Según los datos aportados por Teresa Rasero, nueva presidenta de Feique

La evolución del sector químico en 2023 dependerá en buena medida de la evolución del coste de la energía

Redacción Interempresas28/10/2022

La Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) ha celebrado su asamblea general en la que tocaba renovar el cargo de presidencia. En el transcurso de la asamblea, Teresa Rasero ha sido elegida como nueva presidenta, y compaginará el cargo con sus responsabilidades como presidenta del Grupo Air Liquide en la región Iberia. Teresa sustituye a Carles Navarro, presidente de BASF España, que venía desempeñando el cargo desde 2018.

Durante la asamblea, la nueva presidenta ha realizado un balance de situación del sector químico español en el contexto actual y ha presentado las previsiones económicas de cierre del ejercicio 2022.

La nueva situación económica y geopolítica ha provocado que el sector esté atravesando una curva descendente de la producción en el segundo semestre, sobre todo en química básica, como consecuencia de los precios del gas y la electricidad, al tratarse de un segmento más dependiente de la energía, y que han provocado incluso paradas en plantas de producción. De hecho, las expectativas de crecimiento de la producción es que no superen el 0,2%.

Teresa Rasero es la nueva presidenta de Feique.

Pero precisamente el efecto del alza en los precios, permitirá al sector cerrar el año con un incremento en su cifra de negocios del 17,6% y de un 21,5% en el caso de las exportaciones.

En 2021, el sector químico, no solo recuperó los niveles previos a la pandemia, antes de concluir el primer trimestre, sino que continuó incrementando su capacidad productiva hasta registrar un crecimiento notable del 5,9%. De hecho, inició 2022 con la misma tendencia, pero a partir de la invasión de Ucrania, y sobre todo tras la reducción progresiva del suministro de gas desde Rusia, se inició un descenso en la curva de producción.

Según los datos aportados por Feique, aunque se estima que parte de esta caída pueda recuperarse, en la medida que las cogeneraciones reactiven progresivamente su actividad tras la corrección efectuada en el mecanismo ibérico, los precios energéticos no muestran por el momento un cambio de tendencia en sus futuros y continúan comportándose con gran volatilidad.

La evolución de la cifra de negocio aguanta por el incremento del precio de la energía.

Más crítica es la situación en el ámbito de la Unión Europea, especialmente en Alemania, país en el que la producción química ya está cayendo en torno al 10%. Y no hay que olvidar que Alemania es el mayor socio comercial del sector químico español, con intercambios comerciales que supran los 12.000 millones de euros al año.

Evolución de las exportaciones.

El sector reivindica medidas urgentes para los mercados del gas y la electricidad

El precio de referencia europeo del gas, TTF, pese a que en los últimos días ha marcado precios spot anormalmente bajos, sigue mostrando futuros muy elevados en 2023. Ante esta situación, Rasero ha señalado que es fundamental que la Comisión Europea, una vez solventadas las reticencias alemanas, establezca con urgencia los mecanismos que permitan reducir el precio del gas, bien sea fijando un precio máximo de adquisición, modelos de compra conjunta o intervenciones en el propio TTF.

En el ámbito nacional, otra medida sería, tal y como se está proponiendo en Alemania para su industria, la fijación de un precio máximo del gas -en su caso plantean 70 €/MWh- para los consumidores industriales, bajo el que quedaría cubierto el 70% del consumo de una empresa. El exceso frente al precio real sería asumido por un plan presupuestario.

Una reivindicación del sector es que para la Industria Química sería necesario que este límite al precio del gas fuera, no solo aplicable a los consumos energéticos, sino también al gas como materia prima. Este insumo se utiliza en diversos procesos para la fabricación de numerosos productos esenciales como amoniaco, etileno, o metanol, necesarios, a su vez, para producir, entre otros, fertilizantes, CO₂ agroalimentario, adblue, tejidos sintéticos, pinturas, aislantes, detergentes, polímeros y componentes del automóvil o lubricantes.

Su uso es importante en la cadena de valor de la agricultura, el transporte, la higiene, o la alimentación, así como en otras áreas de aplicación, incluyendo múltiples productos intermedios de los que depende la actividad de muchos sectores económicos.

En el caso específico del gas como materia prima, al igual que otros insumos no energéticos (minerales críticos, semiconductores) también afectados por la crisis energética o el conflicto bélico, otra opción que Feique ha trasladado al Gobierno, es la activación de un marco temporal de ayudas -en línea con lo que están anunciando otros países de nuestro entorno- para garantizar la continuidad de la actividad del tejido productivo en nuestro país y evitar el cierre de plantas.