Schoeller Allibert obtiene el certificado EFSA por su innovador proceso de reciclaje
16 de julio de 2014
Schoeller Allibert es uno de los primeros fabricantes de RTP que dispone del certificado de EFSA. Dicho certificado cubre los procesos de reciclaje y remodelado que se llevan a cabo en sus instalaciones ubicadas en Murcia (España), Monheim (Alemania) y Hardenberg (Países Bajos). El proceso certificado, el cual cubre el reciclaje de cajas de polietileno de alta densidad (HPDE) y polipropileno (PP), ambos de uso alimentario, en contenedores nuevos aptos para el contacto con alimentos, se ha llevado a cabo para ayudar a los clientes a cumplir con los objetivos de sostenibilidad cada día más exigentes.
Tradicionalmente, los contenedores de plástico usados o dañados se destinarían a otras aplicaciones y en ningún caso podrían volver a servir para el suministro de alimentos, ya que el plástico no estaba certificado para el contacto directo con producto fresco como frutas y vegetales.
El proceso
Cuando las cajas de uso apto para la alimentación deben sustituirse por ser demasiado viejas o por estar dañadas, es posible devolverlas a una de nuestras instalaciones de reciclaje certificadas por EFSA. Si se han utilizado en un sistema de distribución de circuito cerrado o controlado, lo que permite seguir la trazabilidad de procedencia, podemos reciclar el material usado de HDPE y PP y convertirlo en cajas nuevas para utilizarlas en la cadena de suministro de alimentos y producto fresco.
Cuando llegan a Schoeller Allibert, las cajas se inspeccionan y se trituran en partículas, que se lavan y se secan antes de trasladarlas al área de moldeo por inyección. A partir de entonces, inician una segunda vida como cajas nuevas aptas para la alimentación, lo que significa que los clientes pueden sustituir la ineficiente flota heredada, por contenedores de RTP totalmente nuevos, sin contaminar ni generar residuos y creando un ciclo de envasado sostenible en cuestión de semanas. La huella de carbono de los RTP es ya muy inferior que la huella de los envases desechables y, con el reciclaje de los RTP la reducción incluso es mayor. Pero además de los beneficios medioambientales, también está la ventaja de reducción de costes para el minorista.
Durante el proceso de moldeo por inyección, las partículas de HDPE o de PP se calientan a temperaturas que alcanzan los 250 °C, eliminando el riesgo de cualquier contaminación microbiológica, ya que las partículas que queden no pueden sobrevivir al calor. Además, no se utilizan productos químicos adicionales en ninguna etapa del proceso, para conseguir un producto acabado higiénico y de máxima calidad.
La certificación por EFSA del proceso de reciclaje es otro triunfo industrial de Schoeller Allibert cuando se habla de sostenibilidad, ya que ha sido el primer fabricante de envases que cuenta con una huella de carbono de ciclo de vida completa, para ciertos productos, determinada y verificada por terceros ajenos a la empresa. Ello demostró que la Huella de Carbono de productos RTP es inferior en un 68% con respecto al cartón —sólo 26 kg de CO2 para cada una de las unidades de mayor venta, la Maxinest. La reducción aumenta cuando se utilizan contenedores reciclados en el proceso de producción.
“Con nuestras instalaciones de reciclaje ahora certificadas, somos capaces de ofrecer productos que permitan a los clientes del sector de la alimentación cumplir con los objetivos de sostenibilidad y al mismo tiempo ser respetuosos con los criterios de seguridad e higiene alimentaria. Los productos moldeados con material reciclado cumplen totalmente con el artículo 4 del Reglamento de la UE 282/2008, lo que proporciona a nuestros clientes garantía de seguridad y adecuación para el contacto con los alimentos”, explica Ludo Gielen, jefe de Marketing y responsable de Innovación en Schoeller Allibert.