El mercado exterior ayuda a avanzar al sector ante una recuperación interna al ralentí
24/10/2011
24 de octubre de 2011
Sin embargo, la ralentización de la producción se está centrando en determinados subsectores, esencialmente en los biocombustibles, destacando también los diferentes signos negativos registrados en la agroquímica, la pinturas y tintas, las fibras artificiales y las especialidades farmacéuticas. En ciclos positivos se encuentran los sectores con más actividad en mercados exteriores como la química básica, detergencia y cosmética, y las materias primas farmacéuticas. En el caso de Europa y en el mismo periodo, el crecimiento del conjunto del sector es todavía más reducido, situándose en el 0,7%.
Respecto a la cifra de negocios, el crecimiento de los precios, pese a la atonía de la producción, mantiene niveles muy elevados de facturación que alcanzan hasta julio un crecimiento del 8,6%. No obstante, y a pesar de la positiva apariencia del dato, es importante señalar que los márgenes de las empresas del sector —al multiplicarse la competencia internacional en todos los mercados— son extremadamente ajustados.
Por subsectores, sólo los bicombustibles y las especialidades farmacéuticas registran una evolución negativa, destacando en la parte positiva la química básica con un crecimiento superior al 20%, así como los experimentados por los sectores de detergencia y cosmética, fibras sintéticas, y materias primas farmacéuticas. Respecto al comercio exterior, el alto nivel de internacionalización del sector químico español y su capacidad de acceso a mercados exteriores fueron los factores que en su momento determinaron mayor resistencia ante la crisis, la evolución positiva de 2010, y el mantenimiento todavía en 2011 ligeras cifras de crecimiento. Hasta julio, el sector químico registra un incremento de las ventas exteriores del 5,6%, si bien con dos componentes opuestos. Por un lado, la química básica, que presenta crecimientos cercanos al 18% y, por otro, la farmaquímica, que registra un retroceso en los mercados internacionales de casi 8 puntos, enteramente concentrado en las especialidades. En cualquier caso, el estancamiento de la demanda interna obliga a la búsqueda de nuevos mercados, y a mantener las posiciones exteriores.
Perspectivas para 2011 y 2012
Si bien los primeros meses del año señalaban una evolución más dinámica de la producción, desde mayo se aprecia una desaceleración que no permitirá alcanzar crecimientos importantes en 2011 y 2012. Así, las previsiones señalan que el crecimiento del volumen de producción del sector será del 2% en 2011, y del 3% en 2012, si bien condicionados a que no se reproduzca un recrudecimiento de la crisis económica.
Con estas perspectivas, la recuperación de los niveles de producción registrados en 2007 se trasladará a 2013, lo que no ocurre con la cifra de negocios, que ya registró en 2010 una cifra superior a la registrada en 2008. Así, en 2011, y por efecto de los precios, se estima cerrar el ejercicio con una facturación superior a los 57.400 millones de euros —crecimiento del 8%— que alcanzará los 62.700 millones en 2012 —con un crecimiento estimado de 9,2 puntos—.
Este positivo comportamiento, fundamentalmente vinculado a los altos niveles de precios no permite, en cualquier caso, mantener un elevado optimismo dado el ajuste de los márgenes de las empresas que se produce en las ventas exteriores como consecuencia de la concurrencia de un mayor número de competidores. Asimismo, no todas las plantas de producción están dimensionadas para el mercado internacional. El comercio exterior mantendrá un notable ritmo con un crecimiento del 6,9% en 2011 y del 6% en 2012, para situar la cifra de exportaciones por encima de los 28.000 millones de euros, totalizando entre ambos años un incremento 13,3%.
Necesidades a medio y largo plazo
Si bien los datos confirman un periodo de estancamiento más o menos prolongado de la economía internacional, el sector químico, especialmente de cara a la próxima legislatura, considera importante desarrollar medidas en España que permitan impulsar la actividad económica vinculada a la creación de empleo, especialmente a través de los sectores industriales estratégicos.
Esta generación de actividad económica y de empleo indirecto e inducido es especialmente identificable en el sector químico español, que además de los 170.000 asalariados que conforman su fuerza laboral directa, genera otros 375.000 puestos de trabajos indirectos e inducidos. Este hecho significa que la capacidad de generación de empleo del sector químico no se limita a la contratación directa, sino a una cifra que es como media 3,2 veces más elevada, dependiendo de los subsectores específicos, de las infraestructuras y de las características del tejido empresarial en el que operen.
