La nueva sede de Metro de Madrid será un edificio ecológico que evoca su historia centenaria
El nuevo Centro Integral del Transporte, obra del equipo Jardín 1, se concibe como un Edificio de Energía Casi Nula (NZEB) por su estrategia de diseño y materiales y está previsto que quede listo a finales de 2020 tras haberse iniciado los trabajos el pasado mes de abril.
El edificio, permitirá reubicar y concentrar los principales servicios administrativos y de control de Metro y albergará a la práctica totalidad del personal de oficina de la compañía -más de 1.000 trabajadores-, en la actualidad repartido en diferentes recintos. Los primeros trabajadores comenzarán a llegar en 2021. Se ubicará en los terrenos que ocupaban las antiguas cocheras de la línea 1 en la Avenida de Asturias, en el entorno de la Plaza Castilla. El equipo Jardín 1, compuesto por los arquitectos Lourdes Carretero, Julio de Fuente, Andrés Perea e Iván Carbajosa fue el que resultó ganador del concurso abierto e internacional convocado por Metro de Madrid en septiembre de 2016.
Tras la ejecución de la nueva sede se pondrá en marcha una segunda fase del proyecto las instalaciones de un Museo del Transporte.
Este proyecto tiene un presupuesto de 26 millones de euros, de los que 20 se destinan a la construcción del inmueble y los 6 restantes a la implantación de diferentes instalaciones del edificio.
En el mes de julio de 2019, el presidente de la Comunidad de Madrid en funciones, Pedro Rollán, visitó las obras e indicó que “Gracias a la concentración de servicios se conseguirán mayores sinergias y una disminución de costes en la producción y operación de Metro de Madrid, así como una mayor eficiencia de los rendimientos en la organización; ahorros logísticos y en el alquiler de inmuebles; una mayor eficacia en la actividad diaria; y una reducción de tiempos de respuesta en la resolución de incidencias”.
Futuro Centro Integral del Transporte
El Centro Integral del Transporte se completará durante la segunda fase del proyecto y contará con nuevos inmuebles, como un edificio denominado Centro de Control de Operación de Red (CCOR) que agrupará el actual Puesto de Mando y el Centro de Operaciones de Mantenimiento y Monitorización de Instalaciones y Comunicaciones (COMMIT).
Además, otro inmueble se destinará al Consorcio Regional de Transportes, se habilitará un Museo del Transporte, un aparcamiento de más de 300 plazas, un gran jardín y zonas al aire libre en los espacios centrales y una cubierta vegetal cambiante en las diferentes épocas del año.
Un edificio de energía casi nula y un nuevo espacio que ensalce cultura ferroviaria
El proyecto tiene como lema recuperar, actualizar y reutilizar. Pretende mantener el legado del espacio de las antiguas cocheras, se retorna un espacio que había quedado olvidado, para uso y disfrute de los ciudadanos. Un nuevo espacio que sus arquitectos indican “es para que los madrileños recuerden, al que quieran ir para sentirse ciudadanos. Un lugar que ensalce cultura ferroviaria metropolitana. Esa ciudad paralela en movimiento y bajo la tierra. La identificación del ámbito con la empresa que representa se considera esencial”.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, la nueva sede se concibe como un Edificio de Energía Casi Nula (NZEB), dando cumplimiento a las directivas europeas que requieren este comportamiento energético en los edificios públicos que se construyan desde el pasado año 2018.
Así, incorpora estrategias de diseño y elección de materiales para reducir el efecto isla de calor -especialmente en las cubiertas mediante elementos de sombra y vegetación-, junto a la disminución de la huella energética y ecológica al bajar la demanda de energía y el consumo de recursos naturales. Además, contará con instalaciones de alta eficiencia, como la geotermia, y el aparcamiento dispondrá de recarga de vehículo eléctrico y aparcamiento para bicicletas.
Una actitud arquitectónica
El equipo de Jardín 1 habla de “generar un campus institucional, una acrópolis (a ras de suelo), un paraíso posible. Con un diseño inteligible, con una pedagogía que expresa lo que es y no lo que representa. Con naturalidad, sin efectos especiales y con austeridad. Con diversidad y multiplicidad de escalas, armónicas y concurrentes. Comprometidos con la calidad de vida de los ciudadanos sin discriminación y, con sus rituales urbanos.
Con reglas muy claras: Permeabilidad visual. Supresión de las interferencias entre flujos peatonales y vehiculares. Reduciendo consumos de agua (rentabilizando pluviales y grises), garantizando la permeabilidad de las superficies no ocupadas por la edificación para el equilibrio y conservación de los acuíferos existentes.
Nuevos cuerpos edificatorios que arropen a un parque que hable de preexistencias, rutinas y actividades, pero sobre todo se busca una nueva manera de habitar para los trabajadores en los nuevos edificios, los habitantes del barrio y los posibles visitantes.
El patrimonio del lugar sirve de inspiración y re-naturaliza: surge un híbrido paisajístico ferroviario integrado con la naturaleza, un paraíso recuperado, con nuevos usos ciudadanos en un espacio ahora degradado y olvidado en pleno centro de Madrid”.
Las tecnologías de la información se integran en el espacio público para dar a conocer de manera interactiva especialmente el patrimonio y la historia de la compañía Metro de Madrid.
El proyecto plantea distintas capas que se solapan:
- La capa topográfica: Interacción de los niveles del perímetro, del suelo libre y del actual interior de las cocheras, con una enorme potencia espacial.
- La capa industrial: los elementos de las antiguas cocheras, sus valores, sus posibilidades de uso y forma.
- La capa de movimiento: Acumulación cinética de varios tipos y épocas, que vibran en un espacio que se genera con ellos.
- La capa urbana: La realidad cotidiana de la ciudad y de los ciudadanos.
Elementos arquitectónicos
Además de las capas citadas que aparecen como estratos superpuestos, se añaden o seleccionan una serie de elementos:
- Nuevos recorridos: Se conecta visual y físicamente el nuevo espacio con la ciudad existente, de manera directa y sin necesidad de protocolos.
- Lo cinético: Al movimiento antaño generado por los vagones de Metro, le suceden los generados por las plantas que se agitan por el viento y en su lento crecimiento.
- Las cubiertas se desnudan, y se transforman en una nueva cubierta vegetal, fresca y atractiva, cambiante según el momento del año.
- Nuevas construcciones: Los edificios aparecen en la parcela a la manera tradicional, en el perímetro del solar. Y a la vez dialogan con las preexistencias, integrándose sobre las otras tramas.
- El paisaje industrial y la arqueología ferroviaria: Contenedor y contenido congelan la instantánea del lugar.
- Lo topográfico: Los actuales niveles interiores generan la oportunidad de múltiples accesos y diferentes situaciones y experiencias espaciales y sensoriales.