El sector químico español ante el REACH
Posición respecto a los procedimientos
La información que el sistema REACH requiere sobre las sustancias es excesiva e irracional. Estos requerimientos deberían restringirse en función del tipo de sustancia que se trate, ajustándose a sus características. Creemos que es preciso establecer un sistema viable basado en la evaluación científica de los riesgos, en línea con las conclusiones de la Cumbre de Johannesburgo sobre el desarrollo sostenible.
La Universidad de Oxford ha calculado que antes del año 2048 sería imposible que se hubieran sometido al REACH las sustancias existentes, ya que actualmente no llegan a 20 el número de laboratorios homologados para realizar los ensayos.
Una de las mejoras establecidas en la última versión es que la consideración de sustancias existentes afectará a aquellas que se hubieran fabricado en los últimos quince años en lugar de diez.
Gestión del sistema
Lo más preocupante es la falta de definición clara en el registro de sustancias en artículos que lleven incorporados productos químicos, ya que sigue siendo ambiguo y con un alcance imposible de medir. ¿Cómo se someten al sistema las sustancias químicas que incorporen, por ejemplo, los automóviles importados?
Evaluación
Es positivo, en esta última versión, que se obligue a la agencia central a establecer unos criterios para priorizar la “evaluación de sustancias” que pueden hacer libremente los estados miembro, con lo que se disminuirán arbitrariedades. Otra de las mejoras establecidas en el nuevo REACH es la potestad y derecho de las empresas a presentar recurso a las evaluaciones, algo que anteriormente estaba restringido al registro. A pesar de las mejoras introducidas, sigue habiendo dos tipos de evaluación, en una de las cuales se pueden incluir sustancias producidas en cantidades inferiores a 100 t/año.
Autorización
Siguen apareciendo numerosas sustancias que, sin criterio científico, deben ser sometidas al proceso de autorización.
La nueva versión continúa estableciendo la necesidad de establecer planes de sustitución para las sustancias autorizadas.
Siguen incluidas sustancias tales como los vPvB, alteradores endocrinos, etc., sin criterios técnicos y científicos para definirlas.
Las autorizaciones pueden tener límites de tiempo, es decir, se pueden conceder para periodos transitorios, lo que genera incertidumbres en la decisión de inversiones y una absoluta incertidumbre empresarial.
Consecuencias del REACH
Consecuencias en la economía y el empleo
La propuesta de la Comisión Europea obvia de nuevo una de las exigencias planteadas por el consejo de competitividad (16 de octubre) y por los presidentes de Francia, Alemania y Reino Unido: realizar un estudio de impacto del REACH en la economía europea. En el consejo de competitividad del 10 de noviembre esta exigencia ha quedado establecida de forma taxativa, por lo que la Comisión Europea deberá presentar un estudio.
En los estudios realizados por la industria química respecto a la primera versión de la nueva política de productos químicos, la consultora Mercer Management Consulting elaboró un informe en el que se evaluaba el coste del REACH para la economía francesa, estimándolo en los siguientes términos: pérdida del 1,8 por ciento anual del PIB (en el caso de España, con un PIB de 693.925 millones de euros, supondría una pérdida de 12.500 millones de euros anuales durante diez años), y pérdida del 1,5 por ciento de la población activa en 10 años (en el caso de España, supondría una destrucción de casi 280.000 empleos).
Si bien la última versión del REACH permite prever una reducción de esta primera estimación de costes, las cifras que se manejan hacen absolutamente indispensable la elaboración de un profundo análisis del impacto de la nueva normativa.
Desaparición de empresas y amenaza a la inversión industrial
La propuesta del sistema REACH provocaría una situación crítica en las Pymes, ya que éstas deberán soportar el 80 por ciento de su coste. En España, donde el 90 por ciento de las 3.500 empresas químicas existentes tienen menos de 50 trabajadores, se causaría una pérdida irreparable para el tejido industrial, el cual sería especialmente sensible en Cataluña, área que genera el 48 por ciento de la producción química española. Además, el sistema perjudicaría gravemente las inversiones productivas en Europa, produciéndose una deslocalización de inversiones hacia otras áreas geográficas. Es importante tener en cuenta que las compañías europeas o con implantación en Europa manejan unos estándares de calidad, protección ambiental y seguridad que no aplican compañías originarias de otras zonas.
Consecuencias para la innovación
Además de afectar seriamente a la competitividad, la nueva política frenará el desarrollo de la innovación en Europa, ya que los costes, procesos y plazos burocráticos para la aprobación de cualquier nuevo producto serán imposibles de acometer. Es importante reseñar que la I+D+i en la industria química es indispensable para el resto de sectores económicos, ya que la práctica totalidad de ellos dependen de los productos químicos, como pueden ser la automoción, la construcción, el textil, las telecomunicaciones, la informática o la electrónica.
Del mismo modo, los productos químicos han sido los principales responsables de la mejora de la calidad de vida. La esperanza de vida era, en 1900, menor de 40 años, y hoy prácticamente se ha duplicado hasta los 80 gracias a esta ciencia y su industria.
Los avances han sido esenciales en el área salud (ya que es esta industria la que crea los medicamentos, antibióticos o vacunas, la que crea los jabones y productos de higiene, y la que potabiliza el agua que consumimos), y en la alimentación (la industria química proporciona los fertilizantes que multiplican el rendimiento de las cosechas, los fitosanitarios que las protegen de plagas, insectos y agentes nocivos, o los aditivos que garantizan que los alimentos conserven sus condiciones nutritivas y de salubridad). Esta industria, desde su desarrollo a principios del siglo XX, ha sido el motor de la innovación y el progreso, y nuestra calidad de vida futura dependerá en gran medida de su evolución.