Entrevista a Francisco Cuervas, CEO de Ghenova
Ghenova es una empresa internacional que ofrece servicios multidisplinares de ingeniería, consultoría y soluciones digitales en diferentes sectores: naval, defensa y seguridad; energía, industria y agua; transformación digital y ciberseguridad e infraestructuras y puertos. Su apuesta por la diversificación, la sinergia entre sus áreas de negocio y la innovación continua les sitúa entre las empresas de ingeniería líderes en Europa e Iberoamérica. Actualmente, su plantilla la forman más de 1.000 profesionales, de los cuales el 80% son ingenieros, repartidos en 19 sedes ubicadas en 9 países diferentes. En España, las oficinas están ubicadas en Madrid, Ferrol, Las Palmas, Vigo, Bilbao, Gijón, Puerto de Santa María, Cartagena, Córdoba y Sevilla, donde se encuentra la sede central de la compañía. En el resto del mundo, cuenta con 8 sedes más, repartidas en Brasil, Colombia, Bolivia, EE.UU., Australia, Corea del Sur, Reino Unido y recientemente Arabia Saudí. Hablamos con su CEO, Francisco Cuervas sobre los nuevos retos de la industria de defensa ante la nueva situación geopolítica.
Ghenova es una compañía que ha crecido mucho en los últimos años ¿Qué rol tiene Ghenova en el papel de la defensa?
El sector de la seguridad y la defensa es el que claramente marca la actualidad. Con los años nos hemos consolidado como la mayor oficina técnica privada de ingeniería naval de España e Iberoamérica, y estamos en el top 10 a nivel europeo. Clientes de referencia como Navantia u otros tecnólogos/constructores confían en Ghenova para la ejecución de gran parte de la ingeniería de productos tan complejos y tan intensivos en horas de ingeniería como pueden ser una fragata, un submarino, un portaeronaves o una corbeta. Ghenova es hoy por hoy de las pocas empresas europeas que pueden abordar con garantías la ingeniería de varios de estos buques de manera simultánea.
¿En qué proyectos trabajan actualmente?
En España trabajamos para Navantia en proyectos de defensa de alta complejidad, como son la serie de fragatas F110, el Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS), el Buque Hidrográfico Costero (BHC) o el Fleet Solid Support (FSS) de Reino Unido, entre otros. Asimismo, participamos también en trabajos de reforma del Buque Juan Sebastián Elcano para la puesta a punto de su centenario.
En cuanto a la parte internacional, en concreto en Latinoamérica, continuamos con proyectos en Brasil como el Napant (Buque de Exploración Antártica) o el contrato marco con el Arsenal de La Marinha. Mientras que en Colombia se sigue trabajando en varios contratos con COTECMAR (Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval Marítima y Fluvial).
¿Cree que hay un antes y un después en el sector de la defensa reciente? ¿Cómo deben los países adaptarse a este nuevo entorno?
Definitivamente hay un antes y un después en el sector de la defensa por los acontecimientos recientes que todos conocemos. Varios factores han cambiado las reglas del juego en los últimos años, marcando una nueva era en la seguridad global. La invasión rusa en Ucrania comenzó en 2022 y, tres años después la guerra ha dejado en evidencia muchas vulnerabilidades en Europa. Además, la presión de EE.UU ha acelerado el aumento del gasto militar europeo, una tendencia que se ve que seguirá en auge con la OTAN evaluando aumentar su objetivo de inversión por encima del 3% del PIB, lo que va a requerir un significativo esfuerzo presupuestario por parte de los países europeos.
Está claro que se debe reforzar el gasto de defensa para invertir en tecnologías clave y modernizar nuestras capacidades para dar una respuesta rápida a unas amenazas que son ciertamente reales, no figuradas. Debemos también fortalecer la ciberseguridad para adaptarnos a conflictos no convencionales. En definitiva, tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos, no sólo se trata de aumentar el poder militar comprando más, sino de desarrollar capacidad industrial y tecnológica para hacer frente a los nuevos desafíos y ganar soberanía nacional y europea.
¿Cuál es el papel de la ciberseguridad en este entorno actual?
Es fundamental. Los ataques cibernéticos pueden paralizar un país sin necesidad de disparar un sólo misil. Gobiernos, empresas y ciudadanos están expuestos a ciberamenazas. En los últimos tiempos, el sector marítimo en general y los buques en particular se han convertido en objetivos prioritarios de ciberamenazas. Los buques reúnen una serie de peculiaridades que los hacen especialmente complicados de proteger frente a estas amenazas: interconexiones e interdependencias entre sistemas, convivencia OT/IT, cadena de suministro muy compleja… y alcanza su máxima dificultad en los buques de guerra. Por tal motivo la ciberseguridad debe estar integrada a lo largo de todo el ciclo de vida del buque, desde la fase de definición hasta la retirada del servicio.
¿Qué importancia tienen las alianzas entre empresas y gobierno en este sector?
Es fundamental. Para que la industria apueste e invierta a largo plazo necesita visibilidad y cierta certeza. No basta con lanzar un programa sin dar continuidad a largo plazo, porque los esfuerzos que nos permitirán construir la capacidad industrial necesaria para disponer de nuestra soberanía estratégica implican una planificación e inversión de años. Deberíamos planificar al menos una década por delante. Eso ya sabemos que implica pensar más allá de una legislatura, y con ello, pensar en pactos de Estado. El momento lo pide.
