Salud, eficiencia y rentabilidad se dan la mano en Wolf, para garantizar la ventilación en grandes espacios
La ventilación y la calidad de aire interior son determinantes para garantizar confort, seguridad y ambientes saludables en espacios cerrados. Una sala insuficientemente ventilada puede llegar a alcanzar concentraciones de CO2 de 2.000-3.000 ppm, un volumen muy elevado para la salud. Para entenderlo mejor, si en un espacio se da una concentración de 800 ppm, esto significa que aproximadamente el 1 % del aire ya ha sido respirado previamente, lo que implica una mayor concentración de virus, bacterias u otros patógenos. Cuando la concentración de CO2 triplica este dato, el riesgo de padecer molestias relacionadas con la calidad del aire se multiplica exponencialmente.
La temperatura y la humedad son elementos que también debemos de tener en cuenta para garantizar la salud en espacios interiores.
La ventilación, por lo tanto, es clave para preservar la salud de las personas, previniendo la proliferación de microorganismos, al ser capaz de mantener una temperatura y humedad constante y controlando el número de partículas y compuestos volátiles nocivos. Además, es una herramienta con la que reducir la demanda de energía en el inmueble, sin perder confort ni eficiencia energética.
Las nuevas normativas de referencia ya van a tener en cuenta estos factores como la Norma de Referencia UNE 16798 en la que se va a basar la modificación del RITE y normas como ASHRA 62.1 y 62.2 .
Sin embargo, mientras que en una vivienda para tener un aire relativamente saludable es necesario abrir las ventanas –durante una hora al día de cada tres–, en grandes espacios como oficinas, centros comerciales, hospitales, industria, etc., esta cuestión se complica. En estos establecimientos e inmuebles la calidad del aire va ligada a otra serie de requisitos como la ausencia de elementos patógenos (véase el caso de los laboratorios y espacios sanitarios), la temperatura (clave para la conservación de medicamentos o alimentos) o los diferentes usos que se dan en el edificio (salas de espera, consultas y quirófanos en un hospital, por poner un ejemplo).
“El diseño de los sistemas de climatización en estos entornos es uno de los trabajos más complejos a los que se enfrentan los profesionales del sector, debido a que los requisitos técnicos de las instalaciones son muy variadas y deben prestar especial atención tanto a la calidad del aire interior como al bienestar térmico de todos sus ocupantes.”, explica Julián Pradillo, responsable nacional de ingenierías, prescripción y dirección técnica en Wolf Ibérica Business Unit Clima y Ventilación.
Wolf, como uno de los proveedores líderes de sistemas de calefacción, climatización y ventilación en Europa, consciente de esta realidad, trabaja para ofrecer soluciones que favorezcan que los espacios que conectan a cientos de personas todos los días, sean saludables, eficientes y sostenibles.
La compañía cuenta con un amplio catálogo de soluciones, donde se apuesta por la eficiencia energética, el ahorro de energía, la innovación, la rentabilidad y, sobre todo, la salud.
Los equipos Wolf garantizan un clima higiénicamente óptimo en cualquier espacio, disminuyendo el riesgo de transmisión de infecciones por el aire, los cuadros alérgicos respiratorios y los efectos nocivos del CO2. Estas características los hacen especialmente adecuados para la industria farmacéutica y alimentaria, pero también para entornos hospitalarios e, incluso, centros escolares, donde es importante ofrecer un ambiente libre de patógenos.
Además, contribuyen a la ventilación constante y homogénea de cualquier sala, ofreciendo espacios confortables y silenciosos. De esta manera, no solo se maximiza el beneficio para la salud, también se logra un ahorro de entorno al 40-50% de la energía frente a las opciones de ventilación natural y/o mecánica sin recuperación de calor, pudiendo ser muy superior, de hasta un 80%-90% de energía, si se cumplen las recomendaciones del Ministerio de Sanidad en materia de ventilación y protección frente a enfermedades como la Covid-19 o la gripe.
Además, estas soluciones permiten recuperar prácticamente la totalidad de la energía del aire extraído, lo que proporciona un indudable ahorro en cualquier época del año, al evitar la pérdida de temperatura en la habitación.
“Nuestros equipos recuperan el calor del aire interior y lo transmiten al aire que viene del exterior, garantizando una renovacio´n total del aire de la vivienda y recuperando hasta un 90% de energía, al contrario de lo que ocurre al ventilar utilizando la apertura de las ventanas”, apunta Pradillo. De esta manera, los sistemas para la ventilación Wolf, contribuyen a reducir la huella ambiental del edificio.
Por otra parte, y fiel a su compromiso con el cliente, la compañía ofrece sistemas de ventilación de vanguardia, fáciles de instalar, con una larga vida útil y un mínimo mantenimiento, y con la garantía y fiabilidad alemanas, ya sea para hogares, o espacios mayores como locales, comercios, industria, centros hospitalarios, etc.
“Todas estas características convierten nuestras soluciones en opciones altamente rentables y seguras para la ventilación de cualquier tipo de espacios”, señala el director de Business Unit Clima y Ventilación.
Wolf ofrece a sus clientes acompañamiento para poder desarrollar el proyecto de ventilación que mejor se ajusta a sus necesidades, detallando las estancias y los accesorios que se deben instalar para garantizar el caudal de aire necesario para la renovación.
