobreiluminación.
Para un alumbrado de calidad, añaden desde la compañía toledana, es necesario escoger de manera adecuada la luminaria y óptica, además de dimensionar con inteligencia las instalaciones. “En Artesolar hay un fuerte compromiso por paliar la contaminación lumínica gracias al inteligente diseño de sus luminarias”, añaden desde la empresa.
Irena, “una iluminación eficaz sin contaminación lumínica
“La luminaria Irena es la perfecta sustitución a LED en zonas residenciales y parques para lograr una iluminación eficaz y sin contaminación lumínica. Su diseño es elegante y ligero, con un estético soporte ‘post-top’ de dos liras. Su acabado extraplano asegura la correcta disipación del grupo óptico sin superficies donde puedan depositarse suciedad. La carcasa de inyección de aluminio con bajo contenido en cobre y los tratamientos superficiales aplicados en ella asegura una elevada resistencia a la corrosión, incluso en ambientes salinos”, describen desde la compañía.
En cuanto a los LED, “están doblemente protegidos con las lentes de policarbonato (PC) y el cierre de vidrio plano templado, todo ello sujeto en un marco de aluminio que protege y sujeta el grupo óptico. Las lentes de PC son multicapa proporcionando un haz de luz más uniforme y homogénea. Hasta seis ópticas diseñadas para adecuarse a los usos del alumbrado residencial y urbano con elevado control del deslumbramiento y reduciendo la contaminación lumínica a diferencia de las luminarias convencionales esféricas. Tanto el conjunto óptico como las lentes aseguran una emisión de flujo lumínico hacia el hemisferio superior <1%”.
Desde Artesolar Iluminación se desgranan las ventajas de la luminaria Irena, que se “traducen en una iluminación adecuada, sin deslumbramientos ni sombras, gracias a sus ópticas diseñadas para cada tipo de uso urbano. La correcta iluminación de esta luminaria permitirá el ahorro de potencia en las zonas de sustitución”. La compañía avanza que “seguirá apostando por el diseño inteligente de sus luminarias para conseguir un alumbrado eficiente”.