Planes de autoprotección o planes de emergencia interior
¿Planes de autoprotección o planes de emergencia interior? ¿Disponemos de un plan actualizado e implantado o cubrimos el expediente legal? A día de hoy, después de seis años en la unidad de negocio Process Safety de TÜV SÜD realizando planes de autoprotección para diferentes sectores industriales (farmacéutico, químico, energía, etc.), las empresas o compañías se pueden agrupar en tres grupos claramente diferenciados:
- Empresas cuyo objetivo es cubrir las directivas o reales decretos, cumpliendo estrictamente con la legislación vigente.
- Empresas en las cuales el técnico asignado es conocedor de los riesgos existentes en la instalación y de la necesidad de disponer de un plan de actuación ante emergencias que además de cumplir con la legalidad aporte un valor añadido, pero que se encuentra con el problema que para la directiva es un documento legal más.
- Empresas en las cuales todo el personal incluyendo la directiva son conocedores de los riesgos existentes en el establecimiento y de la importancia de tener un plan de actuación actualizado e implantado debidamente.
Durante la revisión de los planes de autoprotección de 5 plantas que una multinacional tiene en diferentes ubicaciones de la península, aunque parezca difícil de entender, hemos encontrado los tres casos comentados anteriormente.
El primer caso lo encontramos en una de las plantas, en la cual nos reciben los dos técnicos asignados para el proyecto y nos dieron la información que se les solicitó para la revisión del plan. A día de hoy, después de un mes de la entrega del proyecto aún no hemos recibido ningún tipo de comentario o corrección por su parte.
“No, no somos tan buenos como para no cometer ni siquiera una errata en la redacción del plan”.
El segundo caso lo encontramos también en una planta, en la cual los técnicos asignados habían actualizado diferentes cambios producidos en los equipos de intervención, ampliación de medios para hacer frente a una emergencia y cambios realizados en las instalaciones. El jefe de planta, el cual en caso de emergencia es el director de emergencia titular, comunicó que estaba muy implicado con el plan de autoprotección, pero que en caso de emergencia no tenía claras sus funciones.
“Si es el director de emergencia y no tiene claras sus funciones, el plan de autoprotección no está implantado correctamente”.
El tercer caso nos lo encontramos en las plantas restantes, en las cuales en las reuniones realizadas estuvieron presentes todas las personas que formaban parte de los equipos de actuación previstos en el organigrama de emergencia, en dichas reuniones se pudieron llevar a cabo mejoras tanto en las acciones de gestión como en las acciones operativas en caso de emergencia, detectadas a partir de los simulacros de emergencia realizados.
“Si se dispone de una plantilla entrenada y conocedora de los riesgos presentes en la instalación, sus funciones en caso de emergencia, podrán actuar ordenadamente y minimizar los daños que se puedan producir”.
Finalmente podemos llegar a varias conclusiones:
- La clave de un plan de autoprotección no es el documento en sí, sino que todo el personal de la empresa que tenga o no funciones en el plan de autoprotección conozca los riesgos presentes en la instalación y sepa cómo debe actuar en caso de emergencia.
- El plan de autoprotección es un documento vivo que debe ser extremadamente operativo y que debe dar respuesta a los riesgos presentes en las instalaciones. En consecuencia, cualquier modificación en las instalaciones que incluya nuevos riesgos en la instalación requiere de una correcta planificación en el plan de autoprotección.
- Solo hay dos formas de practicar las actuaciones a seguir en caso de emergencia, una realizando simulacros de emergencia, o dos en caso de emergencia real.
- Las consecuencias de una mala implantación de un plan de autoprotección puede incidir directamente en la vida humana, que es el objetivo principal por el que se realiza, protegerlas.
- Desgraciadamente a día de hoy aún hay empresas que se dan cuenta de la importancia de disponer de un plan de autoprotección debidamente implantado después de tener un accidente.