Entrevista a Joan García, director comercial de Equiper
El reciente estudio realizado por Plásticos Universales / Interempresas y los proveedores de periféricos para plásticos marca un descenso en las ventas de 2012 con respecto a 2011. ¿Cuál es su sensación? ¿Qué cree que ocurrirá a lo largo del próximo año?
La sensación en estos momentos, viendo la tendencia de este primer semestre, es que el 2013 va a seguir siendo un año a la baja en general. Hay muchas empresas al límite despues de 5 años de crisis y ajustes, que aunque ahora tienen trabajo, sólo cubren costes. Hay una gran falta de estabilidad productiva y, como no se dispone de financiación razonable, ya sea para optimizar, automatizar o renovar equipamientos, no se avanza.
Proyectos de mejora hay muchos en el cajón, que es donde deberíamos intervenir nosotros, pero por ahora la tendencia es “aguantar”. Evidentemente hay excepciones (algunas multinacionales, clientes muy especializados, proyectos muy concretos, etc.), pero son eso, excepciones. Tampoco ayuda que países de Europa como Francia o Alemania, a los que nuestras empresas industriales suelen exportar, tampoco estén en estos momentos con unas tasas de consumo al alza, más bien al contrario.
Por su experiencia en la venta de equipos periféricos, ¿qué los que más demanda ahora mismo un transformador cuando desea adquirir un equipo? ¿Ha sido así siempre u observa cambios en las exigencias del comprador?
Evidentemente ha cambiado, de inicio y en muchos casos lo primero que se nos solicita es material de ocasión, revisado o semi-nuevo, sea a través nuestro o participando en subastas, debido a la disponibilidad procedente de cierres de empresas. Si no se encuentra lo requerido se intenta comprar al precio mejor posible. Digamos que se soluciona un problema puntual al menor costo posible y “cuando esto mejore”, ya veremos. También nos encontramos con casos en los que se valora reparar o reciclar algún equipo medio olvidado o sobrante de la planta, antes de comprar nuevo.
En el lado opuesto siguen habiendo clientes que hacen las inversiones habituales en nuevos equipamientos, aunque sigue pesando bastante el precio final o las condiciones de pago “especiales” que no siempre son posibles (por ejemplo, financiación a 2 años).
Por otro lado, tenemos los proyectos en los que se busca automatizar lo máximo posible, todo y que son proyectos amortizables y rentables a corto-medio plazo, el proceso de definición técnico-económico y de adjudicación final suele alargarse bastante, buscando ajustar al máximo todo el paquete de la inversión tanto en un aspecto como en otro.
En resumen, diría que la incertidumbre de futuro y la volatilidad del trabajo está pesando mucho a la hora de tomar decisiones, que claramente perjudican a los fabricantes y distribuidores de bienes de equipo y maquinaria en general. No es nada nuevo, sin confianza no se crecerá.