El incremento de precios propició que la cifra de negocios del sector químico aumentara un 16% en el pasado ejercicio
Teresa Rasero, presidenta de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), ha presentado los resultados del sector químico español, junto con el director general de la Asociación, Juan Antonio Labat.
La recientemente nombrada presidenta de Feique ha resaltado las tres claves fundamentales que para ella caracterizan a la industria de España como una industria resiliente: el tipo de empleo, estable y bien remunerado; conseguir ser eficientes energéticamente hablando, y el alto nivel de inversión destinada a la I+D+i.
El comportamiento global del sector químico español cerró el ejercicio 2022 con un incremento en la cifra de negocios del 16,3%, hasta alcanzar casi los 90.000 millones de euros. Dato positivo, pero “no en la manera que nos hubiera gustado que se hubiera producido”, ha manifestado Teresa Rasero, “ya que este incremento ha venido dado por un aumento de los precios y no de volumen de producción, que apenas creció un 0,9%”.
Así, mientras que la química de la salud y la de consumo directo crecieron un 10 y un 6%, respectivamente, la química básica, que supone el 43% del total del sector, cayó un 11,2%.
Precisamente es la química básica la que concentra mayores necesidades energéticas, y por lo tanto la que se ha visto más afectada por los altos precios.
Otra de las características del sector químico, su fuerte músculo exportador, también ha estado afectado en el anterior ejercicio. De tal manera que en 2022 la cifra de negocios en el exterior creció un 29,2%, hasta los 63.626 millones de euros, a pesar de que se exportó un menor volumen de producto.
Este comportamiento ha servido al sector químico para liderar el ranking exportador español por segundo año consecutivo, concentrando el 19,5% de las exportaciones industriales, seguido por la automoción y el sector alimentario.
Retos y prioridades para el sector químico
Los principales retos se concentran en cuatro ámbitos altamente sensibles para el sector. La reforma del mercado eléctrico, en este capítulo hay que tener en cuenta los altos precios del gas y de los derechos de CO2. Rasero ha señalado que “para el sector químico, el modelo de mercado debe conjugar cuatro objetivos: garantía de suministro, descarbonización, rentabilidad razonable para impulsar inversiones en generación limpia, y precios competitivos y predecibles a largo plazo para el consumidor. “A este cuarto factor, ni antes, ni ahora en la propuesta de reforma eléctrica que está proponiendo la Comisión Europea, se da una respuesta adecuada. La eterna promesa de que un sistema eléctrico con mayor generación renovable propiciaría mejores precios -por su bajos costes variables- nunca será real mientras mantengamos el modelo actual”.
Por su parte Juan Antonio Labat ha recordado que la industria química es netamente consumidora de CO2, por lo que es de relevancia el tema de los derechos de emisión de CO2, cuyo precio medio en marzo ha superado los 90€/t, y que incrementa en 40€/MWh el precio del mercado mayorista cada vez que entra en casación una central emisora.
Por último, se ha incidido en que España podría impulsar de forma estructural medidas similares a las de Francia o Alemania para su industria, ya que actualmente suponen un diferencial negativo de 25 €/MWh en el precio final de la energía para las empresas del país. Las ventajas competitivas que tienen estos países derivan de la reducción de costes regulados (peajes y cargos) e impuestos, así como de mayores compensaciones por CO2 indirecto y mayor retribución del servicio de gestión de la demanda.
Tal y como ha señalado Teresa Rasero, ante esta situación el Gobierno debe establecer un mayor volumen de ayudas directas, ya que las acumuladas hasta la fecha penas alcanzan los 825 millones €. Esa situación contrasta con países como Portugal, que, con un nivel de consumo de gas en la industria muy inferior al español, ha otorgado 1.000 millones, o frente a Alemania ha establecido una cuantía de 25.000 millones €.
Asimismo, Rasero hizo mención al Green Deal Industrial Plan como respuesta a la Inflaction Reduction Act (IRA), que comprometerá un gasto de 437.000 millones de dólares en los próximos 10 años en EEUU, de los cuales 369.000 se concentrarán en un programa de acción climática mediante créditos fiscales y ayudas directas. Esto influirá de manera clara en las decisiones de inversión de los principales sectores industriales de alta intensidad poniendo en riesgo, tanto las futuras inversiones, como la continuidad de las cadenas de suministro.
PERTE de descarbonización
Impulso de España a las tecnologías CAUC
Tanto la Comisión como el Parlamento Europeo han reconocido que no será posible alcanzar los objetivos de neutralidad de emisiones en 2050 sin las tecnologías de Captura, Almacenamiento y Usos del CO2 (CAUC). Esta es la única alternativa tecnológica que permite la retirada de CO2 de la atmósfera por vía directa o indirecta y la contribución a la reducción de emisiones en sectores con emisiones de proceso difíciles de evitar como es el caso de las industrias del cemento, la cal o la química, donde la emisión de CO2 es intrínseca al proceso.
Sin embargo, España es uno de los países de la UE que no ha incluido aún en el PNIEC actividades de I+D ni el desarrollo de estrategias y proyectos CAUC a gran escala para 2030, a pesar de que la propia Comisión Europea publicó el 29 de diciembre de 2022 un documento de orientación a los Estados Miembros para la actualización de sus PNIEC. En este análisis se alienta específicamente a incluirlas para que sus industrias puedan capturar y almacenar de forma permanente sus emisiones inherentes de procesos en emplazamientos de almacenamiento geológico.
En el caso de España, las emisiones de procesos industriales de los sectores difíciles de abatir en el año 2019 fueron de 21,3 Mt CO2, representando el 33% de las emisiones de la industria. Por ello, se considera necesario el establecimiento de una Hoja de Ruta Española para la aplicación real del conjunto de tecnologías CAUC.
En el caso particular de la Química, al menos el 20% del carbono utilizado en los productos químicos y materias primas plásticas debe proceder de fuentes no fósiles sostenibles de aquí a 2030. Los países del Norte de Europa ya están apostando netamente por las tecnologías CAUC poniendo en marcha proyectos nivel país con financiación del Estado.
Preguntados por la previsión de cierre para 2023, los responsables de Feique, ha explicado que el primer trimestre está siendo de adaptación para la química básica y esperan que a lo largo del último semestre vaya recuperando el volumen de producción que había perdido.
Para el global del sector, prevén un cierre con un incremento en torno al 2%, con indicios de una recuperación de la demanda procedente de los países asiáticos, sobre todo en el último trimestre.