Worldline, líder europeo del proyecto M-Sec
Worldline ha firmado el contrato para la realización del proyecto M-Sec ‘Tecnologías de seguridad de múltiples capas para garantizar ciudades inteligentes conectadas’, financiado conjuntamente por el Programa de Investigación e Innovación Horizon 2020 de la Unión Europea y por el Instituto Nacional de Tecnología de la Información y Comunicaciones (NICT) de Japón.
El principal objetivo del proyecto M-Sec “es la creación de una plataforma innovadora y segura mediante el uso de tecnologías blockchain, ‘BigData’, ‘cloud’ e ‘IoT’, que permita la creación de aplicaciones que impliquen interacciones descentralizadas de igual a igual entre objetos y personas en un contexto de ciudad inteligente hiperconectada”, informaron fuentes de Worldline en una nota de prensa.
La seguridad de IoT plantea nuevos desafíos
Desde la compañía se apunta que el “exponencial” crecimiento de dispositivos conectados entre sí ya supera al número total de personas en el planeta. “Con el incremento de dispositivos conectados entre sí, no sólo se abre un abanico de oportunidades en cuestión de la cantidad de datos generados por estos dispositivos, sino que también aparecen nuevos desafíos en cuanto a la seguridad de la información”. De hecho, la información recopilada por estos dispositivos es un atractivo claro para ataques cibernéticos. En la actualidad la ciberseguridad se ha convertido ya en una de las grandes preocupaciones a nivel mundial.
La principal característica de M-Sec es proporcionar una plataforma “que incluya diferentes capas de seguridad para garantizar la confidencialidad, autenticidad y veracidad de datos sensibles en todos los niveles del proceso, proporcionando una solución ‘end-to-end”.
Los resultados serán validados en seis casos de uso por medio de pilotos. Para ello, M-Sec cuenta con dos ciudades: Santander (España) y Fujisawa (Japón), cada una de ellas reconocida por haber desarrollado un enfoque de ciudad inteligente a largo plazo.
El proyecto pretende conseguir una serie de resultados que proporcionen un valor añadido para la sociedad. En primer lugar, una infraestructura robusta y fiable que permita a las partes interesadas desarrollar, implementar y operar nuevas aplicaciones de ‘IoT’ en ciudades inteligentes sobre objetos inteligentes. En segundo, un mercado abierto de aplicaciones ‘IoT’ donde los objetos y las personas puedan intercambiar valor. En tercer lugar, un ecosistema sostenible de partes interesadas, roles, herramientas e infraestructuras sobre las que los nuevos participantes y otros actores puedan construir y experimentar con los futuros servicios de aplicaciones. Finalmente, la posibilidad de replicar el modelo M-Sec en cualquier otro país o ciudad el contexto de ciudad inteligente.