La seguridad del Airbag, química pura
Junto con el cinturón de seguridad, el airbag es un elemento de seguridad indispensable en los automóviles modernos. Se estima que en caso de impacto frontal su uso puede reducir el riesgo de muerte en un 30 por ciento. El airbag se compone de una bolsa o cojín inflable, fabricado con una fibra química sintética, generalmente nylon, que está plegado en el centro del volante, en el salpicadero o en cualquier otro lugar donde sea necesario introducir un efecto amortiguador del golpe. Dispone también de un detector de impacto que determina cuándo se produce un choque y que activa el inflado del airbag. El sistema de inflado se basado en una reacción química de boro y nitrato sódico que se produce de modo casi explosivo y provoca la expansión dentro de la bolsa de un gran volumen de gas nitrógeno. Esta reacción es activada por un sistema eléctrico que controla el detector de impacto. Los gases producidos de alcanzan suficiente presión como para inflar el airbag en 20 centésimas de segundo. La rapidez del proceso es tal, que el volumen de gas hace que el airbag salga a una velocidad de 300 km/h. Instantes después de que el airbag se infle, el gas comienza a disiparse paulatinamente por los pequeños orificios existentes en la tela. El airbag está diseñado para complementar a los cinturones de seguridad, no para sustituirlos ya que el cinturón ayuda a mantener al pasajero en la posición apropiada para lograr una mayor efectividad del airbag.