La autoestima de los pequeños se refuerza con el juego en familia
El juego en familia puede reportar grandes beneficios a los niños y niñas, y también les puede ayudar a mejorar su desarrollo físico, cognitivo y emocional.
“Jugar en familia refuerza la autoestima y la seguridad” de los más pequeños y “jugar ayuda a las familias a estar juntos físicamente y emocionalmente”, apunta Joanna Tucker, directora de Oxpip, escuela para padres pionera en el Reino Unido. En esta línea, María Costa, directora del departamento de Consumidor Infantil y Pedagogía de AIJU, señala que “descubrir juegos entre padres e hijos es un placer que enriquece al ser humano en todas sus facetas”. Asimismo, el juego es un elemento clave para que los más pequeños construyan nuevas relaciones, ya que les ayuda a interactuar con otros niños y niñas en espacios diferentes.
Así, el juego y, sobre todo, el juego en familia, aportan muchos beneficios a los más pequeños, un aspecto que se debe poner en valor ahora que los estudios apuntan que los niños y niñas cada vez juegan menos. El juego en familia, además, no solo refuerza la autoestima y la seguridad de los más pequeños, sino que también facilita la expresión de emociones y refuerza sus vínculos afectivos, por lo que destaca como un elemento importante a la hora de desarrollarse mentalmente y emocionalmente.
Respecto a la importancia del juego en familia, AIJU realizó un estudio centrado en las tendencias que marcan esta actividad, a partir de 600 entrevistas a familias con hijos menores de 12 años, en el que se apunta que el 74% de las familias españolas juegan con sus hijos cada día o casi todos los días. El estudio también destaca que, principalmente, el juego en familia se comparte con los padres y madres (77%), seguido por los hermanos (64%), los primos (33%) y los abuelos (30%).
Sobre cómo se debe desarrollar el juego en familia, Joanna Tucker incide en que dedicar más tiempo a jugar con los hijos no debe implicar, necesariamente, generar una relación de estímulo-respuesta ni imponer reglas. María Costa, por su parte, señala que “la falta de tiempo y la sobreexposición a las pantallas” están perjudicando el juego en familia y en muchas ocasiones los momentos de ocio en familia se ven reducidos a los fines de semana. Además, los más pequeños pasan cada vez más tiempo delante de una pantalla y aprenden a utilizar los diferentes dispositivos tecnológicos en edades muy tempranas. Aun así, la experta de AIJU asegura que si los más pequeños “tienen amigos de su edad o adultos que los proponen juegos e interacciones lúdicas directas, reales y no digitales, sin duda las prefieren”.