Barcelona, Singapur y Londres, principales ‘smart cities’ globales
Philips Lighting publica un nuevo informe, elaborado en colaboración con SmartCitiesWorld, en el cual se describen los principales elementos que impulsan y obstaculizan a las autoridades locales a la hora de implementar un programa de ‘smart city’. El estudio sitúa a Barcelona, Singapur y Londres como las principales ‘smart cities’ globales.
En el informe se analizan en profundidad los 150 elementos principales que influyen en la planificación de ciudades en todo el mundo. El hecho de que Singapur, Londres y Barcelona hayan sido elegidas como las mejores ‘smart cities’ del mundo, “se pone de manifiesto que el liderazgo visionario es el factor que puede marcar la mayor diferencia en el éxito de los programas de ‘smart city’, según indica el 56% de los encuestados”.
Según el estudio, en Barcelona se han creado unos 47.000 puestos de trabajo mediante la implementación de los sistemas de Internet of Things (IoT), se han ahorrado 42,5 millones de euros en agua y se han generado otros 36,5 millones de euros en un año gracias a los aparcamientos inteligentes.
Capacidad para desarrollar programas de ‘smart city’
Además del hecho de no contar con la capacidad para desarrollar un programa de ‘smart city’ que menciona uno de cada diez representantes de las autoridades públicas, también se ven lastrados por las restricciones presupuestarias, la carencia de infraestructuras, las planificaciones a corto plazo y la ausencia de liderazgo en la implementación.
Fuentes de la multinacional holandesa señalan que los factores de inhibición más importantes para implementar programas dirigidos a impulsar ‘smart cities’ son las restricciones presupuestarias (23%) y la necesidad de contar con una infraestructura que ofrezca un mejor respaldo (19%).
No obstante, el informe sugiere que los proyectos que ofrecen ganancias a corto plazo y, además, proporcionan infraestructuras a largo plazo pueden superar estos problemas, como el alumbrado público con funciones de telecomunicaciones integradas, instalado en San José, California, y el alumbrado público con LED conectado de Los Ángeles, en el mismo estado estadounidense, que permiten ahorrar al año 9 millones de dólares y amortizarán los costes iniciales en siete años.
Asimismo, el informe revela que es habitual que una ciudad dedique el 50% de su presupuesto energético al alumbrado público, por lo que implementar una tecnología de iluminación conectada “no solo reduce el consumo energético, sino que también permite reducir la tasa de criminalidad, respalda a los negocios locales y permite crear un entorno estéticamente más agradable para los ciudadanos”. A todo ello, añaden desde Philips, hay que sumar las ventajas medioambientales y las relacionadas con los costes.
Las ciudades consumen el 70 % de la energía mundial
En el informe se asegura que las ciudades consumen el 70 % de la energía mundial y, las previsiones auguran que en 2050 las zonas urbanas serán el hogar de 6.500 millones de personas en todo el mundo (2.500 millones más que en la actualidad). Para que las ciudades estén preparadas para atender el aumento en la demanda de ocupación y de energía, las autoridades locales deben abordar cuestiones difíciles, como la tecnología, las comunicaciones, la seguridad de los datos y el uso de la energía.
Jacques Letzelter, Segment Manager de Philips Lighting, considera que las nuevas tecnologías “también pueden modificar la forma en que las ciudades prestan, gestionan y mantienen los servicios públicos, desde la iluminación y el transporte hasta la conectividad y los servicios sanitarios”.
El estudio señala cuál es la función clave que debe prestar el internet de las cosas (IoT, en sus siglas en inglés): “revolucionar la recopilación de datos (35%), transformar las comunicaciones para prestar unos servicios más precisos (15%) y gestionar el uso de los recursos urbanos (13%)”. Sin embargo, el informe indica que la implementación de nuevas tecnologías y los programas de ‘smart city’ son diferentes para cada ciudad.
Estrategias diferentes
Barcelona, Londres y Singapur fueron las elegidas por los autores del estudio como las tres principales ‘smart cities’ por aspectos muy diferentes de sus respectivas estrategias. De Singapur se reconoció su infraestructura con visión de futuro, incluidos los edificios, el transporte y el uso del espacio del subsuelo. Londres se distinguió por centrarse en las comunidades a la hora de implementar la tecnología. De Barcelona, se puso de manifiesto “su excepcional cambio en las directrices de gobierno”.