“En la campaña anterior parecía que no llegaríamos a 250.000 toneladas, pero lo logramos gracias a que Puglia superó en un 60% sus expectativas de producción”
Entrevista a Leonardo Feola
Laura Rodríguez Escosa07/11/2024
Leonardo Feola es ingeniero agrónomo por la Universidad de Nápoles Federico II y actualmente cursa sus estudios de doctorado en la Universidad de Bari “Aldo Moro”. Su afán por la formación continua le ha traído a nuestro país, donde ha conseguido títulos como el de experto en AOVE del COI en la Universidad de Jaén y el de técnico especialista en vinos y vinagres de la DOP Montilla-Moriles. En su andadura profesional, ha ejercido como técnico en la Confagricoltura Salerno y ha sido ponente en congresos sobre el olivar y el aceite de oliva en Italia y España.
¿Cuáles son las previsiones respecto a la próxima campaña de aceite?
Las perspectivas de cosecha para esta campaña son escasas. Los datos oficiales hablan de 200.000 toneladas, algunos expertos incluso apuntan más bajo, sobre 180.000. Cuando una de las investigadoras del CREA (Consiglio per la ricerca in agricultura e l’analisi dell’economia agraria) afirmó en un reciente encuentro en Umbria que en la próxima temporada se llegarían a producir 300.000 toneladas, se oyeron risas en la sala.
Sí, en España ha llegado la información de que hay desabastecimiento de aceituna en Italia…
Efectivamente, no tenemos casi aceite este año. En la campaña anterior parecía que no llegaríamos a 250.000 toneladas, pero lo logramos gracias a que Puglia superó en un 60% sus expectativas de producción. Sin embargo, este año parece que la producción de Puglia se quedará definitivamente entre el 30-40% respecto de las cifras de la campaña anterior.
En Calabria, otra región muy productora, es posible que ni siquiera se vaya a producir aceituna. En el norte y el centro hay regiones como la Toscana, Marche o Emilia-Romagna donde se obtendrá una producción mucho más elevada que la media, pero son regiones que no produjeron nada el año pasado. Esto pone de relieve que en nuestro sector la vecería sigue siendo una constante, algo que sin duda se podría minimizar con un correcto manejo del olivar.
¿Han notado que eso tenga alguna consecuencia para la economía italiana?
Efectivamente, no tenemos casi aceite este año. En la campaña anterior parecía que no llegaríamos a 250.000 toneladas, pero lo logramos gracias a que Puglia superó en un 60% sus expectativas de producción. Sin embargo, este año parece que la producción de Puglia se quedará definitivamente entre el 30-40% respecto de las cifras de la campaña anterior.
En Calabria, otra región muy productora, es posible que ni siquiera se vaya a producir aceituna. En el norte y el centro hay regiones como la Toscana, Marche o Emilia Romagna donde se obtendrá una producción mucho más elevada que la media, pero son regiones que no produjeron nada el año pasado. Esto pone de relieve que en nuestro sector la vecería sigue siendo una constante, algo que sin duda se podría minimizar con un correcto manejo del olivar.
¿Y qué aspectos están influyendo más en el precio del aceite de oliva italiano para el gran consumo?
El consumidor de hoy día se muestra cada vez más interesado en los beneficios del aceite de oliva en nuestra salud. En este sentido, seguro ha influido el que las universidades italianas investiguen desde hace años las propiedades saludables de polifenoles, oleocanthal y otros componentes minoritarios del aceite de oliva. Y luego está el conocido buen manejo del marketing que hacen los italianos, mucho antes de que fuera una herramienta tan extendida como lo es actualmente. Por último, en cuanto a denominaciones de origen, cabe destacar que en Italia tenemos más DOPs que toda Europa junta. Este sello garantiza el arraigo a la zona protegida y una extracción siguiendo métodos tradicionales, lo cual puede justificar de cara al consumidor precios más elevados en el mercado.
¿Y en el sector alimentario y la hostelería?
En estos sectores, y hablo más como consumidor que como investigador, lamentablemente en Italia es frecuente el aceite refinado como ingrediente de alimentos procesados, en lugar del aceite virgen extra. Y digo lamentablemente porque es precisamente el AOVE el aceite que aporta los mayores beneficios a nuestra salud por ser zumo de aceituna extraído solo por procedimientos mecánicos. Dicho esto, cada vez más marcas apuestan por campañas con el AOVE como protagonista, por lo que ojalá en el futuro veamos invertirse la tendencia actual del mercado.
¿Podría decirme algún ejemplo?
Le hablo por ejemplo de una reciente campaña de Farchioni sobre aceite y olivar, que mostraba fincas de olivos en zonas marginales montañosas junto a otras explotaciones agropecuarias. Es la agricultura heroica, protagonizada por los que cuidan de su tierra y a la vez preservan el paisaje y la cultura relacionados intrínsecamente con este cultivo milenario.
Es un ejemplo de cómo en Italia hemos aprendido a dar valor añadido a nuestra escasa producción.
Otro ejemplo es lo que se está piloteando en Umbria. En esta región, hay un olivo de 1.800 años que es muy famoso: el Olivo di Sant Emiliano, que forma parte del Camino del olivo entre Asís y Spoleto. Por su belleza y conexión con el aceite de oliva, los habitantes de la región están pidiendo a la UNESCO que reconozcan esta ruta como la “Fascia Olivata Assisi-Spoleto”.
¿En qué países exportáis más?
Estados Unidos siempre ha sido nuestro mayor cliente. A finales del 1800, después de la unificación del país y de expandirse la pobreza sobre todo en el sur de Italia, hubo una migración muy importante hacia los Estados Unidos. Desde entonces hemos tenido una relación excelente con este país y el arraigo con Italia de tantas familias sigue siendo un excelente recurso de negocio.
Hablemos ahora de las variedades de aceituna italiana. ¿Qué se cultiva y cuáles son las más rentables?
Olivar de la Toscana, en la zona de Bolgheri.
En Italia hay entre 550 a 580 variedades. Cada región cultiva la suya. Las más conocidas son frantoio, leccino, y por supuesto la coratina, que en los años 80 supuso la última gran inversión del agricultor italiano, que apostó por nuevas plantaciones de esta variedad por su elevado rendimiento en grasa. Hoy día los AOVE de coratina son de los más demandados y valorados en el mercado internacional por sus excelentes cualidades organolépticas.
¿Cómo ve el futuro del olivar italiano?
Soy optimista. El olivar tradicional sigue dominado la superficie cultivada, al igual que en España, pero ya comenzamos a ver agricultura intensiva en seto. Poca, pero la hay, principalmente de la mano de la empresa española Agromillora, que está empezando a implantar olivar en seto en colaboración con las universidades de Bari y Florencia, con las que ha desarrollado dos nuevas variedades: lecciana y sultana. Ambas están ya en el mercado con muy buenos resultados en producción y resistencia a enfermedades. Y hay además dos nuevas variedades en desarrollo: florentia y brunella. El olivar tiene forzosamente que evolucionar hacia formas de cultivo más sostenibles y rentables, es la única forma de poder seguir abasteciendo el mercado futuro con nuestro preciado aceite virgen extra.