Coches eléctricos sin conductor
Las personas que obtuvieron el carné de conducir hace veinte años y ahora vuelven a conducir por primera vez se frotarán los ojos de incredulidad. Los asistentes electrónicos advierten sobre posibles colisiones al aparcar y, cuando hay tráfico, guardan la distancia necesaria con respecto al coche que va delante. Dispone de asistente para cambio de carril, viento lateral, ángulo muerto y luces de carretera, además de sistema antibloqueo. Paso a paso, el coche va asumiendo el control en la cabina. Investigadores del Instituto Fraunhofer de Ingeniería y Fabricación IPA van un paso por delante: Se dedican a la conducción automática y trabajan en los vehículos del futuro, que pueden conducirse sin asistencia humana alguna. En este proceso, los ingenieros de Stuttgart están prestando especial atención a los coches eléctricos.
Los investigadores de IPA están especializados en el desarrollo de robots. En el edificio del instituto, existe un prototipo que va abriéndose camino sobre sus cuatro ruedas por terrenos desconocidos. Los desafíos a los que debe enfrentarse son similares a los que presenta la conducción automática. También en este caso, los sensores deben reconocer el entorno para que el vehículo pueda desplazarse entre obstáculos y llegar a su destino. ¿Por qué no aprovechar esta experiencia y aplicarla a los vehículos?, afirman los ingenieros de Stuttgart. Por esta razón, hace año y medio, un equipo interdisciplinario compuesto por científicos informáticos, matemáticos, ingenieros eléctricos y técnicos en mecatrónica lanzaron el proyecto Afkar (abreviatura alemana de ‘conducción autónoma y concepto de chasis inteligente en un vehículo íntegramente eléctrico’).
En primer lugar, se pretende que el coche eléctrico aprenda a encontrar sitio para aparcar y que lo haga sin que se produzca ningún rasguño. La idea subyacente es que el coche sea capaz de autorrecargarse con electricidad sin necesidad de asistencia humana. Esto resulta especialmente importante para el uso compartido de automóviles. Imagine la siguiente situación: El conductor aparca el coche aleatoriamente en cualquier plaza disponible dentro de un garaje. Automáticamente el coche se ocupa de todo lo demás. Se comunica con la estación de carga y con la gestión de aparcamiento en garaje a través de una interfaz inalámbrica. Dentro de este proceso, proporciona información acerca del nivel de carga y de la localización. Si la batería está vacía y hay una estación de carga disponible, maniobra en la superficie de estacionamiento correspondiente y se carga de manera inductiva, sin cables. Después deja espacio para el siguiente coche eléctrico y circula hacia una plaza de aparcamiento libre. De este modo, las pocas estaciones de carga existentes pueden utilizarse de forma eficaz.
La tecnología necesaria está disponible
“La tecnología necesaria para esta situación está disponible”, afirma Benjamin Maidel, director del proyecto Afkar. Hace referencia a los robots del instituto que encuentran su camino fácilmente en un entorno conocido como es la superficie de la fábrica. Reconstruir un vehículo similar no requiere demasiado esfuerzo. Muchos vehículos modernos ya disponen de los sensores requeridos para tal fin. Los datos que recogen estos dispositivos solo tienen que combinarse e interpretarse en consecuencia, de manera que ofrezcan una visión del entorno. Actualmente los expertos de Fraunhofer están desarrollando la tecnología necesaria con la ayuda de complejos programas de simulación. Pretenden probar pronto los resultados en práctica con un vehículo de demostración.
Resulta más complicado cuando un coche pretende moverse automáticamente en mitad del tráfico. Para ello se necesitan unos sensores que puedan moverse muchos metros hacia delante, y también un software capaz de reaccionar ante cualquier imprevisto, ya sea un sitio en obras, una tormenta eléctrica o una nevada. Maidel y su equipo están centrando su atención hacia las cámaras, ultrasonido, radares y escáneres láser que perciban la zona circundante desde una distancia de 200 a 300 metros.
El grupo Afkar y su coche de prueba acudirán primero a un área de prueba acordonada. Para realizar pruebas en carreteras públicas, se requiere un permiso especial. "La aceptación del consumidor y el marco legal, junto con un precio justo, decidirán si la conducción automática supone un avance. Por ejemplo, debe regularse de nuevo la responsabilidad por accidentes. Probablemente la tecnología irá conquistando el mercado paso a paso", señala Maidel. Las ventajas son obvias, especialmente en el caso de vehículos de uso compartido. Cualquier cliente puede usar este tipo de smartphone para llamar a un coche que después le llevará al destino que desee. Las empresas de uso compartido de automóviles podrían utilizar sus vehículos de forma más completa de lo que lo hacen en la actualidad.