El carácter estratégico del sector químico radica en factores como su internacionalización —es actualmente, y tras la automoción, el segundo mayor exportador de la economía española— y su capacidad innovadora y tecnológica, pues no en vano acumula el 26% de todas las inversiones en I+D+i que realiza la industria española en su conjunto y emplea al 20% del personal investigador que trabaja en empresas industriales.
Desarrollo de un modelo industrial competitivo como base de la economía
España, como demuestra su mayor estancamiento durante la crisis, necesita incrementar la participación industrial en el conjunto de su PIB, especialmente la proveniente de aquellos sectores más competitivos a escala internacional. Ello implica adoptar medidas que mejoren los factores competitivos de la industria en su conjunto en 6 ámbitos específicos: eliminar trabas al mercado interior, evitar y corregir la sobrerregulación, mejorar el mix energético, reducir la fiscalidad, mejorar las infraestructuras de transporte, y mejorar el marco laboral.
a) Mercado interior
La fragmentación del mercado es uno de los mayores problemas de nuestro país, y adquiere especial y negativa relevancia a la hora de atraer inversiones productivas, ya que incrementan los costes de operación en el territorio. Deben adoptarse medidas que fomenten la cooperación entre comunidades autónomas, especialmente a la hora de generar legislación que afecte al funcionamiento operativo de las empresas, e incluso impulsar el reconocimiento mutuo de normas técnicas o la simplificación de las mismas. El efecto sería positivo para el conjunto de las empresas y para todas y cada una de las comunidades autónomas.
b) Sobrerregulación
Las políticas comunitarias, que han incrementado abusivamente la presión legislativa sobre la industria (desde 1990 y sólo en el caso de la industria química se han generado más de 1.800 normas referidas al ámbito de la seguridad y el medio ambiente), han creado enormes dificultades para atraer inversiones productivas en toda Europa debido a la inseguridad jurídica que supone la adaptación a una nueva norma cada cuatro días, o al impacto en los resultados de las empresas de los múltiples costes que llevan asociados.
Esta sobrerregulación se ve además incrementada con la legislación nacional, autonómica y local, y con el exceso de cargas administrativas. Es necesario, por tanto, que en España se realicen los preceptivos análisis de impacto que permitan prever los efectos de las regulaciones antes de ponerlas en marcha y evitar consecuencias indeseables en la economía y el empleo, así como abandonar la práctica de incrementar las restricciones de las directivas comunitarias en su transposición al ordenamiento jurídico español, tal y como ha ocurrido en ejemplos tan claros como el impuesto eléctrico o la Ley de Responsabilidad Ambiental, que en ambos casos han generado distorsiones competitivas muy perjudiciales para España.
c) Mix energético
Los precios de la electricidad para la industria se han incrementado un 80% en la última década, como consecuencia de la configuración de un mix energético caro, en el que no se ha tenido en cuenta la eficiencia y rendimiento de los diferentes sistemas de producción. Entre los países de nuestro entorno competitivo, Francia, Reino Unido y Alemania presentan precios más competitivos, además de disfrutar de la exención del impuesto eléctrico para la electróquímica.
d) Fiscalidad
Respecto al Impuesto de Sociedad pueden adoptarse reducciones lineales o graduales de parámetros de creación de empleo e inversión. Asimismo, pueden promoverse reducciones de las cuotas empresariales de la Seguridad Social en función de los índices de siniestralidad.
e) Transporte
Falta dotar de atención al transporte ferroviario de mercancías, ya que en los últimos años, y pese a los objetivos del PEIT, se ha priorizado de forma unívoca la inversión en la alta velocidad de pasajeros. Además, deben favorecerse las conexiones intermodales entre ferrocarril y puertos para potenciar nuestro acceso
a mercados exteriores. Es preciso también homogeneizar las dimensiones (44 toneladas, 750 metros, ancho de vía)
f) Marco laboral
Es necesario incrementar la movilidad y la flexibilidad laboral, pues la rigidez del sistema es un freno evidente a la contratación. Asimismo deben establecerse medidas que permitan reducir el absentismo laboral.