La oferta vs. la demanda en el sector de la puericultura
La situación de la natalidad en España hace que el público objetivo del sector de la puericultura se reduzca cada vez más, mientras el número de operadores se mantiene.
En diciembre de 2018 el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelaba unos datos nada esperanzadores vinculados a la natalidad en España durante el primer semestre del mismo año. Así, los primeros 6 meses de 2018 se registraron en España 179.794 nacimientos, una cifra un 5,8% inferior a la del mismo periodo del año 2017 y, lo que es peor, la más baja desde que se tienen registros. De este modo, el número de nacimientos cae en picado desde hace unos años y la tasa de mortalidad ya se sitúa por encima de la tasa de natalidad (179.794 nacimientos frente a 226.384 personas fallecidas en el primer semestre de 2018), lo que provoca que el crecimiento vegetativo (la diferencia entre las muertes y los nacimientos) sea de -46.590 personas, el más bajo desde 1941.
¿Por qué hay menos nacimientos?
Por un lado, las mujeres en edad de tener hijos son cada vez menos numerosas, porque forman parte de la generación de los que nacieron a finales de los 80, cuando la natalidad registraba una caída sin precedentes. Todo ello se suma a las capacidades económicas de las personas que ahora están en edad de ser padres, lo cual afecta además a su capacidad para emanciparse y vivir en pareja. Y, por otro lado, las mujeres retrasan cada vez más la maternidad por razones ya no sólo económicas, sino también por motivos como la conciliación con la vida laboral o sus objetivos profesionales.
¿Cómo afecta esto al sector de la puericultura?
Por motivos obvios, la caída en los nacimientos significa la reducción progresiva del público objetivo de las empresas y marcas del sector de la puericultura, considerando que este está formado por bebés de 0 a 3 años. En este sentido, el pastel es cada vez más pequeño y debe repartirse entre un gran número de operadores. No obstante, la situación actual de la natalidad en España ya no es una sorpresa, pues sigue una tendencia iniciada hace años. Por este motivo, los players del mercado de la puericultura buscan alternativas para que sus productos se dirijan a edades superiores a los 3 años, desarrollando artículos por ejemplo evolutivos, que junto a algún complemento puedan utilizarse hasta los 5 o 6 años; o productos que en realidad están enfocados a los padres y madres y atraen su atención independientemente de la edad que tengan sus hijos.