Protección Contra Incendios del sistema informático de las empresas

En la empresa existen algunas infraestructuras críticas que hacen posible su funcionamiento y la expansión del negocio. Debido a su relevancia, garantizar el adecuado progreso y la seguridad de este componente tan necesario para el buen curso de las operaciones es una de las prioridades de la gerencia.

Así, la seguridad de los servidores y todo el complejo de redes informáticas es una de las prioridades de inversión en cualquier empresa. Se trata de una infraestructura crítica fundamental para poder continuar con el curso normal del negocio. La protección contra incendios de todo el entramado informático juega un punto clave de la protección y debe ser realizada exclusivamente por especialistas.

Uno de los sistemas más eficaces utilizado para este tipo de riesgo es el de extinción por agentes extintores gaseosos. Se instalarán sistemas de extinción por agentes extintores gaseosos cuando:

a) Sea preceptiva su instalación.

b) Constituyan recintos donde se ubiquen centros de cálculo, bancos de datos, equipos electrónicos de centros de control o medida y análogos, de superficie superior a 100 m².

Imprescindible, y obligatorio, para garantizar la eficacia y fiabilidad de unos equipos que habitualmente están en reposo es el mantenimiento, según señala el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios, RIPCI y su Guía de aplicación. El mantenimiento debe ser realizado por empresas habilitadas por Industria de su Comunidad Autónoma y que cumplan con los requisitos legales.

El sistema de extinción por gas funciona una vez se activa la detección de un incendio en una sala protegida. La central de extinción envía una señal, normalmente eléctrica, que permite la activación automática del sistema de extinción, y provoca la apertura de las válvulas de los cilindros que contienen el agente. La presión a la que están sometidos los cilindros actúa como fuerza impulsora del agente a través de la tubería hasta los difusores, que distribuyen homogéneamente el gas por la sala protegida.

Como hemos comentado, los sistemas de extinción por gas deben ser instalados y mantenidos por empresas habilitadas según señala el RIPCI. Cuando estas áreas están ocupadas, el sistema se aplica por inundación total en salas estancas. Sin embargo, en el caso, de que la localización del fuego sea múltiple o desconocida se utilizarán sistemas de aplicación local.

Existen diferentes tipos de gases para la extinción que se aplicarán según el uso y recinto que deban proteger.

Gases químicos halocarbonados (HFCs y FCs. Estos gases que contienen flúor actúan directamente sobre el fuego a concentraciones bajas. Se almacenan como gases licuados y apagan el fuego por enfriamiento de la llama y actuando sobre la reacción en cadena de combustión.

Gases Inertes. Estos gases requieren de concentraciones relativamente elevadas, ya que apagan el fuego reduciendo la cantidad de oxígeno hasta niveles en los que no se sostiene la combustión. Los gases inertes pueden ser puros o mezcla de ellos (nitrógeno, argón y CO₂), y son almacenados como gases comprimidos a presión y son actos para áreas ocupadas.

CO₂. Este gas requiere de concentraciones relativamente elevadas, ya que apaga el fuego reduciendo la cantidad de oxígeno hasta niveles en los que no se sostiene la combustión. Se almacena como gas licuado. Es letal para las personas, incluso en bajas concentraciones (8%).

Un sistema de extinción por gas se compone de los siguientes elementos:

• Sistema de almacenamiento. Los cilindros deben contener la cantidad suficiente de gas para extinguir, y las válvulas deben ser tal que permitan la descarga en un determinado tiempo.
• Red de tubería. Distribuyen el agente desde los cilindros hasta los difusores, el diámetro debe ser adecuado para poder transportar la cantidad de gas en un tiempo determinado, y deben estar fabricadas en material que soporte adecuadamente la presión de trabajo del sistema.
• Difusores de descarga. Encargados de distribuir el agente de manera uniforme dentro de la sala. Poseen un área de cobertura y una altura máxima de instalación. Su cálculo es fundamental para la correcta distribución de caudales.

Estos sistemas de extinción por gas tienen múltiples ventajas, entre las que se pueden destacar que no son conductores de la electricidad, se distribuyen en la sala protegida en forma de gas, no dejan residuos, son adecuados para fuegos de clase A, B y C, y son compatibles con la presencia de personas en condiciones de uso habituales (el uso de CO₂ no es adecuado para áreas ocupadas).

Por este tipo de características y ventajas, estos sistemas están ideados para la protección contra incendios en salas con riesgos tecnológicos, eléctricos y electrónicos. También son adecuados en recintos donde no es aceptable que queden residuos que puedan dañar los objetos valiosos (museos, galerías de arte, bibliotecas, patrimonio...).

Los sistemas de extinción por gas, su instalación y mantenimiento están sujetos a diversas reglamentaciones, entre las que destacamos el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios, el Reglamento de Seguridad Contra Incendios en Establecimientos Industriales, el Código Técnico de la Edificación Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio, la Ley 16/2013, ITC MIE RAT 14 Instalaciones eléctricas de interior, ITC MIE RAT 15 Instalaciones eléctricas de exterior, el Reglamento de Instalaciones Petrolíferas, el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos e ITCs complementarias. Productos Químicos MIE APQ 1 (almacenamiento de líquidos inflamables y combustibles). RD 1235/1992 MAQUINAS.

Y entre las normas que les afectan podemos señalar la UNE 23507 a UNE 23577, ISO 14520, EN 15004, EN 12094, NFPA 2001, NFPA 12. Y las Reglas Técnicas de Cepreven RT4 y RT5.