La experiencia de compra es clave para diferenciarse
Los puntos de venta de puericultura deben ofrecer algo más que el producto a sus clientes si quieren seguir siendo referentes en el ideario de los consumidores.
Los hábitos de compra y los hábitos de consumo evolucionan al ritmo de una sociedad que se encuentra en un proceso de transformación constante. El consumidor ha pasado a ser el dominador absoluto de la relación comercial, ya que tiene toda la información que necesita a su alcance gracias a Internet y los smartphones, mientras que los comerciantes minoristas necesitan adaptarse a este nuevo entorno y a esta nueva relación con sus clientes. Para Maros Álvarez, autor del libro ‘Retail Thinking’, los que consigan transformarse y adaptarse rápidamente serán los que tendrán éxito. Además, hay que tener en cuenta que el consumidor actual también ha cambiado sus preferencias y ahora opta muchas veces por productos experienciales (comidas, salidas, viajes…) por delante de los productos físicos.
Con este nuevo panorama que se abre frente al retail, los puntos de venta de puericultura tienen que ofrecer a sus clientes algo más que el producto si quieren diferenciarse de la competencia, y en este sentido las experiencias en la tienda física son clave para crear una impresión en el consumidor, conseguir que quiera volver y que se anime a recomendarla. El precio y la calidad del producto siguen siendo los factores más determinantes a la hora de tomar una decisión de compra, aunque cada vez se tienen más en cuenta otros factores como las fricciones durante el proceso de compra (colas, tiempos de espera, falta de stock…) o las experiencias en tienda, que son las que permiten que un cliente acabe siendo fiel a una marca. En este sentido, es importante poner al cliente en el centro de la estrategia, conocer qué es lo que quiere, empatizar con él y tener en cuenta sus deseos y preferencias.
¿Cómo puede aprovecharlo el sector de la puericultura?
La tienda del futuro estará pensada para que el cliente disfrute tanto de su compra como de la propia visita en sí, por lo que debe ser una tienda experiencial en la que se jueguen con los diferentes sentidos (cuantos más, mejor). Trasladando esta máxima al sector de la puericultura, los detallistas pueden aprovechar la inexperiencia de los padres primerizos para crear ambientes de confianza y aprendizaje en el mismo punto de venta, a través de talleres y otras propuestas que enseñen a los padres y madres a relacionarse con sus hijos, al mismo tiempo que disfrutan de su tiempo en el establecimiento. Trabajar el aspecto de la comunidad de padres, como ya se hace en otros sectores, también puede ser un factor diferencial del punto de venta de puericultura.